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Poesía en acción - Degnis Romero

 

                                                Poetas Luís “Chito” Hernández y Garibaldi Soto, en la selva de Tamanaco

Homenaje a Luís “Chito” Hernández

Poesía en acción

                       Degnis Simón Romero Rodríguez

Hoy amanecí bajo influencia poética; emulando al bardo español Gustavo Adolfo Bécquer: veo poesía por todas partes.

La veo hasta en la miseria humana vinculada con el hábito de creer que tener fortuna implica ser persona distinguida.

        A esta desviación le salió al paso Francisco de Quevedo y Villegas, en uno de sus epigramas del Medioevo:

Vuestro Don, Señor Hidalgo,
es el don del algodón,
que para llevar el “don”
necesita tener “algo”.

         Mucho más acá, en la primera mitad del siglo XX, el poeta tucupidense Rafael Guillen, fustigaba sin vaguedades la sórdida urdimbre que observaba, plasmándola en su obra “Onix”, dedicada “A un pueblo”:

Casas derruídas, hostigante clima,

agua insalubre, sórdidas callejas;

mala alimentación. –legumbres viejas

pan de maíz y carnes–. Agria esgrima,

 

De lenguas adversarias que dan grima

como se injurian; pálidas parejas

de enamorados cursis en las rejas;

amor que el celo paternal ultima

 

Con el casorio en el vetusto templo

¡feliz connubio, edificante ejemplo

de la enclenque moral de campanario!

 

Prejuicio, estupidez, insania, intriga,

¡pueblo en que sólo crecerá la ortiga,

tierra del zafio y del retardatario!

        Se puede entender que con tal densidad de pensamiento no tuviera tolerancia con la mediocridad, como en el caso que narra una nieta suya, cuando alguien le dijo al verlo parado frente a su jardín: – ¿Verdad hermano Guillen, que esto parece un lecho de rosa? A lo cual respondió con severidad: – ¿Qué lecho de rosa un carajo? ¡Hable como un hombre!

        El viaje poético a través del tiempo sigue con la ayuda de “Poesía Criolla”, una recopilación de Discos León, con poemas de Luís Mariano Rivera, Ernesto Luís Rodríguez, Julio Cesar Sánchez Olivo, Manuel Graterol Santander, Santos Cabrera, Víctor Vera Morales, Chelique Sarabia, y Andrés Eloy Blanco.

Por el rumbo del recuerdo, según Sánchez Olivo, se llega hasta 1971, en ocasión del estreno de “Tu país está feliz”, obra del poeta brasileño Antonio Miranda, montada en el Ateneo de Caracas por el grupo “Rajatabla” dirigido por Carlos Giménez, con música compuesta e interpretada por Xulio Formoso, un venezolano de origen gallego. Al fondo se escuchaba un poema hecho canción:

Viajo tu cuerpo como un sol/que dora los contornos suaves de tu juventud. El paisaje en paralelo/resbalante sol arena/ oscilante al sol verano. Velas arrugadas emergen ganando/tu cuerpo en la playa/tu cuerpo en la arena. Las formas oblongas /las velas infladas/y ganando el mar/tu cuerpo en la arena/ tu cuerpo en la playa. Hay como que un giro/angular en estas formas/curvas cuerpo playa/inmersos, dorso, escamas/tu cuerpo en la arena/y el cuerpo/en el cuerpo.

        Hacer poesía no es tarea fácil y hacer poesía de calidad  ha sido una práctica reservada a unos pocos a lo largo de la historia. Por ello se deben reconocer los méritos de quienes se esfuerzan en cultivar este arte sin pretensiones de grandeza.

En este último renglón están los poetas tucupidenses José Garibaldi Soto y el recientemente emigrado Luís “Chito” Hernández. El primero de humildad proverbial, pero un tigre de la declamación, con vehemente pasión por las décimas de Ernesto Luís Rodríguez y el segundo con un caudal inmenso de inspiración llanera, reforzada con extraordinarias dotes musicales, en particular, con una guitarra en las manos.

De su última invitación a visitar la selva de Tamanaco, le surgió este sencillo poema que transcribo de mi celular y que representa, desde humilde perspectiva, un homenaje a su profunda sensibilidad humana y al amor por su gente:

La selva de Tamanaco

Que miró Degnis Romero

Llévasela retratada

A mis paisanos que quiero

Diles que con mi tonada

En este río los espero

        Llegará el día en que nos volvamos a juntar todos en ese río infinito que es nuestra esencia espiritual.



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