Recibimos un hermoso artículo de
nuestro contertulio y distinguido coterráneo Degnis Simón Romero Rodríguez, en
cuyo escrito expone con lisura una original visión sobre el primigenio
propósito de este mensuario, herramienta comunicacional para el fortalecimiento
de la memoria histórica de Valle de la Pascua.
El citado amigo es una persona apasionada por la crónica, sin ínfulas grandilocuentes, versado de la esencia del gentilicio pascuense y con un grato sentimiento de participación en esta hermosa tarea de exaltar los valores humanos y los hechos, elementos que tienen trascendencia generacional en el tiempo. Asimismo, con su peculiar mesura y disposición, reconoce la gestión de este humilde equipo de cronistas, de igual manera nos sugiere puntuales y viables recomendaciones para fortificar proyectivamente nuestro periódico. He aquí su interesante contenido...
Rafael Eney Silveira (Lito)
Director
El Reportero
Vibrante cartelera llanera
Recordamos que en 2009 fueron recibidos de manos de Juan Francisco Bolívar Leal, tres ejemplares del periódico vallepascuense El Reportero, correspondientes a los meses de febrero, marzo y abril. Era el primer contacto con dicha publicación que representa, desde humilde perspectiva, una travesía placentera surcando estampas llaneras cuajadas de interés histórico-cultural-sentimental, y de semblanzas variopintas que estremecen el gentilicio, sacuden la memoria polvorienta, rescatando valores humanos sencillos y, a la vez, imponentes.
Se percibe
un “estilo revistero”, como diría el pana Francisco Mayorga (periodista de alto calibre natural de Valle de la Pascua, ex-director de Últimas
Noticias y director del diario El Periódico en Valencia), con crónicas
espectaculares que muestran un sinfín de facetas criollas de relevante intensidad; densos relatos con
trascendencia de la cotidianidad, que proveen referencias regocijantes (algunas
desconocidas hasta ahora y otras de grata recordación).
La firma de
Misael Flores, el dinámico editor, llevaba la voz cantante en el rotativo, con actividades
encomiables como: notas, entrevistas, remembranzas; y otras envidiables, como
las coberturas en elecciones de reinas feriales.
En el
manchón del periódico aparecían Esteban M. Flores, Junior Martínez (con relevo
anunciado del ex-alcalde Valmore García), Amalia Hitcher (apellido que hace recordar
a Maria Teresa), Elpidio Barrades Martínez, Don José Manuel Célis (profesor de
raigambre en el pueblo. A través de un artículo suyo nos enteramos que el
primer número de este periódico data del mes de julio de 2007), Héctor Ortega,
Felipe Hernández, Manuel Fernández, Jesús “Chucho” López, Jesús Villarroel,
Franklin Santaella, Fernando Aular Durant, Kanor Fariñas, Joel Camero, Rafael
Silveira (expuso un aleccionador comentario en “Taskanor”: “sin el estólido engreimiento de la erudición”),
Nicolás Soto Arbeláez, Manuel Obregón, Ligia López, Víctor Bandres (pariente de
Justo) y Carlos Romero.
La edición
de abril trajo la agradable sorpresa del artículo: “Recuerdos musicales de
Tucupido. Parte No.
Resalta una cobertura abundante del “Granero del Guárico”, cosa que halaga a los bi(tri)nacionales (se sugiere borrar del diccionario local la expresioncita “vallemetío”, mala copia que insinúa la terminología peyorativa de “metiche” para quienes, por una u otra razón, han pernoctado en ese pueblo; y porque hay demostrada originalidad, capacidad creativa e inteligencia en su gente para expresar la fibra acogedora que exhibe, como se desprende de aquel mensaje sabroso en una valla de la entrada: ¡Siéntase vallepascuense! Se desconoce su autor, pero se reconoce su hospitalidad).
Una sugerencia adicional tiene que ver con captar mayor clientela para la pauta publicitaria, con el argumento rotundo de contribuir a enaltecer los valores regionales, que provea los recursos necesarios para expandir el alcance y el tiraje. Abrir la posibilidad de colocar en Internet las ediciones pasadas y futuras del periódico (aprovechando la ubicuidad virtual), para hacerlas llegar a los que se encuentran en otras geografías, pero que atesoran gratos y vívidos recuerdos con generosas dosis de nostalgia. Dicho servicio se pudiera proveer por suscripciones a un costo razonable que permita mantener la debida plataforma informática-comunicacional.
En esa
vibrante cartelera llanera se eluden temas amarillistas, caliches, refritos y
polémicas estériles; pero se hace referencia a las comunidades azotadas por el
hampa y servicios públicos deplorables que las mantienen en jaque.
Finalmente, deseamos que el eco de los pasos de “El Reportero” retumbe en las nuevas generaciones, las motive a preservar la memoria de sus antepasados y a esparcirla por senderos de ventoleras. Los exhortamos a izar la pluma: “Poned al cenit el adminículo con el que se convierten los fonemas en grafos”, Alberto Santana dixit, y a emular a Kotepa Delgado: “Escribe que algo queda”: En el horizonte abierto de un futuro espléndido.
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