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Personajes populares de Tucupido - Fernando Aular

 

La negra Victorina

Personajes populares de Tucupido

Fernando Aular

 

VICTORINA

Victorina Colmenares, es todo un personaje popular de Tucupido, una negra dicharachera, locuaz, alegre y jacarandosa. Los ojos vivaces y los gestos audaces. Cuando se ríe, lo que hace con frecuencia, lo hace a carcajada partida que retumba por los ámbitos. Dice ser copeyana calderista y haberse retratado varias veces con el líder del partido verde. Se define como mujer pobre pero dichosa en el amor, ya que en los años de su mocedad le llovieron los pretendientes: potentados, ricos ganaderos y empresarios de la región entre ellos. Tiene siete hijos, todos criados y con sus propios hogares.

El poeta, cuentista y declamador Salvador Lara, tucupidense, le escribió un bello poema en décimas, donde describe con exactitud a ese personaje típico del pueblo:

Luciendo su camisón cuando pasa por la esquina,

va la negra Victorina, oscura como el carbón,

despertando admiración a todo aquel que la mira,

la negra suave se inspira zapateando un galerón,

el pueblo de la emoción la aclama cuando se estira.

Hablar con la negra Victorina es toda una diversión, por sus ocurrencias y por su risa amplia, feliz y contagiosa. El poeta Lara termina afirmando en su poema:

¡Ella es caña dulcita y capullo florecido,

es un amor escondido que aquí en mi pecho palpita,

es la negra más bonita que ha nacido en Tucupido!

¡Arpista siga el sonido de su arpa relancina

que la negra Victorina lleva este baile prendido!


EL AMO DE TUCUPIDO

Abigail Ramírez, "El Bachiller Ramírez", como le decían en el pueblo, era un hombre sencillo, de pequeña estatura y cuerpo enjuto, tenía los ojos saltones, pómulos salientes y frente amplia, rasgos ancestrales del aborigen. Era un gran conversador, jocoso y ocurrente. Hablaba de todo y hasta por los codos. Por donde se le buscara se le hallaba. Solía hablar de los dioses olímpicos, de Júpiter, Marte, Venus y aseveraba que era hijo del padre de los dioses. También hablaba de cualquier tema político, económico y social del cual se le preguntara. El respondía a su manera. Contaba historias sazonadas por su fantasía. Era persona muy querida y respetada en la población.

Se le solía encontrar en la cafetería de la esquina de la plaza Bolívar, cerca del teatro Ribas, donde con frecuencia entablaba conversación con los clientes que allí se reunían especialmente para escucharlo, quienes aplaudían sus humorísticas salidas y sus disparatadas ocurrencias, ya que cuando el bachiller Ramírez echaba a andar su fantasía, todo era concebible. Mientras se tomaba un marroncito comentaba con toda seriedad:

-Aquí donde usted me ve, yo soy el dueño de todos los terrenos del Distrito Ribas, porque yo soy el heredero universal de mi padre, quien murió combatiendo contra los guerrilleros del pueblo.

-¿Cómo es eso, Bachiller? ¿Entonces usted es dueño de Tucupido?

-¡Si señor, y todos los habitantes del pueblo, los agricultores y ganaderos de la región me deben, por concepto de pago de arrendamiento de los terrenos del pueblo, de los potreros y por concepto de los créditos ganaderos que les otorgó mi padre!

El sitio se solía llenar de gente para reírse de las sanas e ingenuas ocurrencias del bachiller Ramírez y de exprofeso le buscaban conversación, porque además él hablaba como todo un experto en materia petrolera, económica, de la paridad del dólar, de la crisis financiera y política del país y de las curiosas soluciones que proponía.

Hablaba de la importancia vital para la región de la Cuenca del rio Unare; de la situación privilegiada y del potencial económico del Distrito Ribas; del incremento del costo de la vida; del alza del precio de los alimentos, de la inflación y la devaluación del Bolívar. No había materia que no dominara y de la cual no disertara con extraña profundidad.

Pero donde su imaginación se extralimitaba era en el tema amatorio. Revelaba que no se había casado porque las mujeres de Tucupido eran muy traviesas y coquetas y que además él no iba a mantener a nadie que no fuera su familia. Según él, se dio el lujo de romper sus relaciones amorosas con Jacqueline, viuda de Kennedy y Onassis, porque descubrió que ella tenía jujú con un actor de cine y porque ella le exigía todos los documentos de propiedad de los terrenos, ganados, casas y otros bienes que poseía en Tucupido.

El bachiller Ramírez era nativo de El Socorro. Era muy amigo de Victorio Silvera, en cuya casa tenía los tres golpes seguros.


EL JUGLAR DE TUCUPIDO

Luis Alberto "Chito" Hernández nació en Tucupido en 1951 y parecía que su destino hubiese estado determinado para el canto y la poesía, porque desde muy joven comenzó su carrera de cantante y compositor y para escribir las letras de sus canciones se convirtió en poeta o tal vez ya era un poeta que cantaba sus canciones.

“Noche y pensamiento”, “El llano soy yo mismo”, “Así es mayo”, “Retorno a Tucupido”, “Los zamuros”, “Lucerito”, “Toca tu violín Vate Aular”, son algunas de sus composiciones. Este músico tenía la particularidad de no hacerse rogar para tomar su guitarra y lanzarse con un bolero, un merengue, un vals, un danzón, un porro colombiano, un pasodoble, una polka, un joropo, un gabán, un galerón, un bambuco, un tango o enfrentarse en un contrapunteo llanero o entonar gaitas, aguinaldos o villancicos navideños. Por eso era el alma de las veladas culturales, de los recitales poéticos, de los conciertos, de las serenatas, de las parrandas, de los onomásticos y de los cumpleaños. No faltaba en las peñas gardelianas con su guitarra y sus tangos para recordar al Morocho del Abasto.

"Chito" Hernández le cantó a su pueblo natal, a su gente, a sus calles, barriadas, campos, lagunas, ríos y montes, para los que tenía sus mejores notas, sus más bellas estrofas y sus más dulces recuerdos, como cuando expresó:- "El Bajo de la Nueva donde el sol se despide con luces de arrebol que pintan en el cielo un pasado que hoy vive" o cuando emocionado cantaba: "Hoy que vuelvo a mirarte Saetal escondido": "Callecitas alegres con vuelos de palomas así es mi Tucupido".

Luis "Chito" Hernández murió un día 2 de noviembre del 2010, y como un triste epifonema todo el pueblo lo acompañó hasta el camposanto en un concierto musical hasta donde lo esperaba un pedazo de tierra de su pueblo, tal como lo pidiera en su postrer canción:

Y al final cuando muera

un pedazo de tierra es todo lo que pido

para que así me entierren,

no me importa que sea a orillas de un camino.

¡Mi Tucupido, te amo!

Por eso tiene bien merecido que el pueblo lo honre con el título de "El Juglar de Tucupido".

    Grupo "REMINISCENCIAS": De izquierda a derecha: Faiber Flores, José Flores, Fernando Aular, Luis "Chito" Hernández y Héctor Morales


LA INTERESANTE HISTORIA DE LA LOCHA - Arlán A. Narváez-Vaz R.

LA INTERESANTE HISTORIA DE LA LOCHA

(Moneda venezolana)

Arlán A. Narváez-Vaz R.

Entre mis reminiscencias especiales se encuentra una moneda ya inexistente, la Locha, muy asociada con mis días escolares porque lo que mi papá me daba diariamente para la merienda eran 2 #Lochas. Desde que tengo memoria hasta poco después de graduarme de economista, en 1972, las monedas eran de cuproníquel (la Puya, con valor de 5 céntimos y la Locha, con valor de 12 ½ céntimos) o de plata (el medio, con valor de 25 céntimos; el real, 50 céntimos, el bolívar, los 2 bolívares y el Fuerte o Cachete, de 5 bolívares).

Siempre me dio curiosidad el valor tan singular de la locha (12 ½ céntimos) y como mi papá sabía mucho de casi todo lo que le preguntara de niño, me explicaba con mucha naturalidad que era la mitad de un medio (Bs 0,25) y que el medio se llamaba así porque era medio real, de manera que una locha era un cuarto de real y por eso le decían también cuartillo… Mi pregunta siguiente quería encontrar respuesta a por qué la referencia era el real y no el bolívar completo y él pacientemente me relataba que se trataba de una costumbre que venía desde tiempos de la Colonia; pero, para tratar de rescatar la predominancia del bolívar, me explicaba que la Locha se llamaba así porque como valía un octavo de bolívar y, como anteriormente a un octavo le decían ochavo (todavía el diccionario de la RAE incluye esa palabra), a la moneda la llamaban “la ochava” y como al decirlo sonaba “lochava”, para abreviar ese nombre pasaron a llamarla simplemente Locha.

Como dije antes, la Locha también se le llamaba cuartillo pero solamente cuando se juntaba con un real, por ejemplo, era muy común oír decir “real y cuartillo”, es decir 62 ½ céntimos. Incidentalmente, recuerdo que en un programa de televisión del Profesor Néstor Luis Negrón, donde participé como parte del equipo del Colegio San Ignacio (junto con Carlos Pacheco y creo que con Sálvano Briceño), una de las preguntas que pesó para que le ganáramos a nuestros contrincantes fue “¿Cuántos céntimos son real y medio y cuartillo?, a lo que respondimos de inmediato: “¡87 ½ céntimos!”

A pesar de su valor tan pequeño, la Locha tenía mucha aplicación y de allí han derivado expresiones que aún se usan. He aquí algunos ejemplos:

* “PAN DE A LOCHA”, ya que durante mucho tiempo así se le decía a una pieza de pan, de tamaño equivalente a media canilla, también llamado “pan francés”. Poco se ve ahora este pan en las panaderías, de hecho, las maravillas del “socialismo” prácticamente han hecho desaparecer cualquier tipo de pan, razón por la cual en las puertas de las panaderías se ven largas colas a las horas en que van a venderlo, lo que demuestra lo terriblemente vil que era lo que ellos llaman “la 4ª República” (realmente la República Civil o Democrática) porque como siempre había pan y no había que hacer cola para comprarlo, la gente no aprovechaba para socializar en ellas.

* “ME CAYÓ LA LOCHA”, expresión que hoy se usa para decir que uno cayó en cuenta o entendió algo. Para entender su uso original hay que saber que en las fuentes de soda o bares habían unos aparatos llamados Rockolas que tenían un discos de vinil de 45 ½ revoluciones, con las canciones de moda (una por cada lado del disco). Para oír la que uno quería había que meter una Locha y, como a veces no caía bien por la ranura, cuando lo hacía y empezaba a tocar la canción seleccionada solía exclamarse ¡Me cayó la Locha!

* “LA PREGUNTA DE LAS 64 MIL LOCHAS” A principios de la década de los años 1960 hubo un programa de preguntas donde a cada concursante se le formulaban hasta 5 preguntas, la primera de las cuales premiaba con 4 mil lochas (500 bolívares) la respuesta correcta y las preguntas sucesivas con 8 mil, 16 mil, 32 mil, hasta la pregunta final, muchísimo más difícil que premiaba con 8 mil bolívares, es decir 64 mil Lochas. Hoy se usa esta expresión para calificar una pregunta con respuesta muy difícil de obtener. Ejemplo: Por 64 mil Lochas: ¿Hasta cuándo podrá aguantar el pueblo seguir sufriendo el desastre económico creado por este régimen nefasto?

* “LA LUCHA POR LA LOCHA DE LA LECHE” Así se llamó el movimiento de consumidores que, a principios de la década de los 1970, se opuso y enfrentó al anuncio por parte de los productores de que el litro de leche pasaría de costar real y medio a costar real y medio y cuartillo, debido a la decisión del Gobierno de aquel entonces de disminuir el subsidio que aquellos recibían para contener el precio al consumidor en real y medio.

De lo anterior hay que decir que Venezuela fue admirada internacionalmente durante no menos de 30 años por los altos niveles de crecimiento económico y de progreso de sus ciudadanos (hasta casi fines de los años 70), a lo cual contribuyó una estabilidad de precios que nos destacó por más de 70 años con una de las inflaciones más bajas y estables del planeta, muy tristemente todo lo contrario de lo que ahora sufrimos, con la más prolongada caída económica y empobrecimiento de nuestra historia y con 4 años teniendo la mayor inflación en el mundo.

Los precios eran tan bajos y la locha tan útil que la primera vez que fui a Margarita, cuando me compré mi primer carro, en 1967 (un VW escarabajo de 1960 por el que pagué 3 bolívares de los de hoy), y me aventuré con mi compañero de estudios Orlando Pirona en ese viaje, con los bolsillos vacíos, pudimos subsistir porque allá podíamos comprar 2 empanadas de cazón por una locha.

Cuando en mis cursos de la Universidad empezamos a estudiar el tema de la Inflación, inicio relatándole a mis estudiantes lo que no es inflación con un ejemplo personal: cuando empecé a ir al kínder el rey de las golosinas, un Toronto, costaba una Locha. Cuando egresé de 6º grado (8 años después) un Toronto seguía costando una Locha; cuando egresé como Bachiller, 5 años después, un Toronto seguía costando una Locha; cuando me gradué de economista, 5 años después un Toronto seguía costando una Locha y ese precio se mantuvo por no menos de 4 años más, cuando el Toronto pasó a costa 2 Lochas: fueron no menos de 22 años que un Toronto mantuvo su precio en una Locha…, sin que le impusieran un control de precios a la empresa Savoy, simplemente los gobiernos hasta ese entonces, responsablemente y por el bienestar del pueblo, tuvieron disciplina fiscal y un gasto público ceñido a los Ingresos Ordinarios, es decir la fórmula efectiva para evitar la inflación (como dirían nuestros abuelos, arroparse hasta donde llega la cobija). En cambio ahora los precios varían semanalmente y hoy un Toronto cuesta más de 4 mil bolívares, es decir, más de 4 millones de bolívares de los de antes, o sea: ¡32 millones de Lochas! ¡Cosas veredes, Sancho!

(*) Profesor UCV / arlanwmun@gmail.com

 

Dr. Narciso López Camacho - EcuRed et al

Dr. Narciso López Camacho

 EcuRed et al

Título:    

Doctor en Ciencias Médicas

Síntesis biográfica:

Nació en Calabozo, Estado Guarico en 1849, siendo sus padres el General José Antonio López y María Rosario Camacho Cousín y se dedicó a la Medicina General.

Casado el 19 de septiembre de 1878 (jueves), Iglesia Catedral de Caracas - Venezuela, con María de Las Mercedes Borges Gil, Padre de Narciso Felipe López Borges; Mercedes Cristina Verónica López Borges; María del Rosario López Borges; Pedro Manuel López Borges; Nicanor López Borges y otros 3.

Hermano de María Belén López Camacho; Privado y Pedro Manuel Benancio del Carmen López Camacho

Cursa los estudios de medicina en la Universidad Central, Bachiller, Licenciado y Doctor en 1875.

Médico integral, de humildad a toda prueba, era su figura prócer, llena de honradez, la de un noble apóstol de la profesión.

Fue un médico internista, adverso con Razetti acerca de la doctrina de la descendencia del hombre.

Publicó numerosos trabajos sobre: Piorreas alveolares, Fiebre tifoidea, La morfinómana, El ántrax, tratamiento de la arteriosclerosis entre otros.

Fue uno de los 35 fundadores de la Academia Nacional de Medicina. Sillón XXXV, en junio de 1904. El 24 de abril de 1905 contesto al Dr. Luis Razetti, respecto a la legitimidad de la Doctrina de la Descendencia del Hombre “No ha alcanzado el grado de evidencia que, en materia tan grave, estimo indispensable para que la Academia de Medicina haga la proclamación de esa doctrina”.

El Dr. Luis Razetti hizo su Necrología (Gaceta Medica de Caracas XIX, 18, 161, 1912). En la junta directiva fue primer vicepresidente de 1910 a 1912.

Ministro de Instrucción Pública en el gobierno del presidente Joaquín Crespo.

Muerte:

Murió en Caracas el 29 de septiembre de 1912

Tesis Doctoral:

El decúbitus Lateral en las enfermedades agudas es un signo muy favorable.

En las enfermedades agudas, el estrabismo es un signo muy grave: anuncia muerte.

En que época de la preñez son variables los fetos.

Publicaciones:

Piorreas Alveolares y sus secuelas.

Independencia de la medicina Nacional.

Un caso de fiebre tifoidea prolongado.

La hipertensión arterial como signo pronóstico en la fiebre tifoidea.

Tratamiento de la morfinomanía por la estricnina y la atropina.

Tratamiento de la Hemoptisis por la aplicación permanente del saco de hielo.

Tratamiento del Ántrax.

El método de Bier en el tratamiento de la apendicitis.

Efectos tóxicos o nocivos de la Urotropina.

Patogeniay Tratamiento de la Arteriosclerosis.

Fuente:

Gaceta Medica de Caracas XIX, 18, 161, 1912

Alegría C. Cien Médicos del Siglo XIX en Venezuela, Caracas 1966

Archivos de la Academia Nacional de Medicina.

Sillón XXXV: Dr. NARCISO LÓPEZ CAMACHO

Sólo superado en edad por los doctores José Ignacio Cardozo, SimónVaamondeBlesbois y Alfredo Machado, el Dr. Narciso López Camacho es uno de los dos aportes que hizo el Estado Guárico a la fundación de la Academia Nacional de Medicina al nacer en la llanera población de Calabozo el año 1849. Por otra parte, es el único de los fundadores que obtuvo su título de Bachiller en Ciencias Médicas el año 1874 (4 de agosto), y también el único que logró el de Licenciado en Ciencias Médicas y el de Doctor en Ciencias Médicas el año 1875 en la Universidad Central, tras defender exitosamente los siguientes temas: “El decubitus lateral en las enfermedades agudas es un signo muy favorable”, “En las enfermedades agudas, el estrabismo es un signo muy grave: anuncia la muerte”, “¿En qué época de la preñez son viables los fetos?”, “¿En qué caso está indicada la operación en el cáncer?” y “El sudor, ¿será una secreción o una exhalación?”. Falleció en Caracas el 29 de septiembre de 1912. Su desempeño profesional estuvo dedicado íntegramente a la actuación práctica de un médico general, cual figura clásica, profundamente inspirada en el cumplimiento del deber, y fue tan exitosa y respetable que constituyó razón suficiente para que se le incluyera unánimemente en el tercer grupo de fundadores.


La Escuela Narciso López Camacho: un farol que no se apaga - Fernando Aular Durant

                                                            Grupo Escolar Narciso López Camacho 
    Sentados: Carmen Arveláez, Miguelina Gutiérrez, Máximo Colmenares, Jesús Decena, María C. Escobar, Luisa M. Herrera, Parmenia Pérez, Gladyz Hernández. Parados: Rafael Osío, Rafael Ayala, Juliana Muñoz, Olivier Marcano, Leonor Uribe, Nina Saturno, César Díaz Ledezma, Rafael Matute y José Tomás Jiménez.

La Escuela Narciso López Camacho: 

un farol que no se apaga

Fernando Aular Durant

En las dos primeras décadas del 1900, sentaron escuela en Tucupido los maestros: Rafael González Udis, quien venía de servir en Choroní, en La Becerra, en las riberas del Yuriary, en Santa María de Ipire y El Socorro. Don Victorio Cabeza, quien fundó la escuela "Independencia". El maestro y poeta don Próspero Infante en 1922 fundó la escuela "Sucre". Antonio Miguel Martínez, maestro, músico y persona de grandes iniciativas funda la escuela "El Diecinueve". Y Luis Guglietta Ramos, persona hacendosa y bonachona.

Doña Ernestina Toro Chimiés de Rangel enseñaba a leer y escribir y es muy recordada por su peculiar método aplicado a los estudiantes desinteresados y ariscos. Doña Evarista de Amaral tenía una escuela de primer grado en la calle Miranda con Trincheras. Don Alejandro Gómez, Félix Antonio Zaá, Mena Herrera, Tobías González y Raúl Chico Soto, fueron maestros rurales.

En 1936, después de la caída del régimen gomecista, durante el gobierno del general Eleazar López Contreras, se crearon en el país las Escuelas Federales Graduadas y entre ellas la Escuela Federal Graduada Narciso López Camacho de Tucupido, la cual era sólo para varones, la cual comenzó a funcionar en una amplia casona situada en la calle Gabante. Llevaba el nombre de un ilustre doctor en Ciencias Médicas, nacido en Calabozo en 1849, graduado en la Universidad Central de Venezuela; quien fuera Ministro de Instrucción Pública durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco y uno de los treinta y cinco miembros fundadores de la Academia Venezolana de la Medicina, en junio de 1904. Murió Narciso López Camacho en Caracas en 1912.

El primer director fue el bachiller Vicente Arellano Moreno y los primeros maestros: Luis Guglietta Ramos, el bachiller Arreaza, Luis González Pinto, Eleazar Lozano, Josefina González y el poeta Arístides Parra. De la calle Gabante se muda a la Sucre, luego al barrio San Pablo y por último, en 1949, a la calle Ricaurte, allí trabajaron Rita Levi, Sara Rodríguez, Milena de Bacalao, Raúl Rafael Soto, Carlos Castillo, María Concepción Escobar y Jesús Decena Blanco, quien fue su último director.

Por los años 1937-38, la maestra Josefina Talavera tenía una escuela que funcionaba hasta el tercer grado. Graciosa Armas fue la primera maestra graduada que trabajó en Tucupido. La señorita Carmen Camejo Troconis tenía una escuela que impartía hasta el cuarto grado.

Por el año 1940 se inicia la escuela Federal Graduada Dr. Pedro María Arévalo Cedeño, para hembras, la cual comienza en la calle Gabante en una casa propiedad de la familia Rey, allí trabajan: Aura Casado, Rosa Emilia Armas, Amelia Panzarelli y Graciosa Carpio. En 1949 cambia su sede a la calle Sucre, en el barrio "El Jalón" donde trabajaron René Medina (directora), Parmenia Pérez, Juliana Muñoz, Chichita Gómez, Celina Farías, Berta Medina, Dilia Gómez y Nubia Coronado, quien fuera la última directora.

Tanto la escuela de los varones, Narciso López Camacho y la de las hembras, Pedro María Arévalo Cedeño fueron absorbidas por el Grupo Escolar Narciso López Camacho para hembras y varones, el cual se inicia en 1953. Este fue construido en la placita "El Centenario", que fuera campo deportivo para jugar béisbol. El primer director fue el bachiller Jesús Decena Blanco, subdirectora Nubia Coronado y un plantel docente integrado por María Concepción Escobar, "Misia María", Parmenia Pérez, Milena de Bacalao, Gladys Hernández, Leonor Uribe, Blanca de Cohén, Carmen Arveláez, Juliana Muñoz, Máximo Colmenares, Olivier Marcano, César Díaz Ledezma, Rafael Osio, Rafael Ayala, Rafael Matute, Rafael Olivo, José Tomás Jiménez, Úrsula Nina Saturno, Miguelina Gutiérrez y Luisa Margot.

Dispone la escuela de una bella edificación, con aulas amplias, patios centrales, jardines, rectos pasiIlos, biblioteca, comedor. Por ella han pasado generaciones de tucupidenses, hoy mujeres y hombres destacados en los diversos campos del quehacer social. Generaciones de maestros y maestras que han sabido legar sus conocimientos para la formación de ciudadanos y ciudadanas útiles a la nación.

Después de cuarenta y siete años al servicio de la educación de su pueblo, hoy continúa siendo una escuela muy activa, integrada por un personal consagrado a la noble labor de la educación, de la cultura, del deporte, de las artes y del desarrollo del pueblo. La actual directora, la Licenciada Gregoria Arteaga, "Pina", es una mujer muy participativa y de trato muy cordial y ameno.

La escuela cuenta con el apoyo de la Fundación Amigos de Narciso López Camacho", actualmente presidida por el Lic. Juan Ojeda, profesor de esa institución y un grupo de amigos, entre ellos, José Flores, Augusto Pedrique, Luis Chito Hernández, Isnardy Carrillo, Leonardo Aular, Tula Aular, Manuel Rangel, Sárida Rodríguez, Afilia Ortega, Ana Teresa Arruebarrena, Fernando Aular, Gladys Vázquez de Aular y tantas otras personas quienes voluntariamente colaboran con las actividades realizadas en pro del bienestar de la escuela y el desarrollo cultural del pueblo.

Coral de la escuela Narciso López Camacho. 
Personal de la escuela en 2014

El Viejo Barrio Zanjonote (El Parque - Tucupido) - Domingo Solórzano

 

                        Casa de Juana Solórzano en el barrio Zanjonote

El Viejo Barrio Zanjonote

(El Parque-Tucupido)

 

DOMINGO SOLORZANO

 

E1 Barrio “Zanjonote” que yo conocí en mi niñez era en ese tiempo 1945-1960 un sector tranquilo, de ambiente bucólico y pastoril. Ni se pensaba en la luz eléctrica ya que el bombillo más cercano nos quedaba en el vecino barrio “La Quinta”, frente a la casa de María Figueroa, donde actualmente está el grupo escolar "Luis Guglietta Ramos".

Allí donde hoy habita la familia Jiménez Campos, estaba el último poste de electricidad que venía de una vieja planta situada en el otro extremo de la calle Sucre parte norte, donde hoy está La Cancha Neverí o "Antonio Medina Carreño". El operador de esta planta eléctrica se llamaba Canache.

El origen del nombre de este barrio se debe a un gran zanjón que recogía y recoge todas las aguas de lluvias que vienen desde el cementerio y las partes altas del barrio. Quizás su poblamiento se debió a la cercanía del antiguo camino que conducía hacia Valle de la Pascua y, como es la costumbre de las familias venidas del campo, siempre se ubican en la periferia de los pueblos, cerca de las vías principales y las fuentes de agua para su consumo.

En la cercanía de este barrio, hacia el este existió la laguna “El 19”, una de las cuatro lagunas más grandes que saciaron la sed de los Tucupidenses hasta que el gobierno del Presidente Medina Angarita construyó la primera represa cerca de la carretera de Zaraza en el sector Carutico, más allá del desvío en la vía hacia el Caserío Camacho.

Este relato tiene el objetivo de dejar en claro dos cosas:

- Recordar las primeras familias que habitaban este barrio y algunas vivencias y anécdotas de las mismas.

- Cuándo y por qué pasó de ser el viejo barrios "Zanjonote" al flamante barrio "El Parque".

Por orden de ubicación comienzo por decirles que al sur, más allá de la antigua Romana en la vía hacia Valle de La Pascua, conocí ya en ruinas la casa del Señor Charlott Rey de quien se dice que fue el primer mecánico que llego a Tucupido. Esta casa quedaba frente a donde actualmente están los silos, hoy recuerdo que había en el solar de esa casa una mata de mamón cuyos frutos eran la delicia de los muchachos de entonces.

También existió la laguna “Los Caros” donde empezaba una manga (camino entre dos cercas) que llegaba hasta la casa de Apolinar Martínez (Pulío), Doña Evarista, su mamá y José Manuel, su nieto.

Recuerdo la vieja "Romana" con sus corrales de planchas de acapro y virote, allí muchas veces vi pesar el ganado de Nicolás Felizzola, los Aruebarrena, los Arveláiz, Gregorio Palacios, las mejores reses que eran compradas por unos italianos comerciantes en ganado que venían de Caracas, Marcotullio y Olivieri, se llamaban. Todos los trabajos de selección y herraje del ganado eran dirigidos por un veterano llanero de nombre Ramón Iroba Carpio (el nariz panda), así le dicen porque coleando un toro en una tarde dominguera se cayó del caballo y se fracturó el tabique nasal.

Don Pietro Nuzzo, italiano, construyó en esa época una casa al lado de la Romana y frente a la carretera. Allí montó o estableció un negocio de víveres y por la noche era un bar donde vendían aguardiente y había mujeres, pero de estas últimas quien sabe más datos es un vecino de esos años recién llegado de "Guayabito" llamado Joseito Bermúdez, después conocido como “El Charro 'e Zanjonote”.

Don Pietro Nuzzo llegó a este sitio con sus dos hijos José y Pedro Nuzzo, que años después llegaron a ser prósperos agricultores en la zona de Tamanaco al norte del Tucupido en el Caserío “Párate Bueno”.

Cerca de donde está actualmente el Comando de la Guardia Nacional, existió la Casa de Campo de Emilio Barberi Santos, donde celebraban grandes fiestas a los norteamericanos ejecutivos de la compañía Petrolera Venezuela Atlantic Refining Company (VARCO).

Había tanta abundancia en ese tiempo que en las fiestas los anfitriones no recogían lo que quedaba y un vecino de nombre Juan Félix Ortega, junto a mi padre Saturnino Zarramera, luego que los fiesteros apagaban las luces y se marchaban, iban y se traían dos burros cargados de Coca Cola, Soda, Jamón, Queso Amarillo y otras exquisiteces que nosotros ni conocíamos. Por cierto entre la carretera vieja y la nueva de granza, frente a la familia Amariscua y la casa de Barberi donde hoy está la bloquera, perforaron los americanos buscando petróleo y solo encontraron agua.

Por la parte Suroeste estaba la casa de Don Gil Ramón Soler y Mónica Amariscua de Soler. También la casa de Don Inés María Ortega y Naciancena de Ortega, compadres de mi mamá los Ortegas, una familia muy alegre y fiestera, todos músicos, y le daban serenata en el barrio a sus amigos con su merengue favorito “La Pelotica”, que decía así: Tírame la pelotica, la pelotica la tiene Edito, y contestaba Edito: yo no tengo la pelotica la pelotica la tiene Inesito, y contestaba Inesito: yo no tengo la pelotica la pelotica la tiene Rómulo, y contestaba Rómulo: yo no tengo la pelotica la pelotica la tiene María, y así pasaban horas tocando "La Pelotica" hasta que los bailadores se cansaban. Era una fiesta muy sana que celebraban el día de los santos: María, Pedro, Juan, Pablo, Rosa y otros que aparecían en los almanaques. El conjunto de los Ortega estaba compuesto de: cuatro, guitarra, violín, maracas y buche. El jefe de esta familia había sido el celador de la laguna “El 19”, por esta zona que iba hacia la posesión “Los Mangos”, también estaba la casa de los Oropeza-Amariscua o sea Wenceslao Oropeza y Flor Amariscua, padres de: Abraham, José, Ángel, David, Juan Miguel, Uvencito, Ana María y Florcita.

De la casa de los Amariscua tengo un recuerdo muy especial pues Don Pablo Amariscua y Doña Josefa de Amariscua son mis padrinos, sus hijos: Narciso, padrino de Cruz, mi hermano, Rubén, Fernando, El Negro, Pablito, Sofía, Juanita y Aura que fue condiscípula mía en el grupo escolar "Narciso López Camacho".

Frente al tranquero de los Amariscua, donde está actualmente la casa de Rubén Amariscua y Marbella Torrealba, había un roble centenario, "El Roblote", donde decían que salía un espanto en forma de cochina cuyas lagrimas eran de candela, La Sayona, que asustó a muchos borrachos que pasaban por el sitio a altas horas de la noche. Cuando cortaron este Roble de uno de los pedazos del tronco mi mamá hizo un pilón que lo utilizó muchos años para pilar el maíz y hacer las sabrosas arepas de maíz pilado que a más de 50 años de distancia aún añoro con mucha nostalgia, cariño y amor, por el aliño que les ponía las manos santas de mi madre. Les informo que "El Roblote" lo cortaron para dar paso al tendido eléctrico que lleva la energía hacia Tucupido y la compañía S.E.C.A., contratista de CADAFE, no le quedo más alternativa que cortarlo, ya que en su lugar quedaría un poste y un transformador. Por allí cerca de este Roble, un poco hacia el Oeste quedaba la casa de Isaías Ortega, mamá de Rolito, Dionisio y Godoy Ortega, este último lo conocí cuando yo era niño y él vivía con la señora María Correa, en La Aguadita.

En esta parte a orilla de la carretera vieja quedaba la casa de Lilia Gómez, que perteneció después a Jesús Delgado, y actualmente es de los hijos de Eusebio Trejo y Ana Bermúdez. Se dice que en esta casa en la época del General Juan Vicente Gómez, en un baile para el 24 de Junio, día de San Juan ocurrió un crimen espantoso. Parece que un señor de apellido Trujillo, quien presuntamente andaba en compañía de Manuel Cabeza, vecino del pueblo de Tucupido, se encontraba disfrutando del baile y como entonces se acostumbraba que el hombre o parejo brindara a las mujeres, Trujillo quien era desconocido en el sitio trató de comprarle unas roscas y empanadas dulces de pan de horno a una señora que vendía en la fiesta. La señora al ver que Trujillo le fue a pagar con una peseta de dos bolívares, plata de la época, los tres centavos que valían los dulces, le contestó que no tenía sencillo, pero Trujillo alebrestado por la alegría del baile y algunos palos de caña le dijo: más tarde le pago. Esto lo oyó un hijo de la Doña vendedora de dulce que no le gustó la expresión de Trujillo y al rato cuando bailaba alegremente Trujillo sintió un golpe seco cerca del cuello y la yugular, acompañado de un escalofrío en todo el cuerpo, se puso la mano en el sitio en donde sintió la puñalada, llamó a su compañero Manuel Cabeza y salió.

Continuará…


Manuel Rangel Iroba - Degnis Romero

 

El profesor Manuel Celestino Rangel Iroba, en una de sus magistrales interpretaciones

El orgullo tucupidense

Manuel Rangel Iroba

 Degnis Romero

    Manuel Celestino Rangel Iroba, es un tenor tucupidense de trayectoria ejemplar en el mundo de la cultura y las bellas artes, destacando en la música y la pintura.

    Nace el 02-02-1951 (el mejor año para nacer) y es hijo de Manuel Rangel y de Ramona “La Chicha” Iroba.

    Estudió Primaria en el colegio “María Inmaculada”, lo que le sirvió de inicio en actividades musicales y pictóricas, llegando a ser excelente cantante y ejecutante de la guitarra, y pintor especialista en dibujar rostros usando la técnica del pastel, actividad de alta complejidad que lo apasiona y de la que obtiene algunos recursos en función de su esfuerzo.

Incluso tiene un blog que lleva por título “Tizas y Pinceles”.

    Luego de la Primaria, se traslada a la Escuela Técnica de Agricultura "ETA", en Altagracia de Orituco, de donde egresa como Perito Agropecuario, ejerciendo la docencia por más de treinta años hasta su jubilación. Trabajó en Ocumare de la Costa, San Casimiro y Valencia.

    Se copia una breve reseña que aparece en el catálogo del Instituto de Patrimonio Cultural, capítulo correspondiente al municipio José Félix Ribas, del estado Guárico: “Comenzó su carrera como cantante en las veladas que se realizaban en el Teatro Ribas en el año 1964. Hizo su primera grabación junto a varios artistas del municipio Ribas como Juan del Campo y Perla Arenas, entre otros. En el año 1980 grabó un sencillo, en 1981 grabó un LP de canciones originales de destacados compositores del municipio como Roque Peñalver, Víctor Rodríguez Pérez y Luis Chito Hernández. A lo largo de los últimos años, ha contribuido a la realización de los festivales de música de la localidad ya que representó a la comunidad en el Festival Magisterial Nacional Voz Rural del año 2002; forma parte del Comité Municipal, el cual está encargado de asesorar a los niños que van a participar en el Festival Infantil Granero del Guárico; participa como músico en el festival Cantaclaro y dirigió la Casa de la Cultura Rafael Rengifo.

    Esta última labor la realiza, a tiempo completo, en dos oportunidades. Preside la Orquesta Infantil y Juvenil “Rafael Rengifo”, Núcleo Tucupido, que también tiene sedes en Cují Negro y San José de Puño de Oro.

    Comenta que el diario "Meridiano" publicó una reseña de su primer disco de 45 RPM, con temas románticos, señalando que había sido el más vendido del sello “Discaracas”. Además, tuvo una excelente performance en el festival “Panoja de Oro” de Valle de la Pascua, compitiendo con Freddy Salcedo.

    Por otra parte, cuenta que Lorenzo Rengifo, lo llevó a la casa de su hermano Rufino, en Caracas, para que conociera a Simón Díaz, quien lo tuvo como invitado especial, durante una semana, en el programa “Rumbos, Coplas y Canciones”; y también refiere que estuvo en el programa de “El Puma” José Luís Rodríguez, en VTV. Dice que era una competencia de cantantes en la cual ganaba el que recibiera más aplausos y que no ganó porque su “barra” era de una sola persona. Por cierto, una manera de evocar tal ambiente es con el video de Elio Roca, interpretando “Como deseo ser tu amor”, en 1972.

    Manuel tiene una bien ganada fama como colaborador.  Son incontables sus intervenciones ad honorem en Tucupido. Nos consta porque lo hemos visto, entre otros, en el papel de maestro de ceremonia en encuentros de cronistas, y en la tarima de los 250 años de Tucupido, en 2010.

    También interpretó el himno ganador del concurso de 2013, en acto solemne en la plaza Bolívar.

    Además, es Hermano Masón, en cuya congregación participa activamente brindando lo mejor de su arte.

Gaspar Ramos (Cuatro), Manuel Rangel Iroba (Guitarra) y Julio León (Saxofón)

    La foto de portada se la tomamos en la ocasión de hacerle entrega de la canción “Ver a Tucupido”, en compañía de Garibaldi Soto, para ser interpretada en el Décimo Encuentro de Poetas y Poetisas, auspiciado por la fundación “Amigos del Narciso López Camacho”, evento que no pudo llevarse a cabo, desafortunadamente.

    En esa oportunidad nos devolvió este mensaje vía email: “Hola Degnis, un saludo especial, si lamentablemente suspendieron la actividad, aún no sé las razones, pero habrán más eventos donde se puede llevar. Gracias, estoy dispuesto a cantarla en cualquier momento para que la conozcan y porque está bien lograda, hay poesía  y melodía. Sobre el concurso después te aviso”.

    Sin embargo, luego de eso nos contó que la cantó en uno de los programas de Garibaldi “Por los caminos de Ribas”. “No me le pusieron micrófono a la guitarra”, se quejó.

    Manuel es una persona que practica la excelencia en todo lo que hace, disfrutando de sus laureles musicales y de su incursión como pintor retratista.

    Actualmente, en este último renglón exhibe un interesante catálogo de personajes del pueblo que han solicitado sus servicios, y de otras esferas de proyección nacional; tantos que planea montar una exposición el próximo mes de mayo.

Su ídolo es el pintor manchego Julio Puentes y no dudamos que pueda alcanzar su nivel este orgullo de Tucupido, de trayectoria intachable.


Luís Hernández "Chito", vivirá en el recuerdo de los tucupidenses - FRANKLIN RODRÍGUEZ

 

Luís Hernández "Chito", vivirá en el recuerdo de los tucupidenses

 

FRANKLIN RODRÍGUEZ

 

E1 pueblo de Tucupido en pleno se volcó a la calle para participar en los actos celebrados con motivo de la despedida a Luis "Chito" Hernández, incansable luchador social y talentoso artista tucupidense, quien por disposición del creador, partió en forma repentina hacia su última morada.

Personas de todas las edades, de los sectores urbanos y del medio rural, gente vinculada al quehacer cultural, profesionales de todas las disciplinas y dirigentes sociales y políticos de las diferentes tendencias, acudieron al lugar del velatorio para expresar su pesar por la desaparición física del poeta, como muchos lo llamaban. Para darle el último adiós al amigo que siempre fue para todos aquellos que lo conocieron y con quienes compartió en algún momento de su vida, parte del gran caudal de sueños que nunca abandonó.

Tucupido, el Granero del Guárico, nombre con el que fue bautizado a finales de los años sesenta, como reconocimiento a su condición de emporio agrícola, también se ha caracterizado por ser cuna de muchos talentos que han puesto en alto su gentilicio. "Chito" formó parte de esa inmensa legión de tucupidenses que con su obra ha contribuido a enaltecer este pequeño rincón guariqueño, el cual quizás, muchos, en el contexto nacional, sólo conocen por haber sido el escenario de uno de los sucesos más trágicos para la gesta emancipadora, como fue aquel donde murió el general José Félix Ribas.

MIEMBRO DE UNA DINASTÍA DE MÚSICOS

El profesor Bernabé Gómez, reconocido trompetista con destacado desempeño artístico dentro y fuera de Venezuela, durante muchos años, siete de ellos con la orquesta Los Melódicos del Maestro Renato Capriles y dos con la Salsa Mayor de Oscar D` León, es nacido y criado en Tucupido. No solo conocía a Chito, su coterráneo, también fue su amigo y juntos compartieron en innumerables oportunidades.

Al referirse a Chito Hernández, Bernabé Gómez, dice, "Chito" perteneció a una familia que es una verdadera dinastía de músicos". Era hermano de Nelson Hernández, actualmente residenciado en Nueva York, quien se formó en la escuela del Maestro Napoleón Baltodano y perteneció a la famosa orquesta La Fania. Otro miembro de esa dinastía de tucupidenses que ha sabido cultivar con éxito el arte de la música y hacer que el nombre de Tucupido trascienda más allá de nuestras fronteras, es Arturo Hernández, quien vive en el pueblo, agrega Bernabé Gómez, quien tras una breve pausa explica que el desaparecido y siempre recordado José Hernández, a quien llamaban, José "la perra", un hombre que con una excelente voz y un carisma que lo hicieron merecedor del cariño de todos quienes lo conocieron y se convirtió en el animador y maestro de ceremonia de todos los eventos públicos que se realizaban en el pueblo, era igualmente miembro de esta familia.

UNA OBRA QUE LO HARA VIVIR EN EL RECUERDO DE LOS TUCUPIDENSES

Para hablar sobre la obra completa de Chito Hernández, sería necesario escribir un libro, o al menos, hacer un reportaje periodístico basado en un trabajo de investigación que facilite la recopilación de una serie de datos sobre hechos que durante años estuvieron ligados a la vida de este personaje.

La obra de Chito, sin lugar a dudas, es muy completa, por lo que seguros estamos, en torno a ella, abundan anécdotas sobre las parrandas, los sancochos, refranes y chistes, algunas veces vinculados a lugares emblemáticos, donde los protagonistas son personajes populares del pueblo. Es la vida del hombre, del artista, donde por supuesto, no deben faltar aquellas situaciones relacionadas, con romances, sentimientos y conflictos de la realidad cotidiana que en determinados momentos es impregnada por la nostalgia que brinda al artista la inspiración para escribir canciones y poemas como lo hizo Luis Alberto Hernández.

En Tucupido muchos recuerdan que en su juventud, Chito fue uno de los integrantes del grupo Impacto Juvenil que a mediados de los años setenta, se presentaba con música bailable de moda para la época, y con su ritmo alegre, ponía a disfrutar a todos los públicos que asistían a las fiestas que se escenificaban frente a la plaza Bolívar y en la Casa del Ganadero, con motivo de la celebración de los carnavales y en las Ferias de San Rafael.

Asimismo formó parte por más de treinta años de la agrupación conocida como Trio Tucupido, la cual fue decretada patrimonio cultural del municipio José Félix Ribas.

En los últimos tiempos también estuvo integrado a otra organización artística de la localidad, bautizada con el nombre de Reminiscencias, con la cual realizó una producción discográfica, que de acuerdo con la información obtenida, estará a la venta en los próximos días.

Chito no solo fue músico, cantante, compositor, poeta, articulista de periódicos regionales y cronista. Su pasión por el arte lo convirtió en un promotor cultural de iniciativa propia. De esta manera dedicó tiempo a organizar a los talentos naturales de esta parte del estado Guárico que no tuvieron la oportunidad de asistir a una academia para estudiar música o canto, con el propósito de que se mantuvieran activos y en una constante superación para un mejor desempeño en sus actuaciones como artistas.

En su rol de político, se destacó por su trabajo eficiente, primero como concejal y posteriormente cumpliendo funciones de prefecto por tres años durante el mandato del gobernador José Malavé Risso y luego, a lo largo de la gestión de Eduardo Manuitt.

Su labor política estuvo dirigida a la acción social para beneficiar a las comunidades, por lo que es difícil conseguir una cancha deportiva, una escuela que haya sido recuperada, una calle o un pozo para el suministro de agua potable en momentos de sequía, donde "Chito" no haya estado presente, expresó un dirigente vecinal.

Hace varios meses, la última vez que Chito conversó con el periodista que escribe esta nota, en Valle de la Pascua, le comentó que estaba produciendo un espacio radial musical en una emisora de Tucupido. "Estoy allí, haciendo lo que se puede por la música y por los artistas del pueblo". En esa oportunidad invitó al reportero a su programa para comentar sobre algunos temas que tienen que ver con el gentilicio tucupidense. El objetivo de esta cita no se logró concretar, por razones no atribuidas al poeta, sino a la ausencia casi permanente del invitado, quien cumple compromisos profesionales fuera de esta entidad.

Chito se marchó dejando el sabor amargo de la despedida en familiares y amigos. Sin embargo, dejó un legado que lo hará vivir a través del tiempo en el recuerdo de todos los tucupidenses. Por ello, no hay razón para las lágrimas. Él quiso que la alegría que siempre entregó a través de su música, canciones y poemas, siga presente en el corazón de todos y cada uno de los hombres y mujeres de esta tierra. Así lo plasmó en uno de sus poemas titulado Presagio, del cual se toman los siguientes fragmentos para cerrar esta nota.

"Cuando me lleven en hombros

que vengan del horizonte

todas las aves del monte

a darme la despedida

que no lloren mi partida

que trinen sin descansar

que no se sienta pesar

que reine mucha alegría

¡Florentino lo sabia

La muerte es un despertar!".