El legado cultural venezolano es el resultado de un
intenso proceso de mestizaje. Este legado se refleja en las manifestaciones con
características que identifican los diversos grupos, que forman parte de
nuestro patrimonio cultural, que es el conjunto integrado de todos aquellos
bienes acumulados desde el pasado y que son considerados dignos de protección
por su valor cultural.
El patrimonio cultural se clasifica en dos categorías:
tangibles e intangibles. Los bienes intangibles son de acuerdo con el Instituto
de Patrimonio Cultural Venezolano (2005): “aquellos bienes que no siendo
objetos y, en consecuencia, careciendo de forma física están vinculados con la
gente por un conjunto de significados y valores asociado a lo perceptual”
(p.12). Dentro de estos bienes intangibles se encuentra la Tradición Oral,
definida por el Instituto antes mencionado como:
Los testimonios orales, narrativos y discursivos sobre
acontecimientos y conocimientos significativos para una comunidad en
particular, que se transmite de generación en generación mediante la narración
oral: cuentos, cantos, rezos, leyendas, mitos, historias locales o las recetas
curativas o culinarias (p.13).
Dentro de este orden de ideas, cabe
señalar que la tradición oral es por demás fuente de información y
conocimiento, su contenido es conocido y transmitido por las generaciones que
nos precedieron, que guardan relación con las diferentes manifestaciones
culturales, por ello es de suma importancia la preservación y difusión de estas
manifestaciones tradicionales, porque ellas contribuyen a reafirmar nuestra
identidad.
Sólo el conocimiento de nuestras
culturas y costumbres nos ayudará a comprendernos mejor. La tradición oral es
un instrumento útil para adentrarnos a la cosmovisión de los pueblos que
conforman nuestras raíces. A través de la tradición oral, podemos llegar al
cuerpo y corazón de nuestra gente. Además, podemos adquirir conocimientos
prácticos y útiles para la vida diaria. “Un pueblo sin historia, es un pueblo
sin memoria”, que no tiene la capacidad de sustraer de su pasado las
herramientas que le servirán de soporte para construir un futuro mejor.
Estos
aportes se matizaron con contribuciones significativas en música, arte pictórico
y sentido de lo mágico de las viejas culturas. También se enriqueció por otras
corrientes culturales que conforman lo que hoy se conoce como patrimonio cultural,
donde se destaca todo lo valioso, característico y significativo que los
diversos grupos étnicos de una sociedad, nacional, regional o local; asumen
como un bien que le pertenece a su colectividad.
La
valoración y preservación de este patrimonio, es motivo de preocupación debido
al poco valor que se le asigna a la cultura en los diferentes sectores de
nuestra sociedad, donde muchas manifestaciones que forman parte de nuestro
patrimonio cultural han sido desplazadas, importante es destacar, que gran
parte de las manifestaciones culturales, se han olvidado en el tiempo por la
poca preocupación de registrar la tradición oral que forma parte de esa
herencia cultural y que por ser un bien intangible es más vulnerable a ser
distorsionada. En tal sentido Blanca A. (2000) afirma:
Es importante resaltar que nuestro país, como los
otros pueblos latinoamericanos, presenta como característica fundamental y
especifica el mestizaje étnico cultural. Esto se refleja en las creaciones de
la tradición oral mediante rasgos pertenecientes a tres raíces que están
formados estos países: la amerindia, la europea y la africana. Es de su
importancia la preservación y difusión de estas manifestaciones tradicionales
porque ellas contribuyen a reafirmar nuestra identidad.
Lo
descrito hasta ahora, refleja la necesidad de mantener íntegros los valores que
permitan acceder a la sociedad del conocimiento, defendiendo nuestras
especificidades culturales, nuestra idiosincrasia y nuestro acervo histórico;
que nos ayuden a enfrentarnos al proceso de globalización sin que esto
repercuta en las innovaciones en una sociedad de cambios vertiginosos.
En
la actualidad, los venezolanos enfrentamos múltiples problemas, que en gran
proporción tienen que ver con la pérdida de su memoria colectiva, historia
local y valoración patrimonial que ameritan una reorientación. Realidad que se
hace evidente en muchos estados del país, donde se carece de registros
relacionados con la historia documental y oral de las comunidades, realidad de
la que no se escapa el municipio José Félix Ribas, la tradición oral es un
instrumento útil para adquirir conocimientos prácticos y útiles para la vida
diaria
El reconocimiento de las manifestaciones culturales de
cada municipio o región, permite la revalorización de una herencia cultural que
nos enorgullece, y que es portadora de una energía social que ha generado no
solo un patrimonio extraordinario en el terreno de las artes y el pensamiento,
sino una cultura de resistencia que es hoy estandarte de los pueblos. En este
sentido, solo la tradición oral hace justicia, porque es la memoria viva y
hablada de una comunidad, y los hechos relevantes que ella no recoja, trasmita
y conserve, muere en el olvido.
Es por ello que el estudio de la tradición oral, de
una comunidad es una tarea ineludible, dado que su conocimiento es una vía
perfecta no solo para concentrar al hombre con su medio, sino para comprender
la relación reciproca que lo convierten en parte de él. Así mismo es necesario
considerar que la cultura venezolana guarda rasgos comunes con la mayoría de
los países del continente, derivado de procesos históricos similares y que está
llena de elementos peculiares que la hace ser diversa y, por ende, rica y
única.
En la investigación se consideró necesario mencionar
algunos aportes, de estudios realizados con relación al tema y que le
anteceden, siendo uno de ellos el presentado por: Quero S. y Ruíz M. (2006),
titulado: Diseño de un Software Educativo para incentivar la lectura y
escritura de la lengua indígena en los niños Wayuu, en la cual las autoras
plantean:
Se deben preservar las culturas y lenguas
indígenas y con ellos contribuir a la propagación de sus tradiciones culturales
como una manera de afianzar el patrimonio cultural. Valorar la tradición oral
como una de las vías más propicias de la educación formal dentro de un proceso
de educación permanente. (p.4).
Lo
señalado por estas autoras guarda una relación estrecha con esta investigación,
considerando la importancia que se le asigna a la tradición oral como un medio
de transmisión y preservación de valores de una sociedad que busca avanzar a
través de sus vivencias y tradiciones. Es importante señalar que la tradición
oral brinda un valor significativo, las historias de cosas pequeñas y los
hechos fortuitos, pero a partir de los cuales se desencadenan y se exponen los
grandes acontecimientos de la historia.
Dentro
de éste orden de ideas se considera pertinente citar lo expuesto por Orocua y
Toro (2006) quienes en su trabajo: Las Torres de Cachipo, como testimonio de
las actividades productivas y culturales del Municipio José Félix Ribas del
Estado Guárico señalan:
Según la tradición oral. Estas torres
pertenecían a un antiguo alambique, que formaba parte de la hacienda que se dedicaba
al procesamiento de la caña y para la obtención de otros derivados de la misma,
las torres formaban parte del conjunto productivo de la hacienda y su función
era de chimeneas por donde se desprendía el humo proveniente del horno que
calentaban dos grandes calderas donde era calentado el jugo extraído de la caña
con la finalidad de obtener el “melao” para elaborar el papelón u otros
derivados de la caña. (p.26).
En
esta cita se observa el valor que las autoras asignan a la tradición oral como
forma de recolección de la información, a partir de la cual realizaron revisión
bibliográfica y consultas con especialistas, que les permitieron determinar que
efectivamente estas torres funcionaban como chimeneas de un antiguo alambique,
que forma parte del conjunto de la hacienda que funcionó durante la primera
mitad del siglo XX, en el mencionado municipio. En tal sentido concluyeron:
Son pues, las torres de Cachipo testimonio
de las actividades productivas y culturales del Municipio, referencia de un momento
histórico caracterizado por la búsqueda y adaptación de técnicas, de trabajo
donde el hombre refleja su ingenio, creatividad y a su manera la carga de
saberes ancestrales.
En
lo señalado se deja ver claramente que a través de la tradición oral se pueden
obtener datos muy valiosos que sirven de base a investigaciones, y además
conocer los valores culturales con que cuentan las comunidades.
La
investigación se circunscribe al Municipio Ribas del Estado Guárico, la
Parroquia Tucupido es su capital. Se encuentra localizado en la parte
Nororiente del Estado Guárico, con una superficie de 2.600 Km2, lo que
representa el 4% del total del territorio regional, desde el punto de vista
geográfico se encuentra establecido entre las siguientes coordenadas 9º 16’ de
latitud norte y 65º 46’ de longitud oeste. Se encuentra delimitado de la
siguiente manera:
Norte: Municipio San José de Guaribe. Sur:
Municipio El Socorro. Este: Municipio Zaraza. Oeste: Municipio Leonardo Infante
El
Municipio Autónomo José Félix Ribas, según el censo del año 2000, cuenta con
una población de 38.152 habitantes, en cuanto al relieve todo el ámbito, en
especial del Municipio, se encuentra ubicado en la zona conocida como los
llanos altos de Venezuela, la cual a su vez forma parte de la depresión del río
Unare. El clima de la zona se caracteriza por ser tropical de sabana, posee un
alto potencial agrícola y pecuario, que es su principal actividad económica,
existen políticas de Estado que permiten y propician el desarrollo de estas
actividades, además posee un alto potencial piscícola, cuenta con grandes
reservorios de agua, ya que este se encuentra enmarcado dentro de la sub cuenca
del Río Tamanaco, lo cual forma parte a su vez de la Cuenca del Río Unare. La
presencia de estos reservorios de agua aunado a otros factores para el
desarrollo exitoso de la actividad agrícola le dan una gran potencia para el
desarrollo agroindustrial. La producción de queso y de manteca de cerdo es
tradicional. Artesanías diversas, en las últimas décadas, se ha desarrollado
una agricultura tecnificada basada en el maíz y sorgo, y existe una mediana
explotación petrolera.
Esta
investigación apunta a brindar Aportes al desarrollo Cultural Local, Regional y
Nacional, en una sociedad que resulta enormemente variada, como se muestra a
diario, donde lo que antes se consideraba “normal”, ahora se ha convertido en
“diverso”. La diversidad es norma, no situación excepcional. Esto se conoce y
comprueba en cualquiera de las sociedades actuales, en las que la
multiculturalidad es un hecho constatable.
La difusión del patrimonio recuperado nos
obliga, como ya hemos señalado, a redefinir la noción de documento, pues
estaríamos hablando de documento vivo que representa la tradición oral. Esta
modalidad ofrece dos beneficios: la posibilidad de ir hasta el lugar donde se
origina y conserva la palabra, y la oportunidad de fijar la memoria en un
soporte material y en lugar apropiado como son los archivos y bibliotecas. En
este sentido, y como una necesidad ya se están redactando los documentos para
la formalización de los convenios respectivos con Instituciones ligadas a la cultura.
Tal es el caso del Centro de Investigación, Conservación y Divulgación de lo
Nuestro de la Universidad de Carabobo, según Hurtado I. (2006):
Es una institución social, cuya función principal
es la de promover un ambiente para el aprendizaje creativo, buscando relevar al
público el significado del legado cultural o histórico de los bienes que
expone. Está orientado a cubrir cuatro funciones básicas: Investigación,
conservación, divulgación y puesta en valor del objeto que lo constituye, en
nuestro caso los elementos o valores históricos del bien inmueble que le sirve
de sede y los valores culturales y patrimoniales. (p. 1).
Como
lo expone el autor es necesario crear centros de investigación, en los cuales
se registren los datos de los bienes de valor patrimonial, desarrollando un
conjunto de actividades de comunicación con los portadores de la tradición
oral, cuyo objeto es revelar y explicar el papel y el significado del patrimonio
cultural, mediante su interpretación contemporánea, con el fin de aumentar la
sensibilización de los habitantes del municipio y del estado y de hacer más
eficaz la conservación del patrimonio. Es importante que los centros dispongan,
como condición fundamental de funcionamiento, de personal especializado para la
realización de los registros de la información.
De allí que el presente trabajo
tiene como propósito brindar aportes, al destacar y poner en evidencia la
importancia que tiene la tradición oral como herramienta pedagógica de
transmisión de los valores culturales del Municipio José Félix Ribas, y que
seguramente son el reflejo de otras regiones del país, esto se fundamenta por
cuanto el registro, transmisión y preservación de la tradición oral de un
pueblo, siendo esta el punto de partida para garantizar la estabilidad de los
relatos sobre las raíces, los ancestros y los autóctonos de una nación.
Es
importante señalar que en muchos países en la actualidad, se da una verdadera valoración
patrimonial a la tradición oral, ya que se considera la tradición oral desde la
perspectiva histórica y desde la perspectiva literaria, estas perspectivas
significan considerarla como un arte, como un estilo de composición. Al
respecto el poeta y novelista Montemayor C., Estudioso de las formas literarias
tradicionales y de la actual literatura en varias lenguas indígenas de México,
citado por Requejo A. (2005), propone una manera más amplia de entender el
concepto de tradición oral, al plantear:
… en esos contextos de resistencia
cultural las lenguas indígenas suponen un uso específico que es en sí mismo un
tipo de composición que se destaca del uso coloquial en la misma medida que en
cualquier otro idioma se distingue la composición artística de la expresión
común… el complejo proceso idiomático y cultural que se ha dado en llamar
‘tradición oral’ sólo puede explicarse cabalmente a partir del arte de la
lengua, pues en estricto sentido, la tradición oral es cierto arte de
composición que en las culturas indígenas tiene funciones precisas,
particularmente la de conservar conocimientos ancestrales a través de cantos,
rezos, conjuros de discursos o relatos. (p.2)
Por
lo expuesto hasta ahora podríamos considerar a la tradición oral, como una
comunicación que tiene determinadas características que la definen ante otro
tipo de comunicación; es también verbal e inmediata, pero sus significados, a
la vez son presentes, provienen desde formas de conocimiento fraguadas en el
pasado, con intención de futuro. Es un puente vivo como una forma verbal de la
comunicación, donde se establece una especie de juego de permanencias en el
tiempo. Es un presente continuo donde se conjuga el pasado y el futuro.
De igual forma están los aportes al
proceso educativo, Local, Regional y Nacional, donde la tradición oral se
promueva desde una escuela moderna, que responda a las exigencias educativas y
sociales, con una organización y diseño curricular que le permita adecuar su
actuación de forma idónea a la atención educativa personalizada que ha de
ofrecer a su alumnado, es así como de este modo, la educación institucional
atenderá a la diversidad y, por tanto, será capaz de alcanzar la calidad
educativa que la sociedad reclama.
Si
deseamos una sociedad integrada, la educación debe ser integradora. Hay que
alcanzar una escuela para todos, que asuma la diversidad, sea capaz de atender
a cada uno y se enriquezca con las diferencias. Es importante que nuestros
espacios educativos, sean centros en los cuales se puedan sintetizar los
principios pedagógicos de la educación, en las cuales se pongan en práctica la formación
y fortalecimiento en la escuela y en la sociedad de los valores humanos; reconocimiento
del derecho personal de cada alumno a recibir la mejor educación, con cuidado
especial de la formación de su identidad personal, reconocimiento positivo de
las diversas culturas y de su necesaria presencia y cultivo en la escuela, todo
ello en atención a la diversidad, respeto a las diferencias, puesta en uso de
la tradición oral, la preservación del patrimonio; atendiendo a una
comunicación activa e interrelación entre todos los alumnos y de los padres en
la escuela para incrementar las relaciones positivas entre los diversos grupos
y una inserción activa de la escuela en la comunidad local.
Es en lo antes descrito que se
evidencia la importancia de la Tradición Oral, como herramienta pedagógica para
la transmisión y preservación de los valores culturales patrimoniales del
Municipio José Félix Ribas, este desafío es uno de los más importantes, pues
supone ver la forma como los diferentes actores de la experiencia, se
involucran en el proceso de sistematización de los datos que conforman el
patrimonio de las localidades, pues la tradición oral puede deberse a su
carácter popular e igualitario, que no precisa de una educación o formación
previa para su expresión.
La tradición oral, como una herramienta de
preservación, conlleva a la afirmación de que existe en el Municipio José Félix
Ribas, una gran cantidad de información histórica que puede ser transmitida y reconocida
por sus pobladores. Esta información cultural que contiene, comprende muchos de
sus componentes que han tenido un origen tradicional o empírico.
Es un fenómeno rico complejo, que se
convirtió en el medio más utilizado a lo largo de los siglos para transferir
saberes y experiencias. Este frágil milagro evidentemente basado en la oralidad
está formado por un heterogéneo conjunto de recuerdos y comprensiones del
pasado, entremezclado con las vivencias del presente y expectativas del futuro.
Nace y se desarrolla en el seno de la comunidad como una expresión espontánea
que busca conservar y hacer perdurar identidades más allá del olvido y la
desaparición de las sucesivas generaciones.
De esta manera la historia de los
pueblos mantiene un vínculo intimo con el grupo de personas que lo produce y
con su dinámica social, intelectual y espiritual; busca despertar el interés y
valoración de la tradición oral, pues ella incluye toda aquella experiencia
humana de la que una persona es capaz de expresarse, que cobra su mayor
importancia al ser expresada por sus portadores, informantes que están
biológicamente determinados por su eventual e inevitable fin. Así, cada vez que
desaparece un informante, perdemos un testimonio valioso que nos recuerda la
célebre frase africana: “Un viejo que muere, es una biblioteca que
arde”.
Es el valor de la palabra en quienes a
través de sus testimonios de vida, son la vía primordial para dejar fieles
registros y recuperar el pasado histórico, que se revela desde
la memoria colectiva del pueblo. Se presenta a continuación una
muestra de los portadores de estos saberes, donde su oralidad representa una
crónica que está marcada por los contrastes, en un compartir de experiencias
dialógicas trascendentales desde sus espacios más íntimos, donde sus
conocimientos se expresan en su entorno, lo que les permite aflorar de una
manera sencilla sus recuerdos, que marcan ese reconocimiento de su historia
donde sus discernimientos se reciben en un tono emocional preciso.
Garibaldi
Soto. Poeta, Cronista, Portador Patrimonial (Catálogo del Patrimonio Cultural
del Municipio José Félix Ribas):
Se
consideró el aporte del Sr. Soto, ya que es referencia dentro del Municipio en
cuanto al conocimiento de la tradición oral, ha sido conductor del programa de
radio “Por los Caminos de Ribas” y cuenta con un importante registro de las
costumbres, tradiciones, procesos productivos, literatura oral; entre otros que
forman parte del patrimonio intangible del Municipio y que le han sido
transferidas a través de la tradición oral y otras son parte de sus vivencias.
Señala: “La Tradición oral, tiene una gran importancia
porque cuando un niño conoce la historia de nuestras tradiciones, de nuestras
costumbres, le permite sentir más amor, más cariño hacia su terruño; darle
a conocer la historia de nuestras tradiciones, enseñarles que tenemos valores
históricos, personajes populares, hombres que dejaron una historia que forma parte
de las riquezas de nuestro folclor; un ejemplo es en el “Guasdual” un caserío
que pertenece al Municipio José Félix Ribas, donde tuve la oportunidad de
conocer un hombre llamado Juan Segura, un hombre muy chusco, que tenía por
costumbre amarrar el ganado a pie. Él no montaba caballos su cosa era que para
amarrar una res mañosa era a pie, corriendo, nunca llegó a usar alpargata
porque las alpargatas se las amarraba en lo que usaba como cinturón, que era un mecatico
o una correa de soga, cuando alguien le preguntaba que por qué no usaba las
alpargatas para trabajar en el llano, decía que “no lo podía hacer,
porque si las usaba corría el riesgo de que las espinas le malograran las
alpargatas”, y que de esa manera cargándolas en la cintura las alpargatas le
duraban muchos años, el sostenía que cuando el venia corriendo detrás de una
res, las espinas decían una a la otra: apártese que allí viene Juan Segura,
esto era porque sus talones eran muy fuertes y tenían unas grandes callosidades
que las espinas nunca lograron herirlo.
Para
la época 1937–1940, aquí en Tucupido no había cine, no sabíamos lo que era la
televisión, en algunas casas de familia tenían un radio, y nosotros
disfrutábamos cuando nos encontrábamos con hombres como Juan Segura, personaje
que recordarle es rendirle un homenaje a un hombre que llevó una vida sencilla,
humilde y que acá en el llano dejó una página con su obra de vida como buen
llanero, como buen trabajador.
Es
importante conocer nuestra tradición oral, apropiarnos de nuestra historia, desde
niño motivarles el conocer los distintos momentos de luchas que hizo su padre,
para lograr formar un hogar, formar una familia, que los muchachos conozcan de
aquel Tucupido, cuando un padre de familia venía de “Cerro Grande” en pleno
invierno, con Tamanaco crecido de punta a punta, y que su papá tenía que a
altas horas de la madrugada lanzarse al río, para venir a comprar una medicina,
donde Don Carlos Rodríguez, a las cuatro o cinco de la madrugada en busca de
una medicina para salvar a algunos de sus hijos en “Cerro Grande” por ejemplo,
hay niños que no conocen que sus padres tuvieron que enfrentarse a la vida en
momentos difíciles, había personas aquí que eran buenos nadadores, y que a la
hora de una emergencia los llamaban de madrugada y ellos estaban dispuestos a
prestar sus servicios.
Es
un honor estar hoy aquí en este compartir de nuestra tradición oral, que nos
lleva a esos conocimientos de la gente, que tienen guardado un gran valor.
Cuando un niño llega aquí o que hay un grupo de niños buscándome, yo siento una
gran satisfacción, y es mi deber, es mi obligación, cuando yo estoy haciendo
ese trabajo estoy haciendo una labor de patria; porque un pueblo sin cultura no
vale nada y es por eso que hay que trabajar por ella, porque pasaríamos a ser
unos egoístas si uno sabe algo y no lo trasmite a los demás, hay que enseñar a
los niños, porque enseñando a los niños haremos un país grande un país de mucho
porvenir.
Esa
gran satisfacción con mucha humildad, mucha sencillez que siento, ya que no hay
una cosa que llene más, cuando me encuentro con un grupo de muchachos que
vinieron a mi casa en búsqueda de esa ayuda, y que me dicen que en la tarea
sacaron veinte puntos. Y que uno busca la manera de familiarizarse con los
niños, cuando el padre de uno se acerca, que uno esta acostado en su chinchorro
y entonces el papá de uno le dice: “bueno hijo esta noche le voy a contar onza,
tigre y león, después tío conejo y tío tigre”; y el papá pasándole a uno la
mano por la cabeza acariciándole y el resto de los hermanos al lado también, y
así uno se dormía y uno conciliaba el sueño de forma espectacular.
Yo
digo que, para mí, y para muchos sería de un momento de gran alegría que en
todas las escuelas se emprenda ese trabajo, ese acercamiento, de la escuela a
los niños y de los niños a los padres, y así trabajar de manera conjunta, por
lo que se obtendrían grandes resultados.
Desde
muy pequeño yo he sentido esa inquietud, es por eso que cuando a este pueblo
llegaban agentes viajeros que venían a caballo, a mula, y llegaban aquí, donde
Devota Barrios, me acercaba allá y veía como esa gente llegaba, con sus
muestras médicas y decían que tenían tantos días de Caracas a Tucupido y todo
lo que habían pasado, por los obstáculos en la vía, que el rio estaba crecido,
y ellos con sus tertulias de cómo le había ido en esa travesía, desde Valle
Guanape, Guaribe, Los Rastrojos, que Tamanaco estaba crecido y tuvieron que
esperar dos días a que el río bajara; estaba tan compenetrado con eso que
cuando yo escuchaba el burro campanero, el puntero con una campana, ya yo sabía
qué arriero venía llegando, porque cada campana de cada arriero tenía
un ruido distinto, porque a pesar de tener diez años, ya había el inicio de una
amistad conmigo eran muy generosos me daban casabe, café, tabaco para mi mamá,
es necesario estar pendiente de esas cosas, de las cosas de pueblo.
Recuerdo los velorios de cruz de mayo, los cantos de
negros, lo bonito que era en diciembre, la alegría cuando uno escuchaba el
furruco de Julián Ramírez, el primer furruquero era de Barlovento, después
surgen otros como Balbino Rodríguez, Jerónimo González, Sotillo, Pablo Acero; y
yo que también me apliqué porque tenía un conjunto llamado “Los Navideños”, lo
fundamos en 1957 junto al Negro Carpio, y es lamentable que esas costumbres se
pierdan, porque cuando la parranda navideña pasaba frente a una casa con las
puertas abiertas, entraban y allí había una mesa con una batea de hallacas,
queso de mano, casabe, el vino; y aquella casa era risueña, alegre.
Aquí
había un señor que hacia buenas escobas y yo le preguntaba hermano qué vamos a
hacer el día que usted se muera, me preocupa qué vamos a hacer sin las escobas
porque nadie quería aprender a hacer la escoba, y al morir murió con él ese
arte.
Los
Cabeza nacieron aquí en Tucupido, tres hermanos Juan Bautista, Juan de Dios y
Camilo, tres hermanos nativos de Tucupido y esos no fallaban el día de San
Juan, el día de San Ramón, día de Santa Rosa, salían por las calles; unos
vestidos de hombres, y unos vestidos de mujer; se pintaban el cuerpo con negro
humo y con manteca de cochino, como quien dice, con el carbón del caldero;
fueron muy populares, ellos le daban alegría al pueblo y estábamos
acostumbrados a verlos y a oírlos. Otro señor que fue un cantador de negros fue
Encarnación Cordero, él era negro y no tenía necesidad de pintarse, pero se
pintaba; cuando llegaban ellos con su verso, sus canciones eran bien recibidas,
sería importante que este sea un buen comienzo para emprender acciones para
lograr rescatar estas tradiciones”.
Luis “chito” Hernández. Poeta, Escritor,
Compositor. El Sr. Hernández es un poeta que se ha dedicado a fortalecer el
folclor del Municipio, a través de composiciones poéticas y musicales, en su
mayoría de tipo ambientalista y tradicionalista, inspirado por la tradición
oral y por sus vivencias, que han sido temas de participación en diversos eventos
y festivales. En opinión del Sr. Hernández la tradición oral es una herramienta
de preservación porque:
“Es
importante buscar en el pasado, de dónde venimos; en este pueblo y en todos los
pueblos, la tradición oral es importante nos permite conocer de nuestros
ancianos eso que guardan con tanto amor, que nos permita buscar un sólo rumbo y
así buscar la mejor manera para rescatar las tradiciones porque estamos
perdiendo la historia y para ello debemos dejar la apatía.
Hemos
conocido a través de la tradición oral, que este pueblo tiene una cantera de
poetas de alto renombre, incursionando en el lirismo y otros en la poesía
tradicional llanera, se han dado casos como Humberto Arveláez, el poeta Vate
Aular, Vicente Arveláez, Cayetano Guillen, los hermanos Bermúdez entre otros.
Particularmente
de la tradición oral, he podido captar algunos parámetros de la poesía y me he ido
identificando con algunos estilos como el del poeta Manuel Rangel Toro,
Celestino Molfese, mi padre, me inició en estas artes cuando me brindaba
décimas pertenecientes al poeta Humberto Arveláez, que me marcaron por siempre
porque en este estilo es en el cual identifico mi poesía, con un poco de
lirismo, más naturalista con influencias ambientalistas a la flora a la fauna.
Por
eso es alto preocupante ver cómo hay una dejadez, y hasta un poco de desidia y
abandono de la parte poética, y que es necesario que los representantes de la
cultura oficial organicen eventos en el Municipio que involucren a toda la
comunidad, la poesía necesita estimulo, y lo que se gana es un aplauso que es
el estímulo más sublime para un artista.
Dentro
de los poetas de este pueblo he tenido la oportunidad de compartir jornadas
coloquiales con el poeta Garibaldi Soto, con quien en estos encuentros hemos
hecho una escuela juntos intercambiando poesías, porque la escuela de antes era
un sitio para el intercambio de ideas, hay muy poco valor en el ambiente, donde
las influencias externas han destruido los valores espirituales del romanticismo,
donde desaparece la canción que es un poema en melodía y ahora ya no existe”.
Sra.
Isidora Hernández, es muy reconocida dentro de la comunidad y conforma el grupo
reducido de las personas que se dedicaban a atender a muchas mujeres del Municipio
en el proceso de parto, se consideró su opinión por cuanto las técnicas de este
proceso son muy poco practicadas en la actualidad, pero sin duda que son un
legado muy importante que forman parte del patrimonio de las comunidades,
considerando que las parteras salvaron y ayudaron a venir al mundo a muchos de
los pobladores de la comunidad sin contar con una preparación académica formal.
Además, es una persona dedicada a los ensalmes y a la aplicación de técnicas
curativas derivadas de las creencias del pueblo.
“Yo
empecé acomodando las barrigas, desde arriba hasta abajo, hasta que el niño se
mueve; yo atendí partos hasta los 52 años, hasta que tuve baño de sangre y me
atacaron los nervios. Cuando una mujer viene a arreglarse la barriga, ¡yo sé
cuándo le toca el parto!, ¡y sé cuándo son dolores de parto!, ¡también sé
cuándo el parto va ser difícil!, ahí aconsejo sin que se asuste para que se
controle con tiempo; el caso es que cuando ellas daban a luz conmigo yo les
bañaba al niño con jabón azul, agua tibia, se le quemaba el ombligo con una
vela y se le amarraba con un hilo pabilo negro, y entonces le acomodaba su
niño.
A mí me enseñó Martha Figueroa, quien fue mi mamá de
ombligo, mamá de ombligo significa que ella ayudo a mi mamá cuando me parió,
ella enseñó a ocho hijas de ombligo, que aprendimos; para arreglar el niño, con
dolores de barriga, masaje en las caderas, cuando el niño tiene mal de ojo, se
le reza para que se le quite; yo los santiguo con agua bendita y ramitas de
hojas verdes.
También
para la culebrilla, la erisipela, dolor de cabeza, empeine, dolor de
oído. El mal de ojo se sabe porque cuando un niño tiene mal de ojo le
salta la mollera, cuando está asustado se sabe por la vista y uno empieza a
rezarles, echarle agua bendita y así se le quita eso, con la vista triste se le
quita. ¡Por aquí los niños vienen para que yo los enseñe a rezar!, ¿Qué va
primero? Y después ellos siguen. De mis hijos solo la que aprendió es Zaida que
le faltan los rezos, yo quiero que ella sepa y que le quede el conocimiento así
ella pueda ayudar a las personas, hay que creer en muchas cosas; primero en
Dios”.
Doctor Fernando Aular. Médico Radiólogo, Poeta,
Pintor, Escritor. Portador Patrimonial (Catálogo del Patrimonio Cultural del
Municipio José Félix Ribas)
El
Dr. Aular es Médico Radiólogo de profesión, además es reconocido en la
comunidad como músico, poeta, cantante, pintor, escritor, locutor y animador;
su labor como escritor cronista y músico ha contribuido al afianzamiento de la
cultura popular.
“Evidentemente
la tradición oral tiene gran importancia, porque es la pequeña historia de los
pueblos y de su gente, porque se va transmitiendo de persona a persona, de
tiempo en tiempo, de generación en generación; y eso tiende a conservar las
cosas que han pasado, en un pasado remoto o un pasado más cercano en la
población, que es una memoria que no se escribe, sino que está en la memoria de
la gente, se va transmitiendo, es importante ir reconociendo esas cosas que son
nuestras, y que muchas se han perdido justamente porque nadie las ha recogido,
aquí nosotros en nuestro pueblo, y todos los pueblos existen personas que
tienen ciertas particularidades, cantantes, poetas, músicos, artesanos; que han
desempeñado una función dentro de la colectividad, que han marcado una época y
que vivieron y se conocen porque dejaron sus poemas, las que en artesanía
hicieron y que esa persona llegó a ser representativa para la colectividad y
por eso se le recuerda.
Tucupido está lleno de eso, de muchos
cuentos, muchas anécdotas de personajes muy típicos, es muy curioso
que se utilizan para animar veladas, animar velorios; en los velorios muchas
veces la gente no va por el muerto sino por la reunión social, que allí siempre
se encuentra con personas conocidas y comienzan a rememorar parte de su vida,
de cosas que han ocurrido en el pueblo; muchas veces los velorios son
verdaderamente fuente del conocimiento popular hasta el punto que hay
expertos que siempre los invitan para mantener esa parte de ánimo de
los velorios, yo particularmente he recogido algunas de estas tradiciones en
cuanto a las pocas cosas, los pocos vestigios que han quedado yo hice el
rescate de los poetas de Tucupido, donde viejos poetas prácticamente
desconocidos y muchos siquiera habían publicado y eso que nos había llegado por
parte de la tradición que se convierte en una crónica, esa crónica es valiosa
porque ya queda algo escrito para las generaciones sucesivas, así mismo recogí
una cantidad de cuentos históricos de Tucupido, y parecería algo controversial
de llamar historia a estos cuentos pero sí son historia, porque realmente
sucedieron; son cuentos que cuenta la gente y que están basados en verdades, y
que muchos tienen la trascendencia que constituyen fenómenos que son propios de
la población. Como alguien que dijo en una oportunidad que las calles, las
casas de los pueblos, las plazas de los pueblos, son verdaderos libros, pero
que muy poca gente lee.
Justamente ahí es donde esta lo lamentable, tienden a
perderse y porque cuando uno va por la calle de un pueblo, uno se para en una
esquina a hablar con un vecino y le dice aquí vivió fulano de tal; y al
mencionar esa persona se abre un libro porque esa es una historia, porque aquí
vivió la maestra tal, el poeta tal, en esa casa funcionó tal comercio tal
escuela y entonces va naciendo todo lo que es historia y esa es la importancia.
Nuestras nuevas generaciones van a conocer estas
cosas, porque no es la historia universal, la historia nacional, no es la
historia la que escriben esos grandes historiadores y los nuevos estudiantes de
historia, no es la que se ve en las clases de historia, del liceo, de la
universidad, de la escuela, sino de esa historia pequeña; que hemos construido
que hemos vivido nosotros, cuando uno comienza a investigar, se lleva una gran
sorpresa; por ejemplo Modesto Nieves, era un gran cantante de corrido muy
típico y dejó para la historia el corrido de los animales, que cuando los
animales conocieron al hombre por primera vez, formaron una fiesta a estos les
llamó la atención ese animal tan raro, y la fiesta terminó a palos
porque los animales comenzaron a tocar al hombre por todas partes para
conocerlo, era un improvisador cantador de corrido con una copla muy ágil,
había un personaje, una de una señora que le decían “la zorra” que era una
viejecita que vivía por el bajo de la nueva, y que tenía una particularidad de
que justamente a las doce del día exacto tocaba los postes; cuando
no había luz eléctrica y la iluminación se hacía por medio de faroles de aceite
que había, el farolero que ese era un oficio, tenía que limpiar los faroles
antes de prenderlos y atender esa parte; y que son oficios que han desaparecido
y es por eso que no veremos a los constructores de barriles, porque antes había
que buscar el agua en las lagunas cercanas en la laguna de Rivero, La Trinidad,
la Nueva, la del Diecinueve, Macairita, había que buscarla en burros cargados
de barriles, y que era para las casas y que se debía aclarar el agua con pencas
de cardón y que ya son cosas viejas que no existen, la luz eléctrica no lo
veremos producto de progreso del pueblo pero es necesario que nosotros sepamos
de dónde venimos que tuvimos que pasar esas etapas que han sido superadas.
Uno va por ejemplo, a la parte de Rivero y no sabes
dónde quedaba porque ha cambiado mucho ya allí hay una urbanización, y antes
era un bosque donde íbamos a bañarnos y recolectar semerucas, cerecita roja;
era común cuando la época de esa matas, todo eso son cosas propias del lugar y
aquí hay personas en Tucupido; que no por viejas sino porque le gustan esas
cosas, han investigado y hacer parte de crónicas del pueblo, por ejemplo lo de
los poetas viejos; Mena Herrera, Tobías González, Tobías Guillen, el mismo Vate
Aular; sus obras ya no se perderán porque en gran parte fueron recogidas y así
quedarán para la posteridad, y así hay otras tantas cosas hermosas, cosas,
nuestros cuentos, anécdotas, leyendas, todas esas cosas que forman parte del
patrimonio histórico y no es cuestión uno de que se pierda y otro porque esas
cosas mientras estén en la memoria de la gente corre el riesgo que cuando la
persona muere desaparece. Personas de principio de siglo quedan muy pocas y que
a través de ellos hemos obtenido gran parte de esos conocimientos, por ejemplo
la historia de nuestra música, como fueron los primeros músicos hasta el
advenimiento del profesor Napoleón Baltodano, quien tuvo una gran labor de la
música de banda, de orquesta de banda y la formación de músicos, Tucupido era
uno de los pocos pueblos donde se podía conseguir un violinista, un
trompetista, un saxofonista, un clarinetista eso es raro en muchos pueblos, en
Valle de la Pascua no se conocía un violín, un oboe, un clarinete hasta la
llegada de la orquesta sinfónica, en Tucupido ya existían bandas de retretas,
la retreta es importante porque la plaza Bolívar de los pueblos es el pulmón,
es el centro espiritual de los pueblos, donde la gente iba a la plaza Bolívar
sobre todo los domingos, a escuchar la retreta y a esta función social, no sé
porque esas cosas tan hermosas las eliminaron, prácticamente los músicos
típicos de banda con aquellas trompetas, trombones, la tuba eso prácticamente
desapareció de los pueblos y muchas de las plazas de pueblos son unos
desiertos, la plaza de algunos pueblos no cumplen ninguna labor social,
solamente la gente se reúne en la plaza para conmemorar una fecha histórica, la
Plaza Bolívar de Tucupido, se ha caracterizado porque siempre es visitada, y es
importante porque allí es donde nos encontramos los tucupidenses, como el
Mirador, el Mirador es un sitio de encanto, hay un paisaje con una serranía que
desciende; y se pierde a lo lejos y todas las tardes uno ve el sol cayendo con
aquellas luces de colores, hay que incentivar una cultura de
utilización de los espacios públicos, todos los pueblos deben ser sitios para
que la gente viva no para que se desviva; porque a veces sufrimos los pueblos.
Nosotros sufrimos los pueblos cuando hay calles
sucias, en mal estado, no hay sitios de esparcimiento, no tenemos un teatro, un
cine, entonces los pueblos se convierten como un cascaron donde la gente vive
como escondida en sus casas, la gente no sale, uno va a un pueblo y uno
pregunta en una calle quien fue fulano y la gente no sabe ni el nombre de la
calle, y todas las calles tienen sus nombres y cada nombre representa un personaje
o un hecho histórico, nosotros tenemos valores esos valores que prácticamente
nadie conoce, a Tucupido se le conoce prácticamente porque aquí mataron a
Ribas, creo que eso no es ningún mérito eso de que hayan matado aquí a Ribas,
más bien es un pasaje histórico doloroso, pero no se le conoce porque aquí
tenemos buenos músicos, buenos maestros, esas cosas que como que no se le diera
valor y generalmente creemos que lo que viene de afuera es lo que vale, lo que
viene del exterior, lo que nos viene por la televisión, por los radios y eso
constituye una especie de transculturización negativa, porque no es que en este
mundo de globalización uno va a hacer abstracción de las cosas que vienen de
afuera, tenemos que recibirlas, pero si uno no tiene conocimiento más apropiado
de lo que somos, estaríamos más capacitados para recibirlos e interpretarlos
mejor y no para que esa cuestión nos esclavice.
En nuestros pueblos tenemos buenos cantantes, buenos
músicos, a mí me decían, pero es que nosotros no tenemos recursos humanos, no
hay cultura, cómo que no tenemos cultura, todo es cultura, es cuestión de que
nosotros apreciemos más las cosas, en cuanto a las leyendas, a los cuentos yo
tengo una obra que obtuve hablando con la gente, se llaman Cuentos Históricos
de Tucupido, Anécdotas Galenitas de Tucupido, Poetas de Tucupido, o sea que es
una cantera abierta para el que quiera investigar.
Aquí mismo en Tucupido, a alguien le preguntaron y ese
estadium de béisbol porque se llama Ramón Díaz y él respondió en forma
incorrecta e irreverente que eso era un piazo de viejo que vivía aquí,
imagínese la forma de pensar de la gente desinformada y además grosera y sí lo
pregunta una gente de afuera, por eso es importante el conocimiento porque a
nosotros, nos preguntan ¿Quién fue Rafael Vidal?, nosotros como Tucupidenses
deberíamos saber, que fue el viejo arpista del pueblo y que vivió en
el barrio San Pablo, un músico reconocido que tocó con su arpa por toda la
región inclusive estuvo tocando en Curazao, Bonaire, así muchas cosas, nosotros
tenemos sitios que son históricos, por ejemplo el río Tamanaco como fuente
hídrica y como parte de la historia del pueblo, porque fue allí donde se
refugiaron nuestros aborígenes los cumanagotos y palenques, huyendo de la
esclavitud porque los caribes eran guerreros y carnívoros, y por eso se les
perseguía y se les esclavizaba, y allí los fue a buscar Fray Anselmo Árdales,
porque Tucupido era un pueblo de indios que tenían su cabildo indígena, fundado
con familias predominantemente indígenas, eso fue Tamanaco, aquí en Tucupido
cualquier cosa que estudiemos, que investiguemos es historia, la historia por
ejemplo de las religiones, educativa, nuestros primeros maestros, aquí en
Tucupido por ejemplo fue gran poeta de Venezuela, Antonio Martínez, que no
solamente era maestro de aula, eran maestros de la vida, enseñaban deporte,
música, albañilería muchas cosas que en ese entones el pueblo necesitaba y que
le hicieron mucho bien al pueblo; no es por criticar a los maestros de ahora.
El maestro de antes se volcaba en el pueblo a enseñar si era músico enseñaba
música y eran verdaderos maestros, eran maestros integrales.
Sería bueno que alguien se encargara de buscar, por
ejemplo, los primeros sacerdotes, aquí en Tucupido uno de los sacerdotes más
resaltante fue el Padre Juan Santiago Guasco, quien estuvo por estos lares
durante los años de 1840 – 1850, y lo más importante es que era músico, albañil,
arquitecto, enfermero, literato, filosofo ¡dejó, y enseñó prácticamente una
escuela!, la primera iglesia la construyó el Padre Guasco, porque anterior a
esa, eran construidas con paredes de bahareque, y que perduró hasta
1960, fecha en la cual se construyó la que actualmente existe. En Tucupido,
nació Lorenzo Antonio Zaraza, quien fue nieto del General Pedro Zaraza y lo
conocemos porque dejo una obra, era un hombre muy inquieto, era autodidacta y
ejerció el periodismo, tenía un conocimiento de matemáticas, física, escribió
el libro “La Independencia en el Llano”, de una historia muy local
que se realizó en el alto llano y que habla de la Guerra de Independencia, de
muchos soldados héroes locales de la región, que prácticamente en la historia nacional
son desconocidos, y hace un rescate de los personajes nuestros. Aquí en
Tucupido vivió Tomas Aquino quien era un hombre con un alto conocimiento, una
de las grandes bibliotecas del Guárico para la época era la de Manuel Tomas
Aquino, él era lo que en muchos pueblos se consideraba el típico pica-pleitos,
los abogados sin título que no habían estudiado en ninguna universidad, pero
que lo buscaban para resolver problemas judiciales, fue escribano y
ejercía el periodismo, fundó varios periódicos, una de sus anécdotas dice que
él era jugador, y él jugaba no sé si era dados, o a las cartas, lo cierto es
que él jugó con un General, el General Sarmiento y entonces hicieron la parada,
apostaron y ganó Manuel Tomás Aquino, y le dijo no yo lo que le voy a exigir es
un libro, como no, dijo el General que era el Gobernador del Guárico en ese
momento, y le regaló el libro, pero cuando Manuel Tomas Aquino fue a buscar el
libro, resulta que el General pensó que era un librito cualquiera y resulta que
era la Historia Universal que tenía 36 tomos, y para traerla tuvieron que
hacerlo en un arreo de burro, esos son personajes del pueblo.
Lo
importante de este tipo de historia oral tradicional, es que tantas cosas como
cuentos, tantas como anécdotas, leyendas que van surgiendo de las épocas más
remotas hasta nuestros días, hasta las cosas más recientes son historia, cómo
se funda un colegio, cómo se funda una universidad, cómo llegó al pueblo el
primer teléfono, el primer televisor, tantas cosas que son historia de los
pueblos.
Las
tradiciones orales, como orales son, en el camino van sufriendo cambios,
alteraciones, y por lo general, cuando estas tradiciones o estos cuentos vienen
directamente de la fuente son más originales y hay que tratar de conservarlas de
la forma más original posible, porque si no se deforman, y es importante “porque
cuando se recoge en su forma original, son verdaderas historias y resisten una
investigación, y eso pasa hasta con la misma historia, porque se narra desde la
óptica del historiador; cosa que no debe ser porque el verdadero estudio de la
historia actual es científico, una investigación con documentos, vestigios, esa
es la verdadera historia, una historia escrita en forma de poesía o escrita en
forma de anécdota es una verdadera historia, la anécdota escrita recogida de la
forma más verídica sigue siendo por lo menos, un sucedáneo de la historia y que
siempre llevara implícito un suceso”.
Informante: Lcdo. Julio Hernández. Licenciado en
Educación Integral, Mención Matemática. Poeta, Compositor.
Reconocido
por la comunidad en cuanto a su labor Docente, aunada a su labor como artista,
ya que como poeta ha obtenido varios reconocimientos, así como compositor de
canciones para ser interpretadas por artistas de música criolla.
“La
tradición oral es una herramienta pedagógica y de investigación, porque va a
haber una comunicación, una formación, bien sea tradicional, desde el punto de
vista poético, a través del cuento, a través del cacho, entonces ya se va
indagando, va a estar haciendo la investigación, buscando con las fuentes de
información y va a ir formándose, bien con su papá, con su tío, con sus hermanos,
lo que le abrirá la puerta para investigar en libros; de cuentos, de poesías,
de leyendas.
La
tradición anda con uno, no se puede obviar momentos que han pasado, hay
relaciones, hay transferencias de aprendizaje, bien sea desde el punto de vista
poética, yo puedo redactar una poesía y la puedo relacionar incluso, con una
que yo haya redactado hace mucho tiempo; hay una transferencia desde el punto
de vista poético, desde el punto de vista pedagógico; en pedagogía la forma
como se enseña ha variado mucho, nosotros como maestros, actualizados, a pesar
de hacer énfasis en lo nuevo, siempre debemos recordar y utilizar algunos
detalles viejos que podemos utilizar para complementar lo nuevo.
Una
forma de adquirir cierto aprendizaje sin ningún tipo de pedagogía, yo tengo una
anécdota, cuando estuve haciendo la tesis de matemáticas para el pregrado, a mí
me asesoró Graterol, y la tesis de Graterol para su postgrado, era tan
emocionante y llamativa que tenía que ver con el aprendizaje que él adquirió, o
que se puede adquirir mediante reglas, no reglas formales; se trataba entonces
la investigación, el visitaba una bodega donde el señor se llamaba Benjamín y
el señor sacaba la cuenta el de una manera todo lo contrario, uno suma de
derecha a izquierda en función de los valores de posiciones, y el señor sin
ningún tipo de grado de instrucción, copiaba las cantidades completas él fue
reiteradamente a ese negocio, a esa bodega; le llamo mucho la atención que hizo
su trabajo de eso y estuvo hablando con el señor y le explicaba que él aprendió
a sumar así, él iba a escribir doscientos cincuenta y seis, el no escribía dos,
cinco, seis; él escribía doscientos, más cincuenta, más seis; y ese señor no lo
aprendió en un libro y eso nosotros lo vemos en los libros, que es una regla
aditiva, un estudiante que tenga contacto con ese señor le va despertando, el
interés al que ve y como usted suma así, si mi escuela no me dan
eso, allí a través de ese diálogo, esa conversación de esa parte oral, el niño
aumenta su creatividad y su conocimiento, tomando y basándome en ese ejemplo de
la tesis del profesor de Graterol, la tradición oral es importante desde el
punto de vista para la pedagogía, para la formación de uno incluso como
docente, como poeta, como escritor y como formador de alumnos, no podemos
separarnos de eso, siempre vamos a estar en contacto con esa realidad.
Es
importante explicar el porqué, en el caso de los estudiantes si ellos están
viendo un objetivo, como orientadores debemos relacionar el tema con la realidad,
con la vida cotidiana, que haces con eso, porque se pueden aprender algo
mecanizado, porque y para qué es eso, en el caso de las matemáticas; para que
me va a servir, no para aprobar una evaluación, sino que te quede que lo
utilices en la vida diaria”.
La
Señora Rosa Maestre, Ama de Casa. Es una matrona muy conocida y querida dentro
de la comunidad Ribense, posee muy importantes vivencias e información de los
hechos y costumbres del Municipio, además de una expresión muy clara de sus
ideas, que permiten interpretar que la tradición oral es una excelente
herramienta de transmisión y preservación de los valores culturales, por cuanto
en su entrevista hace referencia a hechos que están dentro de la colectividad
de manera dispersa.
“Hoy
no se hace fiesta; dígame esos grandes velorios de mayo usted podía amanecer y
oscurecer allí nadie le faltaba los respetos y no pasaba nada; si dos personas
mayores estaban hablando, nunca lo decían delante de los niños. Ve mis hijos yo
los crié como quien dice sola, cuando yo necesité la ayuda de mi esposo, él se
puso inválido y quedó ciego; y usted los ve que son unos viejos y ellos ven que
yo tengo visita, y mire salió por aquí y no regresa.
Antes
se ocupaban los viejos, y se sentaban los muchachos y se oía eso contando caso,
y que era caso, contaban cuentos del rey, el rey tal, y se rodeaba de esos
muchachos, esa mente de esos muchachos estaban inocente, hasta grandotes, ellos
no sabían groserías, ahora ya no se ve eso; todavía hay viejos por allí que
saben cuentos se acuerdan de todo, pero que ahora nadie quiere escuchar, ¿eso
cuánto costará?, para reunir un grupo de muchachos, ¡quien va estar escuchando
eso!, eso lo dice porque está loca, está chocha… otra cosa tiene la juventud de
hoy en día, que van para cualquier parte así y no aceptan que el viejo vaya,
porque lo tratan que vas a ser vegetal, lo tratan el vegetal.
Las
fiestas de antes eran más sana, por aquí en este barrio éramos veintiuna
mujeres, y nosotras bailábamos cuando queríamos; habían dos muchachos que tocaban
sinfonía eso no sale ahora, ¿usted la ha visto ahora la sinfonía?, y nos
reuníamos eternamente aquí en esta casa, ya la que queda soy yo de ese tiempo,
bueno mañana o esta noche bailamos, y la abuelita mía estaba así como yo, y
decía Ummmju, más nada; toque eso (pasodoble), siempre llegaban muchachos, a
mitad de semana o cualquier día y bailábamos, entraban en esos muchachos
Alejandro Rodríguez, Marcos Bermúdez, José Espinosa, que se le decía “Meneque”,
José María Ponce, y esos eran los muchachos de aquella época y por qué no, la
sinfonía está buena, pero por qué no vamos a buscar a mi compadre Moisés, ahí
nos veíamos las caras toditos, Moisés clarinete, el Vate Aular que está viejito
así tocaba la tumbadora, eso era maravilloso y empezábamos a bailar a las ocho
de la noche, y cuando el sol venia coloraito que se veía bello que venía
saliendo, nos tocaba Moisés el último joropo, y amanecíamos jartos de caldo de
gallina; tenía mi abuela gallinas en ese patio, estaba la batata, yuca, topocho
verde, y no se gastaba nada, y pasábamos la noche bailando y comiendo. Se tenía
todo aquí porque la gente sembraba en los patios, dónde se ha visto un kilo de
caraotas 15.000 bolívares, ahí donde Rafaelito la estaban vendiendo, caraotitas
de esa blancas de la ojito de paloma, de la de nosotros que es criollita, ¿a
cómo es el kilo? A 15 mil…mijito ¡Ay que eso está muy caro! “Bueno déjela ahí”.
Antes todo el mundo sembraba en su casa, se cosechaba
maíz para cachapa, y por el medio metía frijol y la caraota; venían vendiendo
la perola esa grande donde ahora viene con pintura y cosa, esa hace dos kilos y
medio… dos kilos y medio de caraota, esa la vendían en tres reales, el frijol
real y medio la misma medida; si era en la bodega uno iba a comprar tres
centavos de queso y dos de papelón, tres centavos de café; llegaba Pedro Risso,
que tenía una batea con una cuña de madera en el medio, y te decían anda a
comprar dos centavos de manteca, dos centavos de manteca una botellita más de
cuatro dedos.
La
cosa más bonita en la escuela, las maestras, le preguntaban a los alumnos qué
te gusta hacer a ti, a mí me gusta tejer, a mí me gusta bordar, todo asunto
manual, a mí me encanta hacer flores, yo quisiera hacer tal cosa, te llegaba un
papelito llévele a su mamá, esa era para la semana que viene. Un niño de cuarto
grado te conocía la regla toda, le preguntabas cuanto es tanto por tanto y te
lo decía relancinamente; así eran las escuelas; las niñas salían ¡Ay tejían!,
¡qué bello!, una que estudió y le gustaba y aprendió a bordar, fue Rosa Vidal;
si una maestra no sabía tejer lo hacia la otra, iban representantes y ayudaban;
hace como cinco meses se murió mi maestra Doña Chicha de Sánchez, viejita se
murió allá en San Juan, ella trabajo allí donde son las monjas. Esos muchachos salían
de la casa y ya sabían lo que iban a hacer, que no viniera ninguna queja; si
escuchaban el Himno Nacional respetaban, el himno, hoy en día bailan, ya se
ponen en traje de baño los colores nacionales, y eso era enseñado de la casa,
educación doméstica de la casa, hoy el entreno es deme dos mil bolívares sino
no voy.
Yo
me pongo a ver, allí esta ese señor de ese retrato, el nada más que estudió
hasta a cuarto grado, porque se le murió su papá y el tuvo que trabajar, porque
él tenía que mantener unos hermanos más chiquitos, y ese señor fue una gran
cosa, y no era bachiller no llegó a eso porque se le trastornó la vida, ese fue
Don Roso Mendoza, vivió y fue una gran cosa; ¡ese me daba unos consejos
bonitos!, y sería que yo los oí, porque yo me casé de veintiocho años, ya mis
hijos están cincuentones”.
Profesor Oldman Botello. Educador. Periodista. Cronista
de Maracay, es reconocido por su aporte al desarrollo de investigaciones en el
campo de la Historia, posee una amplia información de la Historia del país, sus
publicaciones son una fuente obligada para los investigadores de la historia;
tiene un amplio conocimiento de la historia del Estado Guárico, así como de sus
Municipios, que ha venido desarrollando a través de su labor como cronista.
“Para mi trabajo como investigador histórico que
utiliza todas las fuentes de información, la tradición oral es una de ellas,
para reforzar el corpus del texto, sopesando desde luego la validez, su
pertinencia y la credibilidad del informante, entre otras condicionantes.
La
tradición oral es un elemento fundamental para la transmisión de mitos,
leyendas, cuentos, etc. Las culturas ágrafas – caso venezolano – no dejaron
sino sus tradiciones y fueron transmitidos de generación en generación los
conocimientos y sus tradiciones. Los mitos, tradiciones y leyendas indígenas
del Amazonas, Guayana, Apure y del Zulia, para sólo citar cuatro, se conocen a
través de la vía oral. Así llegaron a nuestro conocimiento las leyendas de
Amalivaca, Canaima, la del Cerro Autana o árbol de la vida, etc., que
posteriormente gracias a la escritura fueron perennizados y ya no se pierden.
Las tradiciones de los indios pemones, para citar un ejemplo, fueron narradas
al padre Cesáreo de Armellada, misionero capuchino, y este las vertió en libros
desde la década del cuarenta del siglo XX. “Taurón Pantón” (“eso dice el
cuento” en pemón) se llama uno de sus libros y casi hasta el fin de sus días
transmitió esos conocimientos que le habían entregado los indígenas de esa
etnia guayanesa.
Mediante
la divulgación por todos los medios posibles de estas manifestaciones
culturales se afianza la identidad nacional, en estos tiempos en que las nuevas
generaciones son bombardeadas por mensajes foráneos que tratan de colocar sus
culturas, distorsionando o aniquilando la propia del país.
La
divulgación de las tradiciones y del folclor en general es una tarea
insoslayable y de primer orden para los educadores, junto con los alumnos,
mediante la lectura dirigida, la escenificación teatral, escenográfica, el
canto; la investigación bibliográfica, hemerográfica o la recopilación de
información mediante entrevista con personas mayores y mucho mejor si son
cultores o narradores versados”.
Licenciada. Lilia Téllez. Directora de
Conocimiento-. Directora de Puesta en Uso Social, del Instituto del Patrimonio
Cultural de Venezuela.
La
Licenciada Téllez, tiene bajo su responsabilidad la Coordinación Operativa del
I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano, que viene llevándose a cabo a todo
lo ancho y largo del territorio venezolano, lo cual le ha permitido acercarse y
conocer el patrimonio con el que cuenta cada uno de los 336 Municipio del País,
trabajo que ha desempeñado de manera directa, desde la recolección de la
información, la verificación y validación de los datos, hasta el proceso de
edición de cada uno de los Catálogos producidos por el Instituto de Patrimonio
Cultural, además de ello tiene a su cargo la dirección de Conocimiento del
Instituto del Patrimonio Cultural de Venezuela, y la dirección de puesta en Uso
Social del Instituto del Patrimonio Cultural de Venezuela. Señala al respecto:
“Las
expresiones culturales que se transmiten de generación en generación por medios
no escritos componen la tradición oral. El arte popular y las técnicas de
producción ancestral también se comunican por otros medios: música, danza,
canciones, costumbres y grupos artesanales. Este acervo tan importante para un
país, como también lo son sus testimonios monumentales y documentales, forman
parte de la herencia cultural invaluable, que hemos recibido de nuestros
antepasados.
Entre
estos bienes culturales se hallan, además: Las lenguas vivas, los modismos
regionales y locales, la gastronomía, así como el saber tradicional sobre las
propiedades curativas de las especies vegetales.
A
diferencia de la visión tradicional según la cual el patrimonio a conservar era
exclusivamente el patrimonio tangible, en la actualidad hemos visto la
necesidad de conservar todo aquello que identifique a cada comunidad, a cada
grupo humano sin excepción ni discriminación. Es por ello, que estamos generando
planes integrales que permitan conservar e incorporar al uso social y
productivo todo el patrimonio cultural, que dé respuesta al derecho que tiene
cada niño de cada comunidad a “saber quién es y de donde viene” y a sentirse
orgulloso de ello.
En
nuestro país, los jóvenes y los niños conforman un alto porcentaje de la
población. El futuro del presente está en sus manos, igualmente estará en sus
manos el futuro del pasado. El patrimonio cultural debe integrase al proceso de
formación de las identidades de las nuevas generaciones, no como un discurso
nacionalista y demagógico, sino relacionado con el orgullo y la autoestima de
ser parte de un conjunto de un país con excepcionales oportunidades de
desarrollo a partir de su patrimonio. La incorporación del contenido
“patrimonio” en el sistema educativo debe enfocarse hacia las oportunidades de
futuro que el mismo contiene y ya no, hacia las nostalgias del pasado”.
De
esta manera, a través estos testimonios se afirma, que en el Municipio José
Félix Ribas, la tradición oral mantiene vivos recuerdos familiares y grupales
en muchos casos jamás registrados, puntos de vista particulares sobre grandes
acontecimientos nacionales (la muerte del Prócer José Félix Ribas, por citar un
ejemplo), tradicionales, juegos, cuentos y artesanías que sólo se transmiten de
boca en boca. Asimismo, a través de este medio se conservan y difunden ideas,
alternativas, discursos, pensamientos disidentes y el testimonio – único e
irrepetible – de los participantes en procesos sociales, políticos, históricos
y culturales de este Municipio.
Aunque
lentamente transformados y adaptados a las nuevas realidades, la tradición oral
nos permite el acceso a las cosmovisiones de siglos, leyendas que explican el
origen de cada elemento natural y el significado de cada símbolo mágico, cura para
todo tipo de males del cuerpo y del alma, recetas que aprovechan lo mejor de
los productos locales, y soluciones para infinitos problemas y quehaceres
diarios. Transmiten asimismo cantares, dichos y proverbios que reflejan el
espíritu del pueblo, su sabiduría, su idiosincrasia y su modo de comprender el
mundo y de actuar en él.
También
es importante señalar que, para lograr la transmisión y la preservación de la
cultura ribense, se presenta una imperiosa necesidad de establecer una
verdadera “cultura de preservación” del patrimonio, de todo aquello que nos
relaciona con lo nuestro por herencia, para esto se debe comenzar por localizar
todas las fuentes que existen en la comunidad, lo cual implica que no debemos
desechar ningún testimonio. Los testimonios orales, como todo cuanto el hombre
dice o escribe, todo cuanto fabrica, cuanto toca puede y debe informar acerca
de él. Lo fundamental, lo oral puede ser fijado mediante la escritura; la
tradición oral es una de las herramientas, que nos permite interactuar
socialmente y hacernos sentir desde la infancia miembros de una comunidad
determinada.
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