Historiadores,
Cronistas e Investigadores
II
Encuentro en Tucupido
Degnis Romero
Llegó la gran fecha de la
cultura a Tucupido. El día 20 de mayo de 2010, pasará a los anales de la
historia al ser inaugurado el Complejo Cultural “Fray Anselmo de Árdales”; un
espacio excepcional con capacidad para 240 personas y con un sistema de aire
acondicionado que nos hizo confundir, pensando que estábamos en los recientes
juegos olímpicos de invierno, al aire libre, en Vancouver, Canadá.
El Sr. Alcalde procedió a
realizar el corte de cinta. Luego ofreció un sencillo pero interesante
discurso, dando inicio al encuentro en homenaje a la
Respetable Logia Aurora de La Paz Nº 55. Seguidamente, se escucharon las
gloriosas notas del Himno Nacional y un amplio repertorio a cargo de la Coral
Voces y Cuerdas de la Iglesia Evangélica Libre de Tucupido.
Los maestros de ceremonia: Manuel Rangel y Yenny Fernández (Miss Simpatía), abrieron el Ciclo de Ponencias, marcando la pauta
el hermano José Garibaldi Soto, con una semblanza de “Rafael Chicho Soto”; seguido de una serie de
importantes reseñas entre las cuales destacan la de Manuel Soto Arbeláez: “Dr.
Héctor Servideo Soto”, leída por Felipe Hernández; la de Franklin Santaella
Isaac: “Tucupido ayer, hoy, mañana y siempre”; la de Domingo Solórzano: “Cerro
Grande, caserío del oriente del Guárico”; y la de Wilfredo Zaraza: “Cines de mi
pueblo, remembranza de una época”, donde sorprende que en la bibliografía
consultada aparece el “Tucupido cincuentero” (que salió en el sexto turno envuelto
en un collage, llevándose una coleada efectiva y cintas de las Reinas de los
250 años y del Reencuentro, na’guará),
además del “Tucupido 60’s”, de Estebita del Yagual (quien no necesita agencia
publicitaria).
Narciso Clavillazo
Pedrique, se encargó de engrincharnos en los asientos con su encendida ponencia:
“Deogracio Rengifo: El gran revolucionario Tucupidense”, en la cual incluyó un
reclamo relacionado con los nombres de las calles del pueblo: – ¿Por qué no se usan nombres de gente de Tucupido,
como este personaje? El pana
nos recordó el estilo del Dr. Cristino García, autodenominado “El dinamitero de
la medicina”.
El cierre del día le correspondió a un sobrino del
Padre Chacín: Reinaldo Peña Chacín.
El opíparo almuerzo estuvo
compuesto por carne (para variar) y guarnición (afortunadamente vegetariana):
un palo a pique de feria (preparado por Doña Elvira Rojas: “La Reina de la
Empanada”), tajada y arepa. ¡Malogramos cinco raciones!
Saludamos a paisanos y
forasteros (gente inteligente), unos que no veíamos desde hace mucho tiempo y
otros con quienes sólo habíamos mantenido contacto virtual. Esto fue un
adelanto al gran reencuentro pautado para el sábado 29.
En horas de la noche se
disfrutó de un bembé animado por el trío Tucupido, de Nardo Velásquez, Carmelo
Arévalo y Luís Chito Hernández; todo un
excelente banquete musical.
Nardo es un legendario
juglar serenatero, corrido en siete plazas desde tiempos inmemoriales, tanto
que se oyó el comentario: Con la música
de Nardo ‘levanté’ a mi esposa. Otro que salió al ruedo fue Arturo
Hernández, hermano de Chito que
también tiene lo suyo (como Jorge Malo
Santana, que de malo no tiene nada); además su cara recuerda la de su otro
hermano, el entrañable amigo José La Pera
(Joe The Pear): En una procesión de
Semana Santa (hace casi treinta años) nos encontró to’sudaos, metidos debajo de un santo ayudando a cargarlo, atinando
a decir: – ¡Debes
que jode!
En ese sarao nos alicoramos y compartimos varios pasos de
alma salsera con una contorsionista apabullante, guiados por el repicar del
bongó de Zippy (quien manejaba el sonido en el evento y también hizo uso de las
maracas. Un hecho curioso se presentó cuando Wilfredo Vega, afamado cantante llanero presente, le arrebató esos
instrumentos de percusión, notándose marcada diferencia en la ejecución). Predominaron rancheras como RamaSeca, entre otras; además de baladas sentidas como Devuélveme El Corazón y Un Sólo Corazón, destacando una extraordinaria versión de París Ante Ti, del popular y recientemente emigrado
Sandro de América.
En la siguiente fecha, el
día 21, resaltaron las ponencias del Dr. Femando Aular Durant, quien se encargó
de indicar el desliz cometido con la calle Centeno, logrando una moción
aprobatoria unánime para tramitar su cambio de nombre; la de Argenis
Ranuárez, quien leyó un sentido documento cuyo autor es Valmore Camero, donde
se encarga de saludar a un montón de familias del pueblo. Adicionalmente, se
oyeron las interesantes lecturas de Adriana Orocua, relacionada con la reina
india Orocomay, y la de Danely Toro, una investigación acerca de la mortalidad
de la gente del pueblo, sin la mengua.
El almuerzo en esta ocasión consistió en
pastel de pollo con caraotas blancas, arroz y de postre: ensalada de frutas.
Otro dato curioso fue que, ¡por fin!,
nos enteramos del nombre de “Chicho el barbero”: Francesco Samele; de boca
de su hija Teresa, autora del libro inspirado en Tucupido: “En las Puertas del
Cielo”; y de Doña Ana, su esposa (Marketing Manager). Teresa trajo a la memoria
aquel verso de antaño:
Allá está la luna
Comiendo tuna
Echando las conchas
En
una totuma
Chito
Hernández, se encargó de recordar este:
Yo soy Ignacio Espinoza
Honesto tal cual nací
Y he guardado para ti
Los perfumes de esa rosa
Y este otro, atribuido
al popular personaje José Tomás “Verguero”,
durante una de sus acostumbradas borracheras, mientras permanecía tendido en el
suelo y era rondado por una considerable nube de zamuros:
Pájaros de mal agüero
Que cruzan por el espacio
No me coman todavía
Que lo que estoy es borracho
Por si eso fuera poco, Chito armó un contrapunteo de versos con Garibaldi, abriendo con
este:
Ilustre sala
que en su seno alberga
Mil sueños de
poetas, matizados de historia
Del Tucupido
del ayer, ese que fray Ardales
Rescató de las
sombras y lo llevó a la gloria
La respuesta de Garibaldi no se hizo
esperar:
El
encuentro de cronistas
Nos
brinda momentos cordiales
En
el Complejo Cultural
Fray Anselmo Isidro de Ardales
En conversación de reciente
data con Garibaldi, le consultamos acerca de quién le parecía el mejor poeta de
la actualidad en Tucupido, contestando sin titubeo: ¡Luís Chito Hernández! El polifacético personaje se encargó de aclararlo,
dedicando este verso de conmovedora belleza.
Degnis:
No
busques dónde está el llano
El
de la copla y canción
El
del bramar de las vacas
Y el
pitar del cimarrón
No
te aflijas si no lo ves
Para
alegrar tu visión
Búscatelo
allí en el pecho
Que
el llano vive contigo
Dentro de tu corazón
El pana alude una verdad
proverbial, vista con los ojos del alma. Lo hemos expresado con absoluta claridad
en todas las formas e instancias posibles: ¡Viva el llano y su gente!
Otras cosas que mencionamos
en el turno al bate fueron las especiales gracias dirigidas a
los que no han participado y mucho menos colaborado con esta celebración,
porque así el éxito obtenido es mucho más nuestro. Al final compartimos una inquietud
existencial, basada en la llamada “Maldición Gitana”: ¡Entre abogados te veas!; extrapolada al gremio médico y reforzada
por el roquero que dijo: ¡ojalá me muera
joven! Expresada de esta manera: ¡ojalá me muera sano!
El ex-compañero de primaria, Rocco Pizzoferrato,
leyó el discurso de agradecimiento en representación de la Logia homenajeada,
seguido por la alocución del joven Pablo Risso.
Al cierre del sobrio e inolvidable
encuentro, los ponentes e instituciones fueron obsequiados con valiosas
reediciones de los libros: “Ribas: El hombre del gorro frigio y su trágico
final en Tucupido”, de José Rodríguez Sáez; y “Tucupido, formación de un pueblo
del llano”, de José Antonio De Armas Chitty; Premio Nacional de Literatura,
1961. Además de las publicaciones: “El Padre Chacín: Una luz en el tiempo”, y “I
Encuentro de Historiadores y Cronistas (tomos 1 y 2)”; que pasan a engrosar la
biblioteca personal en conjunto con los obsequios: “Amor, arte y poesía”, de la
novel poetisa Eugenia Soler, y ”Ocho cuentos, un paréntesis”, de Franklin
Santaella.
Queda en todos los asistentes a este II
Encuentro de Historiadores, Cronistas e Investigadores, en Tucupido, un
recuerdo imperecedero, en conjunto con el compromiso por parte de la Alcaldía y
de sus diligentes colaboradores, en cuanto a la promoción de eventos culturales
que motiven a la comunidad a llenar la nueva sala los 365 días del año.
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