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César Díaz Ledezma - José Lugo


CÉSAR DÍAZ LEDEZMA:

UN FARO DE LUZ EN LA EDUCACION GUARIQUEÑA

(A PROPÓSITO DE SU CUMPLEAÑOS N°91)

 

Dr. José Aquiles Lugo García.

Cronista Oficial del Municipio Leonardo Infante

                            El objeto más noble que puede ocupar el hombre es ilustrar a sus semejantes

Simón Bolívar

Maiorum gloria posteris quasi lumen est

Salustio


Hoy arriba a un año más de feliz y productiva existencia el Profesor César Díaz Ledezma, egregio hijo de Jácome Abajo jurisdicción del Municipio Infante, donde vino al mundo un 22 de junio del año 1931; sus padres fueron Don Rafael Toribio Díaz, connotado músico y trabajador del campo, de quien heredó el amor por la tierra y la afición por la música y Juana de Jesús Ledezma, abnegada trabajadora del campo, del hogar y quien le transmitió el profundo amor a la humanidad. En un ambiente campestre fue creciendo el niño César, arrullado por el canto de las aves que parecían competir con el bramar de las vacas, consecuente testigo de la alegre, armoniosa y constante danza de los diversos sembradíos, al ritmo que marcaba el Dios Eolo.

En contacto directo con la naturaleza fue creciendo física y espiritualmente este niño campesino. Desde pequeño se sintió atraído por el estudio. Al inquirirle sobre sus estudios rápidamente responde que cursó sus primeras letras en la Escuela Federal N° 3314 en Jácome Arriba, cuando recién iniciaba la década del año 1940. Afirma que las maestras Emma Camero y Luz de Villasana iniciaron su formación. Menciona que continuó estudios de Primaria en el Instituto Venezolano dirigido por el Bachiller Alberto I. Padra y que allí fue discípulo del Bachiller Eustoquio Suárez, recuerda que frecuentemente se venía caminando desde Jácome hasta la escuela y viceversa, haciendo suyas sin saberlo las palabras de San Jerónimo: ‘Facis de necessitate virtutem’, ‘Haz de la necesidad virtud’; agrega que luego pasó a la Escuela de Varones Leonardo Infante donde cursó cuarto, quinto y sexto grado. Destaca que en ese Plantel, hoy desaparecido, sus docentes fueron: Maestro José Manuel Fuentes Acevedo, Maestro Rafael Pellicer, Maestra Judith Zamora, Maestra Emperatriz de Ortiz y el Maestro Rafael Vidal Guía, sus ojos brillan de alegría y su voz se entrecorta de la emoción cuando menciona a cada uno de estos grandes formadores, a quienes recuerda diáfanamente con profundo amor, respeto y admiración no obstante haber pasado en algunos casos más de 80 años de haber sido discípulo de esta pléyade de insignes maestros, cuyas vidas fácilmente transmitirían gran parte de lo que ha sido la educación en nuestro municipio y quienes entendieron como lo afirma el poeta Yeats, que la educación no es llenar un cubo sino encender un fuego y como lo manifiesta Turgot que el principio de la educación es predicar con el ejemplo.

Quiero resaltar que el Profesor César Díaz Ledezma no vaciló en mencionar cada uno de sus maestros de manera fluida, percibí su corazón henchido de emoción y es que los auténticos maestros se anidan en nuestros corazones, salvando las distancias comparé su emoción y agradecimiento con la expresada por el Libertador Simón Bolívar por su maestro Simón Rodríguez. Qué colosal obra educativa realizaron estos maestros guariqueños, al formar no solo el intelecto de este y otros tantos niños sino de formar su corazón el cual, por su evidente emoción, me atrevería a asegurar que estaba palpitando con tanta fuerza y vigor como en sus años infantiles.

En 1945, a la edad de 14 años ingresó a la Banda Municipal "Don Emilio López", dirigida por el Trompetista Nicaragüense Napoleón Baltodano, siéndole asignado el Clarinete. El Maestro Baltodano, observando el gran interés del joven por la música, gestionó en ese momento ante la Gobernación del Estado Guárico, su ingreso a la Escuela Militar de Música de San Juan de los Morros, lo cual no se concretó.

Siendo un adolescente, en el año 1949, César Díaz Ledezma por recomendación del Presbítero Ángel Polachini, entonces Párroco de la Iglesia Nuestra Sra. de la Candelaria de Valle de la Pascua ingresó al Seminario de Calabozo. De allí se trasladó al Seminario Interdiocesano de Caracas, dirigido por los Padres Jesuitas. En ese Seminario curso el Primero y Segundo año de Bachillerato, luego de lo cual decidió retirarse y optar por una Beca de 90 bolívares mensuales ofrecida por el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, la cual ganó, utilizando este dinero para sufragar los gastos de comida y alojamiento en la Escuela Normal Experimental Interamericana Genasio Rubio, en Rubio, Estado Táchira.


En esta escuela Normal alternó sus estudios con su participación en la Banda Municipal de Rubio. Se recibió como Maestro Normalista Rural en la Promoción "Luís Espelozín" en Julio del año 1955. El 16 de Septiembre de ese mismo año, es nombrado Maestro de segundo Grado en el Grupo Escolar Narciso López Camacho de Tucupido, siendo posteriormente ascendido a Subdirector en el mismo Plantel. Se une espiritual y legalmente en 1957 con la recordada Maestra del Grupo Escolar Rafael González Udis, Olga Teresa Méndez de Díaz, quien pasó al oriente eterno el 24 de junio del 2014. De esta amorosa unión nacieron 5 hijos María Libertad, Olga Milagro, César José, Toribio de Jesús y Mercedes Elena, prolongando su existencia a través de 9 nietos y 7 bisnietos.

Consciente de la necesidad de formarse permanentemente cursó estudios en el Pedagógico de Caracas, a donde viajaba prácticamente todos los fines de semana, obteniendo el título de Profesor en Geografía e Historia. Tan pronto como se gradúa ingresa como Profesor de Geografía e Historia al Plantel "Víctor Manuel Ovalles”, donde al poco tiempo es designado Director, hasta su traslado al Liceo José Gil Fortoul de Valle de la Pascua, institución donde dictó también las cátedras de Geografía e Historia, al igual que en el Colegio Juan German Roscio, donde laboraba junto al insigne educador y luchador social Padre Rafael Chacín Soto.

Fue el Primer Supervisor Jefe del Distrito Escolar en Valle de la Pascua, cargo que ejerció hasta su Jubilación en el Año 1984. Siendo importante resaltar que en esa época el Distrito Escolar estaba conformado por los Distritos: Infante, Ribas, Zaraza, El Socorro, Santa María, Chaguaramas y Las Mercedes, prácticamente medio estado. Es decir que debía supervisar las escuelas de 7 municipios del estado, función que actualmente desempeñan 7 responsables junto a un equipo no menor a 30 docentes cada uno para cumplir con la función supervisora que durante aquellos años la desempeñó el Profesor Díaz Ledezma prácticamente en solitario. En aquellos años el Distrito Escolar de Infante, no contaba con sede, por lo que en una muestra de desprendimiento y compromiso habilitó un anexo en su casa de familia para que funcionara dicha dependencia.

Hace tres años le acompañé a un acto fúnebre en Tucupido y me sorprendí cómo en nuestro caminar desde la Plaza Bolívar al cementerio gran cantidad de personas a nuestro paso comentaban con sorpresa y alegría "ese es el Maestro Díaz", "mira al Maestro Díaz" acercándose y rodeándolo inmediatamente para saludarlo con una emoción indescriptible, eran adultos muy alegres de ver a su maestro, sus nostálgicas miradas y actitud de respeto eran indicios inequívocos de la emoción de ver a quien los formó, a quien dejó una huella imborrable en sus mentes y más importante aún en sus corazones. Pude observar unas sonrisas cómplices, quizás rememorando alguna tremendura infantil. Desde mi percepción, aunque todos rebasaban ampliamente los 70 años, en el fulgor de sus miradas aún podía sentir el otrora niño, el escolar que acudía a su maestro para disipar una duda o solo para saludarlo con todo el respeto y espontáneo afecto. En Valle de la Pascua las muestras de cariño y agradecimiento también son prodigas.

El Maestro Díaz, es un eximio cronista con profusos trabajos sobre el acontecer histórico local. Se hizo merecedor del premio a la mejor canción inédita en el Festival Panoja de Oro año 1995, ha escrito varios libros sobre temas filosóficos e históricos como "Sombras Camino y Luz" y "Por los caminos de la Alba", ha resaltado los valores culturales de su amada Valle de la Pascua, del estado y de su país a través de numerosas composiciones musicales de diversos géneros, las cuales son una oda al amor, a la vida, al trabajo, al campo, no satisfecho con esto tiene un poemario intitulado "Preludio en Llano Mayor" un canto al llano y su gente. Ha grabado discos con temas navideños, románticos y llaneros. Es ejecutante del cuatro, la mandolina y el clarinete.


El Profesor Cesar Díaz, ha fortalecido el sentido de pertenencia local mediante la composición de himnos a las instituciones educativas de la localidad como los Liceos Bolivarianos José Gil Fortoul, Juan José Rondón, Monseñor Chacín Soto, Víctor Manuel Ovalles, E.T.A. Luís González, de los grupos escolares José Manuel Fuentes Acevedo, Mariano Montilla, María Belisario de Sánchez, Lourdes Camero, Narciso López Camacho, de los Colegios Francisco de Miranda y Juan Pablo Pérez Alfonzo y de la Escuela Leonardo Infante. Es autor del Himno de la Respetable Logia Templo Pitagórico, de la cual es miembro honorario. Es además autor de los himnos oficiales del Municipio Leonardo Infante y José Félix Ribas, ambos seleccionados a través de un concurso, los cuales reflejan la historia e idiosincrasia de estas patrias chicas.

Entre los numerosos reconocimientos recibidos destacamos que fue declarado hijo ilustre de la ciudad de Valle de la Pascua, además se le otorgó la Orden Monseñor Rafael Chacín Soto, la Orden Leonardo Infante, la Orden Gabriel García Márquez, la Orden Salvador González, todas de gran valía, pero ninguna supera el agradecimiento de un pueblo beneficiario de la obra educativa de este humilde y sabio maestro.

El Maestro Díaz, continúa siendo un contertulio de rica y variada plática con experticia en trasladar al oyente al mismo sitio de los hechos, sin importar lo remoto que este se encuentre, por la propiedad de su discurso en múltiples temáticas, a menudo socializamos diversos tópicos, frecuentemente bajo la egida de Baco, quien fiel a sus facultades hace más fructíferos estos intercambios dialecticos.

Hoy cuando cumple 91 años de edad, el Maestro Julio César Díaz Ledezma se encuentra bien de salud, con actitud positiva ante la vida, en pleno uso de sus facultades mentales, más activo que nunca realizando asesorías académicas a estudiantes, dictando conferencias, escribiendo libros, poemas, canciones, participando en programas de radio y haciendo reflexiones que expresan sus vivencias.

A través de su obra y de su accionar de vida, ha manifestado siempre preocupación por el mantenimiento del acervo cultural del pueblo venezolano y el reimpulso de sus valores, especialmente en Valle de la Pascua.

El Maestro César Díaz Ledezma es un formador de generaciones, es otro valor Vallepascuense, Guariqueño y Venezolano que debemos difundir e imitar para fortalecer nuestro sentido de pertenencia, gracias a la vida que le ha y nos ha dado tanto.

Gracias por avivar la luz de la esperanza, incentivar la imaginación y ser fuente inagotable de inspiración, de amor por el conocimiento y los valores que nos permiten ser mejores ciudadanos. ¡Levantemos nuestra copa y brindemos!

Salud y Feliz Cumpleaños maestro de maestros.


AQUELLOS TIEMPOS DE SERENATAS - FERNANDO AULAR DURANT

 

II ENCUENTRO DE HISTORIADORES Y CRONISTAS DE TUCUPIDO. OCTUBRE  24 y 25 de 2011

Se entiende por serenata la composición musical o poética interpretada al aire libre y durante la noche para festejar a una persona. El término viene de la palabra sereno, referente a la locución "al sereno" o sea a la intemperie, durante la noche. La serenata concebida como una simple melodía vocal de carácter popular: uno o varios cantantes acompañado de instrumentos populares, como la guitarra, con temas sentimentales para ser cantados como homenaje bajo la ventana de la mujer amada, era ya conocida en la época medieval por los trovadores, Ejemplos de este género se encuentran en obras de teatro y óperas como en el Don Juan de Mozart, El Barbero de Sevilla de Paisiello y de Rossini.

Como género instrumental, la serenata se desarrolló como forma autónoma hacia 1770, y los ejemplos más resaltantes son La Pequeña Serenata Nocturna de Mozart, La Serenata de Schubert, las serenatas de Haydn, Beethoven, Brahms, Strauss, Roussel, Stravinski y otros.

SERENATEROS

Una hermosa costumbre ya casi olvidada, es la serenata. Por las noches, a la luz de la luna o de las estrellas, en las casas donde había mujeres bellas, amigas o novias, los enamorados, en son de conquista, acompañados de músicos y cantantes le brindaban canciones frente a las ventanas para que las mozas salieran a darle las gracias por el gesto tan romántico.

En Tucupido eran serenateros Fernando "Vate" Aular, violinista, Moisés Moreán, clarinetista, Fernando Méndez "El Diablo Suelto" guitarrista y Clemente Aguilera, percusionista y guitarrista quienes integraban un conjunto que animaba fiestas en varios pueblos de la zona.

Ramón Díaz, excelente cuatrista que solía tocar con don Germán Delgado, violinista y Andrés Gómez "Chopito", guitarrista, quienes venían de Valle de la Pascua.

Germán Milano, cantante especialista en canciones rancheras, quien en una oportunidad cantó con Alfredo Sadel. Gabriel Nadales, Oscar Paraco, Pedro Izquiel "El Zorzal de la Barriada", Moisés Caña "El Turupial de Tamanaco", Benito Ortega, cuatrista; Manuel Sánchez, José del Carmen Reggio cantor gardeliano llamado "El tenor de la voz de seda", Manuel Reggio, cuatrista; Alejandro Lasaballet, cantante y guitarrista; Rubito Méndez, Peruchito Vidal y Celestino Pulido Reinefelt que conformaban el "Trío Tamanaco"; Luís Chito Hernández, Nardo Velásquez, y Carmelo Arévalo, el Trío Tucupido"; Juan del Campo, Héctor Morales, José Flores, José Vicente Arveláez, Domingo Ramos, Rafael Aguirre, Alberto Ponce, cantante y guitarrista; Pedro Arévalo "Papaya".

Ernesto Vidal, quien se destacaba por la magnífica forma como interpretaba las canciones "Garúa" y el pasillo "Querube", las cuales desde las ventanas se las pedían las amigas obsequiadas con la serenata:

Más bella que un querube

cuajado en el espacio;

más bella que un topacio,

que un ángel cuando sube;

más lindas que las ninfas

de mares encantados,

un bello paraíso de dioses esmaltados.

En Valle de la Pascua: Armando Prado, Rafael Ledezma, Eleuterio Navarro, Pastor Hernández, Salvador González, Claret Rodríguez, Héctor Ortega y muchos otros.

Las canciones preferidas eran aquellas que hablaban de amores idílicos o pasionales y entre ellas las más interpretadas eran: "Esta noche serena", "Serenata", "Fúlgida luna", "Matinatta", "Como un rayito de luna", "Serenata tapatía", "Vieja luna", "Noche de Ronda" y otras, Canciones que por su contenido eran verdaderas serenatas, como por ejemplo "Serenata" de Manuel E. Pérez Díaz:

Mi canción de amor viene a turbar la calma y el silencio

y mi pobre voz alzándose en la noche te despierta.

Debes comprender y perdonar mi corazón tan necio

que por arrullar el sueño de tus ojos, te desvela.

La luna en el azul oyendo está mi dulce sereta

y de la noche el tul rasgando va con su puñal de plata,

para bañarte en luz cuando asomada a tu balcón florido,

escuches al osado cantor enamorado que tu sueño turbó con su gemido.

Se cuenta que en algunas oportunidades los serenateros fueron corridos con bacinicas de orina, pero debemos suponer que eran malos cantantes, alborotadores o personas indeseadas.

Hoy por razones de seguridad las serenatas se dan de día y dentro de las casas, por lo que han perdido en parte el aura de romántica aventura, la emoción de la sorpresa, de la complicidad lunar y del flirteo al pie de una ventana.

LA CASA HOSPITAL

Era antigua costumbre que en las cercanías de hospitales, clínicas o de casas donde hubiera algún enfermo la gente respetara esa condición guardando silencio, por lo que los conductores se abstenían de tocar corneta y los vecinos de poner música a gran volumen,

En una casa por la calle Trincheras vivían varias hermosas muchachas, hijas del señor Tomás Martínez, a las que frecuentemente les llevaban serenatas, pero antes de que los noctámbulos comenzaran a cantar salía el padre de las muchachas y les decía que allí no podían dar serenata porque había un enfermo, por lo que los bohemios románticos optaban por retirarse y esto se repetía cada vez que alguien llevaba serenata a esa casa. Cierta noche en que Rafael Aguirre a quien le decían "El Ruiseñor de las noches", en compañía de otros serenateros llegaron ante la casa de las Martínez, cuando comenzaron a afinar los instrumentos salió don Tomás y les dijo la consabida cantaleta: -Jóvenes, amigos, por favor, que aquí hay enfermo. Aguirre le respondió: -¡Caramba don Tomás, pero esta casa suya parece un hospital!

BODEGA CONCERT

Fernando Aular "El Vate", tenía una pequeña bodega en la esquina de El Jalón, calle Bermúdez con Sucre en Tucupido, por el año 1946. Cuando no tenía clientes tomaba su violín y se ponía a ensayar. Si en medio de un vals llegaba alguien comprando un cuarto de kilo de queso blanco, él absorto continuaba con la melodía. Pronto llegaban otros clientes a comprar caraotas o papelón o una cuarta de tabaco y él sin atenderlos continuaba el arqueo atacando la parte alegre del Adiós a Ocumare, y así se iba formando un grupo numeroso de compradores que optaban por esperar a que el violinista terminara la pieza para que los despachara y cuando El Vate por fin terminaba el ensayo, la clientela que ya era un numeroso público, lo aplaudía y hasta le pedía que tocara otra.

EVOHÉ

Siempre recordaré a una bella muchacha de mi pueblo llamada Evohé. En realidad no la conocí. Nunca intercambié con ella una sola frase. Su nombre es sonoro y digno de evocación. Es el grito de las Valkirias o de las Bacantes. Exclamación con que las bacantes aclamaban o invocaban al dios Baco. La recuerdo porque cierta noche de claridad plenilunar, mientras dormía plácidamente, allá en la casa paterna sita en el barrio El Tranquero de Tucupido, me despertó un suave cántico, como un coro angelical, tan extraño en aquel lugar en el cual solían escucharse porros colombianos, vallenatos o rancheras mejicanas. Eran unas voces tiernas, melodiosas que al principio no sabía de dónde provenían, por lo que creía que estaba soñando. Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana que daba a la calle. Una luna radiante iluminaba el espacio. Al ver hacia abajo, hacia la calle, me quedé admirado ante aquel cuadro insólito: un grupo de cuatro bellas muchachas, acompañadas de una guitarra, eran las que cantaban al pie de mi ventana. Era un canto religioso que hablaba de la vida, de la fuerza, la esperanza y la luz:

"Bellas palabras de vida son las de Cristo Jesús,

ellas alientan mi alma, dan fortaleza y luz.

Bellas palabras de vida resplandecen en mi ser.

Bellas palabras que nunca en mi vida había escuchado hasta hoy."

Terminada la canción, entonces ella, Evohé, la que pulsaba la guitarra, alzó la cara y mirándome con una reluciente sonrisa me preguntó: -¿Te gustó la serenata?

SERENATA BAJO LA LUNA

Cierta noche, como a la una de la madrugada, me encontraba dedicado a la lectura en mi pequeño estudio situado en el primer piso de mi casa en el barrio El Tranquero, cuando comencé a escuchar el punteo en las cuerdas de una guitarra que provenía de la calle, haciendo la introducción de una conocida canción, que con sus notas rompía el silencio y la quietud del lugar. Luego se alzó el torrente de voz, clara y poderosa de un tenor, cuyos agudos parecían a los de Alfredo Sadel, el gran tenor venezolano o la potencia de Alfredo Kraus, el famoso español. En la noche se dejó escuchar la bella canción del cubano Ernesto Lecuona:

"Damisela encantadora.

Damisela por ti me muero.

Si me miras. Si me besas,

damisela serás mi amor."

Al asomarme a la calle miré que allí estaban José Vicente Arveláez "Tablita", que era quien cantaba, Ángel Carpio y Domingo Ramos que tocaba la guitarra, amigos de muchas aventuras pueblerinas y compañeros de estudio de la primaria. Bajé, le di las gracias por la bella serenata, les dije que la canción había estado muy bella y les sugerí que para la próxima vez me cantaran una canción para caballero, no importando si fuera un pasillo cervecero de los que canta Julio Jaramillo, un pasaje torrealbero, un corrido mejicano o un tango de Gardel.

Por cierto que por esa palabra: damisela, al profesor Kanor Fariñas le armaron una poblada y hasta lo querían linchar en la plaza de toros de Valle de la Pascua. Este médico veterinario y profesor del Instituto Tecnológico, cuando fue presidente de la Feria de la Candelaria en 1996, la noche de la elección de la reina se refirió a las candidatas como "bellas damiselas", lo que fue traducido por algunos como una grave ofensa.

La palabra damisela proviene del francés demoiselle que significa señorita en sentido apreciativo, cariñoso, pero a veces irónico. Pero en otra acepción significa prostituta. Por lo que Kanor, aun cuando lo empleó en el sentido afectivo, tuvo que hilar muy fino para lograr el perdón del soberano.

LA LÁGRIMA

En Valle de la Pascua había una casa en la cual vivían ocho mujeres a la cual más fea, pero cosa extraña, en esa casa no pasaba una noche en que no llevaran una serenata con guitarras, con mariachis, conjunto de arpa, maraca y cuatro; cuando no era para una, era para otra y así sucesivamente.

En una oportunidad uno de los serenateros acompañado de su guitarra, cantó una canción donde decía que allí, al pie de la ventana, por el amor de su amada, como una perla salida de su alma, dejaría una lágrima pura. Después de las consabidas gracias se marchó el romántico enamorado, pero alguien que pasó más tarde por allí, tal vez acuciado por una urgencia intestinal o por burlarse del juglar enamorado, se evacuó justo debajo de la ventana de las poco agraciadas musas.

Al día siguiente, muy temprano, el padre de las mujeres se encontró con la plasta que allí habían dejado y llamó a las hijas y les dijo: -Vengan pá que vean la lágrima que les dejó el galán de anoche.

NOCTÁMBULOS

Una vez se realizó un superradio maratón de tres días continuos en la emisora Radio Enlace, la cual dirigía un locutor de apellido Barrios, actividad que tenía como objetivo recabar fondos a beneficio de la Cruz Roja. Día y noche se presentaban artistas de los más diversos renglones y géneros: cantantes, ejecutantes de instrumentos, contrapunteadores, conjuntos musicales, declamadores, cuenta cuentos y otros.

Coincidencialmente, en una de esas noches de maratón, en la casa del profesor Jackson Vicuña estaban reunidos varios amigos, entre ellos: el virtuoso cuatrista Guelmi Jaramillo quien había tocado con Los Torrealberos y Fernando Aular, médico aficionado al canto. A eso de las dos de la madrugada, después de una velada familiar muy amena, Jaramillo y Aular decidieron dar una serenata en Radio Enlace para colaborar con el radiomaratón. Acompañado al cuatro por Jaramillo, Aular cantó varias canciones y luego el cuatrista interpretó varias piezas en forma magistral.

El doctor Vicente Ledezma, médico anestesiólogo, intensivista y consumado noctámbulo, bohemio y acólito de Dionisos, que a esas horas de la madrugada escuchaba por la radio a los dos serenateros, expresó: -¿No les digo yo, cuando Jaramillo y el doctor Aular andan echándose los palos, entonces dicen por ahí que andan haciendo cultura, cuando Vicente Ledezma bebe, se anda emborrachando?

SERENATA CON LAS ESTRELLAS

El profesor José Sánchez Torrealba solía escribir en los diarios regionales "El Nacionalista" y "La Prensa del Llano", artículos sobre gramática y Literatura, Curiosidades del lenguaje Castellano, Notas Acribológicas, ensayos y crítica literaria sobre libros y autores. En cierta oportunidad publicó una serie de pequeños poemas en prosa, muy breves y en su gran mayoría cargados de sentimientos trágicos, de odio y despecho. Estos poemas fueron escritos especialmente para ser utilizados como introducciones a las canciones en un programa radial nocturno: "Serenata bajo las Estrellas", en el cual el locutor leía la breve introducción escrita por Sánchez, alusiva al tema de la canción y luego colocaba ésta. Como por lo general se trataba de introducciones de canciones de despecho, de desamor, de traición, culpa, rencor, los tics se referían a estos temas por lo que resultaban como las canciones, dramáticos, tristones, llorosos, llenos de odio y rencor. Es difícil explicar por qué esos programas radiales son llamados: "La hora romántica", "Cita con el ensueño", "Momentos inolvidables" y la mayoría de los temas son de desamor, de odio y traición, Por ejemplo Sánchez escribía:

"Me muerdo los labios para no llamarte. Mi vida es un tormento por culpa de tu amor que me hiere y por ello este odio que me destroza el alma. ¿Amar, odiar, es acaso locura? Debo estar loco pero te odio y te quiero."

Al terminar la lectura el locutor ponía el famoso bolero de Enrique Alesio en la voz de Panchito Riset, "Te odio y te quiero".

"Te duele saber de mí. Para ti sólo soy un pobre vagabundo.

Después de haberte dado todo lo que tienes ahora no soy

nada para ti. iOh amor, qué malo eres!

Y sonaba el bolero de Luís Marqueti "Amor que malo eres”. En la voz del trío Los Panchos.

"Ódiame! Nada me importa tu rencor. Así es la vida, llena de

odio, rencor y dolor. ¿Amor? No, Sólo sufrimiento y 

decepción, sólo despecho.

Y comenzaba a sonar en la radio en la voz de Luís Moneró la canción de Rafael Hernández titulada "Despecho".

Y así por el estilo.

Cierto día en San Juan de los Morros dialogaba con un profesor de la Instituto Universitario Isaac Newton y me preguntó si conocía en Valle de la Pascua a un señor llamado Sánchez Torrealba. Que él quería hablar con ese hombre. Que tenía que hablar prontamente con él porque era cosa de vida o muerte. Que tenía que intentar salvarlo, porque por las notas que escribe en el periódico El Nacionalista, ese señor debía estar al borde del suicidio.

FÚLGIDA LUNA

En una oportunidad un amigo me pidió que lo acompañara para llevar una serenata. Era por el mes de agosto y había un cielo lleno de nubes que anunciaban el próximo torrencial. Traté de excusarme aduciendo que la noche no era apropiada para serenatas. El amigo insistió argumentando que estaba muy enamorado y necesitaba llevarle la serenata a su adorada. Le advertí que no tocaba bien el violín. El me aseveró que yo era un Paganini. Nos fuimos. Ya ante la ventana de la casa le pregunté qué iba a cantar y me dijo que "Fúlgida Luna". Le dije que no había luna, que lo que venía era un aguacero. Nada. Comenzó a rasgar el cuatro y yo a serruchar el violín. Arrancó con la canción: -Fúlgida luna del mes de enero… Pausado y con estilo. Comenzaron a caer las primeras gotas. El cantante aceleró: raudalinmensodetiernaluz alainsensiblemujer quequierollévaletemosmensajestú... y salimos corriendo bajo un chaparrón.

Don Eleuterio Navarro y sus amigos en una serenata al Vate Aular

Aquellos Serenateros - Narciso Pedríque Escorche

Serenata:

El término  "Serenata" se utiliza para referirse a varios tipos de composiciones musicales de una canción para un ser querido.  Muchos oradores usan el término serenata para hacer referencia a una canción que han compuesto y desean interpretarle a un ser querido; de píe bajo la ventana de una casa.

Se puede decir que, "Serenata" es la música al aíre libre y durante la noche para festejar a una persona.

En varios países de América Latina, como Colombia, Venezuela, México, Perú y otros, el término "Serenata" se refiere al hecho de llevar, generalmente por las noches, un conjunto de cuerdas típico y tradicional, por ejemplo un mariachi (en el caso de México) o la tuna (de origen europeo pero que se extendió por América Latina), un dúo o un trío con intérpretes de los instrumentos típicos del país, al exterior de la casa de una dama, y hacer que el conjunto interprete y cante canciones para que el hombre exprese sentimientos variados, por lo común de amor, agradecimiento o deseos de reconciliación.

Con el tiempo las cosas han ido cambiando un poco, y aunque la intención sigue siendo la misma la modernidad a permitido que la serenata de parte de la novia, de un gruyo de amigos a los novios, de un amigo a una amiga, etc. Aunque pueda parecer cursi una serenata es un detalle especial que la persona que la recibe no olvida.

"Serenatas" de ayer, reflejo del sentir de generaciones que pusieron en ellas el alma de la nación en una de las formas más características. -Música arrancada a la emoción de cada momento y ofrecida con la más pura espontaneidad-. Eso eran las Serenatas: de ayer, las que no debemos olvidar.

Existen algunos tipos de Serenatas, dentro de ellas se pueden mencionar:

      Serenata a la Novia y al Novio

      Serenata de Bienvenida

      Serenata de Despedida

      Serenata de Aniversario de Bodas

      Serenata a la Madre

      Serenata al Padre

      Serenata a la Quinceañera

      Serenata de Cumpleaños

      Serenatas Navideñas

      Serenatas Románticas

      Serenatas Llaneras

      Serenatas Bulliciosas, entre otras

 

En Tucupido se dan varios tipos de Serenatas donde se pude mencionar:

      Serenata Romántica: Para los enamorados.

      Serenata a las Madres: Que todavía se dan en fa víspera del Día de las Madres.

      Serenatas Navideñas: Que se daban a fin de año y también se conoce como aguinaldo.

      Serenata Bulliciosa: Es aquella serenata que daban grupos escándalos para sí despertar el pueblo.

Con referencia a Io anterior se pueden nombrar aquellos serenateros tucupidenses:

      Vate Aular

      Fernando Méndez

      Ramón Díaz

      Clemente Aguilera

      Beníto Ortega

      Ernesto Vidal

También existían otros grupos de serenateros como:

      Moisés Moreán

      Rufino Pérez

Quienes eran contratados por Manuel Moreán, quien dio inicio a este oficio de serenateros con una vítrola.

En épocas modernas fueron surgiendo nuevos grupos de serenateros integrados por:

      Cecilio Ramos

      Jesús Ruíz

      Jesús Díaz

      Juan Jacobo Jiménez

      Cayetano Guíllen

        Otros grandes serenateros tucupidenses:

      Germán Milano

      Oscar Paraco

      Miguel Martínez

Cabe destacar, que era un orgullo oír en cualquier casa tucupídenses una serenata tocada por:

      La Orquesta de Napoleón Baltodano.

      Orquesta de Julio León y sus estrellas.

      José Flores y Augusto Pedríque.

Es de mencionar también que en épocas navideñas era de grato agrado una serenata de aguinaldo interpretada por:

      Pablito Acero

      Gabriel Marcano

      José Ramón Sotillo

      Gerónimo González

      Barbino Rodriguez

Tucupido tuvo el placer de oír voces como las de:

      Rafael Aguirre

      Ali Centeno

      San Vidal

      Ernesto Vidal

En épocas más recientes tuvimos grupos de serenateros como lo fueron

      Luís (chito) Hernández

      Carlos Curríco Ochoa

      Pedro Maestre

      EI Negro Méndez

      Héctor Morales

Que con Cache Arveláiz provocaba oírlos al píe de una ventana.

No es de olvidar a ese grupo de jóvenes femeninas; se preparaban en vísperas del Día de las Madres a darles serenatas a esos seres queridos, dentro de ellas podemos mencionar:

      Violeta Rey

      Ruth de Guveia

      Irama Moreno de Puerta

Y en otras épocas:

      Carmen Flores

      Yudíth Ruíz

      Dorís Centeno

      Mireya Ardiles

      Isabel Escorche

      Reina Pedrique

      Rosita Arveláíz González (quien cantaba y acompañaba al grupo con su cuatro).

También fueron grandes serenateras:

      Enza Di Pinto

      Antonietta Lapíolí

      Ana Mercedes Celeste

      Morelba Rodríguez

        Los últimos serenateros:

      Arturo Hernández

      Tomás Arveláíz

      Ángel Balza Correa

      Richard Albano

      Narciso Pedríque

Los últimos paisanos tucupidenses que dieron una Serenata fueron:

      Diógenes León

      Douglas Soler flores

      José Gregorio Soler Flores

      Oscarcito Rivera

Cabe destacar, que hubo grandes grupos de Serenateros que se hacían acompañar con intérprete de música llanera con el maestro:

      Rafael Vídal y en otras oportunidades con nuestro gran hijo ilustre Espartaco Carrillo.

No puedo dejar de mencionar grandes serenateros tucupidenses como Io son:

      Los hermanos Prado: Armando Prado, Míguel Prado, Dámaso Prado y Pánfílo Prado.

      Bernabé Gómez

      Manuel Celestíno Rangel

      Alberto Rey

      Lorenzo Rengífo

      Israel Rueda

      Chícho Anzoátegui

      Rubén Llovera

      Elías Arveláíz

      Bernardo Zurita

      Yoel Olivo, entre otros. 

Cabe recordar que en nuestro pueblo de Tucupido, hubo la dicha de escuchar en sus ventanas artistas de la talla de:

      Pedro Infante

      Lucho Barrios

      Julio Jaramillo

      Simón Díaz

 

ANÉCDOTAS:

Las grandes anécdotas de aquellas Serenatas tucupidenses, eran que todas tenían que ser acompañadas con su tradicional Sancocho de Gallinas (Robadas).

Despido está ponencia ante mis paisanos tucupídenses diciendo:

"Sabemos que en estos tiempos es difícil retornar el arte de dar una Serenata por motivo de seguridad, pero sí podemos mantener vivo para estas nuevas generaciones el recuerdo de una Nueva Serenata"


Robert Cabeza - Degnis Romero

Agrupación “Dinasty Jazz” con: Robert, Jaime, Antonio, Ángel y Oscar


        Los melómanos empedernidos son fieles creyentes de la “Regla de oro” que aparece en Mateo 7:12, y que reza: “Trata a tus congéneres igual que quisieras ser tratado tú”. Es por ello que no se limitan a disfrutar intensamente de la buena música, sino que la ponen a disposición de los demás.

        El jazz, y en particular el criollo, no es la excepción de esa regla. Uno de sus principales abanderados ha sido Víctor Cuica, quien irrumpió como excelente saxofonista luego de protagonizar el film de 1977: “Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia”.

Luego de eso, puso a más de uno a deambular por todos los escenarios donde se presentaba: “Juan Sebastián Bar” (El Templo del jazz de Caracas), el “Festival de jazz de Caracas”, el “Festival de jazz de El Hatillo”, la sala de conciertos del “Centro Cultural Corp Banca”, etc.

        Más recientemente aparece en escena “Dinasty Jazz”: grupo musical de jazz formado a mediados del año 2008, integrado por Ángel Reyes, director musical, guitarrista, compositor, arreglista, secretario de cultura y propaganda de la asociación musical; Antonio Morales, pianista y compositor; Oscar Rodríguez, baterista; Jaime Quintero, bajista y compositor; Robert Cabeza, saxofonista y flautista y Edgar Russo, percusionista y trombonista.

        En el link 'primicias24.com' hay también un resumen de los currículos de dichos integrantes, entre los cuales destaca el de Robert Cabeza, saxofonista tucupidense y talentoso cultor de ese exigente y exquisito género musical: Se inició en la Banda Municipal de Tucupido, luego tocó en la Banda Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, así como en bandas del estado Miranda y estado Guárico; Banda de la Escuela Militar, Banda del Ministerio de la Defensa y en la Banda Marcial Caracas, bajo la dirección del maestro Jesús Ignacio Pérez Perazo. También figuró con el grupo Clímax, Orquesta La Grande, Los Armónicos, Los Solistas, Porfi Jiménez, Andy Durán, la Orquesta de Cheo y Memo, y en los hoteles Tamanaco y Caracas Hilton.

        La invitación de “Prensa Celarg” era para el miércoles 4 de agosto de 2010, a las 8:00 p.m., en la Sala de Teatro 1 de la Casa Rómulo Gallegos, en el marco del ciclo Promociones Musicalex, y agregaba: La entrada general tiene un costo de Bs. 50, estudiantes y 3era edad Bs. 40. La Casa de Rómulo Gallegos cuenta con estacionamiento propio, café y vigilancia privada y está ubicada en la Av. Luis Roche a dos cuadras al norte de la estación del Metro Altamira.

        Un detalle curioso que no se menciona en la invitación anterior es que en el patio central de esa institución se llevan a cabo sesiones de baile de tango los fines de semana, donde se ve un grupo de abuelas, finamente decoradas y ataviadas al mejor estilo porteño, esperando sentaditas a que les toque el turno de salir a un candombe al compás del bandoneón.

      Para los que no pudieron asistir a la “jam session” de “Dinasty Jazz”, se muestra el botón grabado al aire libre en la “Casa del Artista”. Se trata de la pieza “Satin Doll” compuesta por la gloria del jazz universal Duke Ellington (El duro del Cotton Club), quien había obsequiado a Caracas con la gala de un concierto en el Teatro Municipal, en 1971.

       Robert Cabeza, por su parte, es una leyenda viviente de la música tucupidense. La descripción ut-supra, aunque densa, se queda corta al describir su trayecto profesional.

     En 1999 aparece formando parte de la agrupación “Latin Spectrum”, también liderara por Ángel Reyes, quien en el año siguiente publicó el excelente LP "Latin Spectrum 2".      

   Son incontables los escenarios donde ha participado en grupo o como solista (caso particular el de su presentación en el club “Camurí Grande”, en los carnavales de 2016), de donde se desprende, dicho en términos coloquiales, que: ‘le echa palo a to’ mogote’.

  Una de sus facetas más relevantes es la de ser una persona sencilla (categoría en franco desuso). sin aspavientos, y fiel a sus orígenes humildes en Tucupido, donde fue captado el 29 de mayo de 2010, en la plaza Bolívar, en el reencuentro por los 250 años, en improvisada sesión de trío, interpretando: “Cuando vuelva a tu lado” de la mexicana María Grever, entre otras.

 

        La intervención del cuatro en ese trío no debe extrañar, sobre todo si se observa la ejecución de Jorge Glenn, virtuoso de ese instrumento criollo, en la pieza "Orozcojam” del grupo de jazz liderado por el excelente pianista Cesar Orozco. Para muestra este botón: Anacaona.

        Años después, en 2018, se vio acompañando al grupo “La Meka Latina”, de Ignacio Navarro, tocando salsa con flauta y saxofón, demostrando su pasta polifacética en la música.

        ¡Larga vida a Robert Cabeza!