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SOBRE UNA CALLE - Fernando Aular

 

      En Tucupido, capital del Municipio José Félix Ribas del Estado Guárico, hay una calle llamada CENTENO, paralela y entre las calles Gabante y Zaraza. Esta calle arranca desde un callejón que con el intercruce de las calles Ayacucho y Gabante, forman una sextina que a su vez conforman un amplio espacio en lo que se ha denominado “Boca de Tigre”. Desde allí cruza las calles Madariaga, Bermúdez, Monagas, Salom, Roscio, Ribas, Bolívar, Páez y termina un poco más allá de la  Guaicaipuro en el sector Mandilito, en un bajo escarpado. El objetivo del presente trabajo es esclarecer la toponimia de esa calle.


Final de la Calle Centeno en el sector Mandilito

    En este pueblo existen otras calles cuyos epónimos son bien conocidos por los habitantes y representan héroes de nuestra Independencia como: Simón Bolívar, José Félix Ribas, Antonio José de Sucre, José Antonio Páez,  de esta manera también están las calles José Francisco Bermúdez, Antonio Ricaurte, Cayetano Gabante, Pedro Zaraza, Francisco de Miranda, padre José Cortés de  Madariaga, Bartolomé Salom, Juan Germán Roscio; también hay una calle Guaicaipuro, que nos recuerda a un héroe de la resistencia indígena de los tiempos de la conquista española y la calle Ayacucho evocación de la Batalla donde se inmortalizó el mariscal Sucre. 

Por lo general los habitantes de los pueblos suelen ignorar quiénes fueron esas personas cuyos nombres fueron escogidos como epónimos de las calles, plazas, escuelas, liceos, hospitales, campos deportivos, bibliotecas, teatros y otras dependencias e instituciones. Y sobre todo se ignora sobre sus obras, es decir, qué hicieron o qué aportaron en beneficio del pueblo, de la nación o de la humanidad y más aun, qué representan para su propio pueblo. 

     Es penoso cuando en Tucupido preguntan por ejemplo: ¿Quién fue Víctor Manuel Ovalles? ¿Quién fue Pedro Del Corral? ¿Quién fue Narciso López Camacho? ¿Quién fue Victorio Cabeza? ¿Quiénes fueron Calixto Morín, Miguel Antonio Zaa, Lorenzo Zaraza? Porque la mayoría de los habitantes y sobre todo de las nuevas generaciones, lo desconocen totalmente.

Jesús Rojas  y Juan Cabeza entrevistados en la calle Centeno

     Muchas veces, cuando alguien  responde, lo hace con imprecisiones o crasos errores, como aquello de que Narciso López Camacho era un guerrillero que peleó en la  Independencia de Venezuela, de España y de Cuba. Muchas maestras de la escuela Luís Guglietta Ramos suelen decir que trabajan en la Luís Yulieta.

 

      Otra tendencia observada en Tucupido es la de relacionar al pueblo en forma reiterada, con el hecho infausto de la muerte del patriota José Félix Ribas: Tucupido, el pueblo donde mataron a Ribas. El Tucupido del Municipio Ribas, cuyo nombre constituye un desagravio histórico para el paladín del gorro frigio, que pudiera llamarse “El Granero del Guárico” para destacar sus riquezas agropecuarias; o el Tucupido de Rafael Rengifo por el músico de rango universal aquí nacido;  o el Tucupido de Lorenzo Zaraza, el escritor; o el del Padre Ardales, el fundador; o el de los indios Cumanagotos, sus primeros habitantes; o el Tucupido de los poetas, o el del Alto Llano, que con tantas sinonimias enaltecedoras pudiéramos  bautizarle, los mismos tucupidenses nos empeñamos en señalarlo como el pueblo donde asesinaron a uno de los más aguerridos próceres de nuestra independencia, lo cual no constituye una gloria para nuestro gentilicio.

 

     Este mismo señalamiento nos llevaría a identificar a nuestro pueblo como un pueblo de realistas durante el proceso independentista e indirectamente a recordar y exaltar los nombres de Lorenzo Figueroa, alias Barrajola, del cura Arveláez y del bandolero Celestino Beamón, alias Centeno.

Durante la época de la Independencia Tucupido era un pueblo de  realistas, los cuales dominaban en la región,  tal el caso del comandante Lorenzo Figueroa, alias Barrajola. Refiere Manuel Soto Arveláez en su libro “El Guárico Oriental” (2001), que en Tucupido había un cura de nombre Carlos José Ibarrolaburu, quien defendía la causa realista y él personalmente preparaba a los indios bajo su custodia, los armaba y los conducía a luchar contra los patriotas. Con estas huestes, a comienzos de 1814, cerca de El Caro de la Negra, Ibarrolaburu atacó a la vanguardia del general Santiago Mariño, quien venía hacia el Centro en auxilio de Bolívar. Mariño derrotó al cura realista quien huyó a ponerse bajo el amparo de Centeno.

El 4 de julio de 1814 se produjo un combate en Tucupido, donde las tropas de Pedro Zaraza derrotaron al comandante Barrajola. Durante la guerra de la independencia Tucupido fue destruido. Y reedificado en 1827.

No obstante creemos que honrar a Centeno tomando su nombre para una calle, no deben ser resabios realistas en la población sino  desconocimiento de la propia historia.

 

    Tal vez por este desconocimiento se llamó CENTENO a la citada calle de Tucupido. Tal vez creían que Centeno era un héroe nacional, un prócer de nuestra Independencia. Esto nos lleva a pensar en el método utilizado para  la escogencia de los epónimos. Por ejemplo: en el caso de las nomenclaturas de las calles u otros sitios e instituciones públicas,  debe ser competencia de un ente oficial, previa consulta popular. En el caso de una biblioteca escolar, debe ser competencia de la dirección del plantel, previa consulta con el personal, alumnado y representantes. Para lo cual una comisión de responsables para tal efecto, deberá estudiar y consultar a los entendidos en la historia local y nacional. Pero en la mayoría de los casos esta no es la norma ni el procedimiento, por lo que se suelen hacer elecciones caprichosas, oportunistas, inconsultas y a veces anárquicas y denigrantes, como ocurre en la denominación de ciertos barrios: El Mosquito, El Verguero, La Bragueta, La Púa, (barriadas de Valle de la Pascua); Isla del Burro, Zanjonote, Cagajón Prendío, etc.

 

    Tal vez por desconocimiento y por falta de consulta se cometió otro error histórico en la denominación del Municipio Infante, cuyo epónimo es Leonardo Infante, héroe de la independencia nacido en Maturín, de los llaneros de Páez en las Queseras del Medio y de los de Pantanos de Vargas. Lo confundieron con  Julián Infante, que si nació en la región guariqueña, en El Cañaveral, cerca del caserío Las Piedras en la jurisdicción de Chaguaramas y quien estuvo con el General Pedro Zaraza, fue defensor de Valle de la Pascua, estuvo en la batalla de Quebrada Honda, los Alacranes, El Juncal, Chaguaramas, Laguna Seca, La Hogaza, La Cabrera, Maracay, El Semén, El Rastro, El Rincón de los Toros donde cedió su caballo al Libertador. Asistió a la agonía y muerte de Bolívar y murió pobre en Chaguaramas. Julián Infante debería ser por justicia, el epónimo del Municipio Infante.

    

    En el caso de la calle Centeno de Tucupido, se ignora a cuál Centeno se refiere. ¿Cuál es el nombre completo o el nombre verdadero? Y sobre todo: ¿Quién fue este Centeno?

   

     En una encuesta realizada entre los habitantes de la citada arteria vial, la gran mayoría respondió no conocer al personaje. Algunos respondieron que era un héroe de la independencia. Otros que era un general de la guerra de la Federación. Unos pocos dijeron que era un bandolero pero ignoraban el nombre.

     Juan Cabeza, de 81 años, ha vivido toda su vida en la calle Centeno, cruce con Bermúdez y respondió no saber quién era ese personaje. Jesús Bienvenido Rojas, “Mucurita”, viejo conocedor del pueblo, respondió en la misma forma.

 

    Si el epónimo  se trata del Centeno de la época de la Independencia, se hace necesaria una revisión histórica para esclarecer la verdad sobre  el personaje. Para tal fin podemos analizar los siguientes autores: Diego Bautista Urbaneja en su trabajo “El Gobierno de Carlos Soublette” , dice: “La constatación del serio seguimiento ministerial de la organización de las milicias, cobra relevancia práctica cuando creemos en la Memorias del Ministro de Guerra y Marina de 1845, que fue aparentemente con estas milicias con las cuales el General José María Zamora pudo disolver la facción que Celestino Beomón, alias CENTENO y Alvarado levantaron en el cantón de Orituco a fines de 1844”

  

    José Antonio de Armas Chitty en su libro Historia del Estado Guárico (1802-1974) refiere: “Entre julio y noviembre de 1844, en la zona del Orituco y del Macaira, hubo un levantamiento capitaneado por los Centenos, pues intervinieron en él el coronel Juan Celestino Centeno, Valentino y Pedro León Centeno, hijos de éste, apoyado del célebre Doroteo Herrera y otros compañeros de Cisneros y Arizábalo. Tal grupo de alzados, invocando consignas del Liberalismo, saquearon casas en el pueblo de Orituco y el general José María Zamora los batió en Oruz el 08 de noviembre de 1844. Según Machado (en su obra Apuntes), los dos principales jefes, Celestino Centeno y José María Alvarado murieron en la pelea.”

 

     Ramón Azpurúa, en su libro “Biografías de Hombres Notables de Hispanoamérica”, en la biografía del General José María Zamora, nacido en Valle de la Pascua, donde existe un parque con su nombre y un busto de este héroe, expresa lo siguiente: “Recordando de paso los años 27 y 28  en que batió (Zamora) hasta vencer al feroz Centeno, que asolaba las poblaciones indefensas de Tamanaco…”

 

     Según Manuel Soto Arveláez en su obra “El Guárico Oriental”, primer tomo, año 2001, Centeno fue uno de los últimos insurgentes contra la República, junto con el coronel español José Antonio Arizábalo y Orobio, último realista en Venezuela, quienes después de la batalla de Carabobo, que en 1821 sellara la Independencia, quedaron guerreando y actuando como bandoleros, teniendo como reducto la selva de Tamanaco.

 

    Las montañas de Tamanaco conocieron de las tropelías del tristemente célebre bandido, salteador y criminal conocido con el remoquete de EL INDIO CENTENO, debido a sus rasgos fisonómicos aindiados y porque según él mismo se enorgullecía de haber matado a un CENTENAR de patriotas. Era compinche de otro malvado llamado Barrajola, cuyo nombre era Lorenzo Figueroa y ostenta el baldón histórico de haber ejecutado al patriota José Félix Ribas. 

 

     “Entre sus crímenes figura el asesinato del cura Pedro Ruiz, párroco de Valle de la Pascua, en 1814, llevándolo con engaño a la selva de Tamanaco, donde lo ultimó. Ese mismo año, antes de la llegada de Mariño a esa ciudad, Centeno saqueó el pueblo llevándose como botín a varias familias patriotas.”

 

     “En 1820 atacó y tomó al pueblo de Chaguaramas, provocando gran descalabro a los patriotas. En 1821 atacó a Caucagua produciendo una gran carnicería y apoderándose del armamento.

     Acompañado por otros bandoleros, entre ellos: Doroteo Herrera, Inocencio Rodríguez, “Ramirote” y Machillanda, continuó sus fechorías hasta que el coronel José María Zamora, natural de Valle de la Pascua lo capturó en el sitio de Oruz en Lezama, en donde pagó con la vida por sus múltiples crímenes.”

 

     En otro trabajo titulado: “Venezuela durante la guerra de Independencia. El Paraíso en llamas. El verdadero fin de la fiesta”, de Eduardo Casanova (2009), entre otras cosas refiere que: “Antiguos soldados independentistas también se formaban al estilo de las antiguas rochelas de esclavos fugados y asaltaban pueblos o a viajantes para quitarles todo lo que fuera posible.”

 

     “También muchos realistas creían posible alzarse contra la república y lograr restablecer el dominio español, sobre todo si contaban con que España enviaría nuevos ejércitos. Pero eran mayoría los realistas que se daban cuenta que la república se había instalado para siempre y preferían tener influencia en el nuevo estado de cosas. Estos eran los nuevos godos que apoyaban a Páez”

      “La República se enfrentaba a la vez a los que con cualquier pretexto se alzaban en armas a favor de España o a favor de sus propios bolsillos. Un vasco criado en Venezuela, José Arizábalo, o un simple bandido, José Dionisio Cisneros o un tal JOSÉ CELESTINO CENTENO y otros aventureros terminaron vencidos por Páez.”

 

     Este era  CENTENO, que ni Centeno era, porque no era su verdadero nombre, era un oprobioso mote que él mismo, Celestino Beomón, se daba por una centena de asesinatos que había cometido. Por estas razones la citada calle de Tucupido no debiera llevar ese nombre porque constituye una afrenta para sus moradores, ya que en realidad sería la calle Celestino Beomón, un asesino.

 

             Por tal motivo se hacen las siguientes proposiciones:

 

1.     Establecer con claridad si el Centeno epónimo de esa calle tucupidense se corresponde con Celestino Beomón Alias Centeno, el faccioso, bandolero y criminal de los tiempos de la independencia  y postindependencia.

  

2.     De ser positivo lo anterior, solicitar ante la Alcaldía, mediante carta motivada y firmada por la comunidad, el pronto cambio de la nomenclatura de esta calle.

 

3.     De producirse lo anterior, propongo los nombres de: Fray Isidro de Ardales, José María Zamora, Juan Santiago Guasco o José Antonio de Armas Chitty, con quienes el pueblo mantiene deudas históricas hasta hoy no cumplidas.

 

       Con el padre Ardales como fundador. Hubieron de pasar 250 años para que su nombre fuera recordado como epónimo de una institución, por lo que es plausible que al Complejo Cultural lo hallan denominado “Fray Anselmo de Ardales”.

 

      Con el General José María Zamora, héroe de la Independencia y quien hiciera justicia acabando con la amenaza de bandidos como Centeno.

 

      Con el Padre Guasco, como párroco, constructor de iglesias, de hospitales, enfermero, maestro de música, albañilería, carpintería y ebanistería. En Tucupido no hay nada que lo recuerde.

 

      Y para con Armas Chitty, por su libro enaltecedor: “Tucupido. Formación de un pueblo del llano”, obra con la cual este escritor, poeta e historiador, caraqueño de nacimiento y guariqueño de corazón, quiso perpetuar la memoria de nuestro pueblo.

  

Tucupido, 20 de mayo de 2010


PLANO DE LAS CALLES CÉNTRICAS DE TUCUPÌDO. 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

AZPURÚA, Ramón. Biografías de Hombres Notables de Hispanoamérica. Tomo III. Ediciones Mario González C. A. Caracas-Venezuela

 

CASANOVA, Eduardo. Venezuela durante la guerra de independencia. (2009)

 

DE ARMAS CHITTI, José Antonio. Historia del Guárico  (1907-1974). Talleres Gráficcas “Los Morros” San Juan de los Morros 1978

 

URBANEJA, Diego Bautista. “El Gobierno de Carlos Soublett.

 

SOTO ARVELÁEZ, Manuel.  El Guárico Oriental. Tomo I  Miguel Ángel García e Hijos. 2001. Caracas.

 

             Tuucpido, 20 de mayo de 2010


       Ciudadano

      Sr. Jesús Antonio Aguilar

      Alcalde del Municipio Ribas

      Ciudad.

  

                    Por la presente nos dirigimos a usted con la finalidad de exponerle lo siguiente: nosotros los abajo firmantes, ciudadanos del Municipio Ribas, habiendo conocido y aclarado a la luz de las crónicas y de los estudios sobre la  historia local, la verdadera personalidad y hechos infaustos del llamado Centeno, nombre que lleva una conocida calle de Tucupido, dado que este epónimo en nada enaltece a la población, si no que por el contrario, tal denominación obedece a un error histórico, solicitamos el cambio de esta nomenclatura, con lo cual se estará subsanando una injusticia que durante muchos años ha pesado sobre la memoria cultural e histórica de nuestro pueblo.

  

                                               De usted,

 Nombre:                                     C.I.                                  Firma:

Fernando Aular Durant      2.397.971

 Nombre                                      C. I.                                  Firma

   

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