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Epístola a Degnis Romero - Rafael Eney Silveira

 

         Rafael Eney Silveira Morales “Lito”


                               Valle de la Pascua, 17 de febrero de 2015


Ciudadano

Ingeniero Degnis Romero

Presente

 

        Apreciado camarada:

      

Con nefaria abyección he llevado al patíbulo la arcana castidad de tu Blog, chiribitil electrónico donde guardas acendrado un valioso florilegio de heterogéneos escritos, alegóricos a tu perínclita prosapia de perspicaz zahorí, explorador de acontecimientos memorables que nos exhortan a la nostalgia fortificante y didáctica de las calendas inolvidables y hermosas, amén de etopeyas de personajes señeros que tú enalteces con ladina motivación de tu creativa pluma, impelida por la prefulgente simbiosis de tu indiscutido talento y la axiología espiritual, aunada a tu agradable don de buena gente (dormido, Julito dixit), amén de ser propietario de una memoria daguerrotípica, idónea para evocar con diafanidad anécdotas y situaciones que enriquecen la memoria histórica de Tucupido y Valle de la Pascua, puntos geográficos en los que vos conocéis inolvidables protagonistas y acontecimientos coadyuvadores de su prístina tradición.

A la luz del exordio anterior, permíteme afirmar que tu trascendente labor es meritoria, por consiguiente sería un estropicio de este ignaro escribano no remitirte un franco reconocimiento por tus interesantes crónicas, que son magníficas, seductoras e imanadoras para lectores apasionados por el buen gusto literario, cuya prosa tiene garbo y ubérrimo salero cervantino, obviamente asociado al excelente enfoque sociológico del virtuoso gentilicio de ambos pueblos.

Cambiando el tercio, como dicen los taurófilos, confieso la incautación subrepticia de la antología necrófila de “El poeta y la muerte”. Esa compilación y el introito, están padre, como dicen los manitos. Ausculté la simpática “Semblanza de Alejandro Berroeta”, personaje de gran querencia en Tucupido y allende de los linderos de El Granero del Guárico. Dictamen análogo hago sobre la cariñosa crónica sobre nuestro dilecto amigo, profesor “Pedro Núñez López”, otrora buena copa, gracitano de distinguida prosapia, a quien le ratificamos nuestros sentimientos de solidaridad por el inesperado y recién deceso de su querida esposa. Con particular arregosto le metí el ojo al escrito “La Historia Regional y Local”, cuyos contenidos son referenciales para la formación criterial sobre el pasado, el presente y el futuro del Oriente del Guárico (Valga la cuña graterol para Manuelillo Soto).

En ese mismo tenor, declaro también la lectura paulatina de “La Primavera del Dios Desconocido”, extraordinario legado literario que nos reporta el camarada de letras y a la vez fecundo bacantico Julito Rodríguez, contertulio polimático y de personalidad franciscana (Hasta las 10 frías, según “Pipo”).

En fin, testimonio que si voy al “pote” es por culpa del autor, por ser un malévolo y compulsivo sugestionador para quienes nos gusta la buena crónica tomemos desjuiciadamente por asalto propiedades electrónicas privadas y contentivas de secretos “crónicosque son de alto interés para los lectores desprovistos de óbolos para adquirir adecuadas y edificantes lecturas.

Sin lugar a dudas eres "un malévolo" de la evocación. Con tus estrategias de astuto zahorí, suerte de Lex Luthor de la informática, nos trasladas sibilinamente a hermosos tiempos estudiantiles que fortifican nuestra espiritualidad en estos paradójicos y protervos momentos de crisis social y económica. Tu entusiasta labor de cronista sentimental del Liceo "José Gil Fortoul" es aquiescente de la honra unánime de los genuinos gilfortulianos.

Es admirable tu arsenal iconográfico que pones sin mezquindad a disposición de tu legión de seguidores. Evidentemente que realizas una encomiable y hermosa labor de integración e identidad de la gran familia gilfortuliana, con arregosto, alegría, articulando una axiología de los sentimientos humanos, del tiempo, los personajes, anécdotas y hechos relatados con tu pimentoso talante, pletórico de diáfana sensibilidad para enaltecer sin reservas la institución.

Tus aportes iconográficos son evidencias generadoras de sintéticas nostalgias y a la vez elocuente invitación para integrarnos a impulsar con bizarría tu magnífica empresa, testimonio irrebatible de la querencia por tu institución, el afecto franco por tus profesor@s, tus "panaderías", amén de personas vinculadas a la institución, que otrora fuera paradigma estelar del comportamiento institucional en Valle de la Pascua y allende las pampas guariqueñas.

Me despido iterando en enhorabuena la disposición de mi dilecto amigo Degnis Romero de La Torre y Aguasanta, egregio culterano de la crónica, amante del buen decir y excepcional investigador, amén de ser un experto de los procedimientos informáticos, de los cuales este indocto escribidor es un distinguido periclitado.

Amigo por siempre,  Rafael Eney Silveira Morales “Lito”.


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