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Ferias Simpáticas de Tucupido

 I Encuentro de Historiadores y Cronistas de Tucupido

Organizado por UNEFA, Alcaldía y Casa de la Cultura

Ponente: Miguel Lorenzo Guzmán

  

Casa del Ganadero – Parque Ferial

 Escenario de las Ferias

   Tucupido desde hace varios años, celebra tradicionalmente sus fiestas en honor a “San Rafael Arcángel”.           

            Cada 24 de Octubre el repicar de campanas de la Iglesia “Santo Tomás Apóstol” indica la apertura de nuestras fiestas.

          Agricultores, ganaderos, petroleros, comerciantes, educadores, estudiantes, amas de casa y pueblo en general, se suman a contribuir con la organización y celebración de estas festividades que representan el éxito alcanzado, producto de su trabajo tesonero y creador durante el año.

         En la Plaza Bolívar comienzan a sonar los fuegos artificiales, se realizan carreras con sacos, palo encebao, carreras de huevos con cucharillas y otras competencias populares. Tiempos aquellos cuando el inicio de las tardes de toros en honor a “San Rafael Arcángel” se inauguraba con las famosas carreras de cinta y corona, hoy lamentablemente desaparecidas; pero el recuerdo sigue latente en aquellas personas que lo vivieron.

         Las jornadas de coleo celebradas en las calles Sucre y Zaraza brindaban el mayor espectáculo al pueblo. Las jóvenes y lindas mujeres no se hacían esperar para imponer el máximo galardón o cinta a un coleador después de su coleada efectiva. La banda municipal integrada por jóvenes eficientes en su oficio, dirigida magistralmente por nuestro querido y recordado “Napoleón Baltodano”, haciendo gala de su repertorio musical, interpretaba sus Pasodobles y en especial su famosa composición internacional “Brujerías” que le imprimía el toque mágico, alegre y entusiasta del gentilicio tucupidense.

         1.960, gracias a la gente laboriosa y trabajadora de nuestro terruño Tucupido celebra su Bicentenario, el retorno de sus hijos representaron el calor humano, fe, esperanza y éxito del presente y futuro del “Granero del Guárico”.

         De ese evento, surge la idea de realizar las I FERIAS SIMPÁTICAS DE TUCUPIDO, pero había que ser paciente porque las condiciones no estaban dadas para ello. Las instalaciones de la Casa del Ganadero, incluyendo la manga de coleo, se encontraban en pésimo estado; la Iglesia Santo Tomás Apóstol y Cancha Neverí donde se realizarían las actividades deportivas estaban en proceso de construcción; en fin, era necesario postergar dicho proyecto.

         Posteriormente, el año 1.966 cuando se celebra el I RETORNO TUCUPIDENSE, fue altamente positivo debido a que las instalaciones referidas ya se encontraban restauradas y el Comité Organizador había logrado la construcción del Parque EL RETORNO, y el imponente ARCO que da bienvenida a propios y extraños; constituido en sitio patrimonial histórico que hoy caracteriza e identifica a Tucupido, “El Granero del Guárico”.

        El empeño y trabajo alcanzado, sirve de motivación para que un grupo representativo de personas del pueblo y tucupidenses residenciados en Caracas, Puerto Ordaz y otros lugares del país, optaran por dedicar buena parte de su tiempo para organizar las I FERIAS SIMPÁTICAS DE SAN RAFAEL. Esta directiva fue presidida el año 1.967 por el Sr. Efrén Carpio Castillo. Las II Ferias (1968) por el Sr. Omar Risso. Las III, IV y V Ferias realizadas durante los años 69, 70 y 71 respectivamente, contaron con la presidencia del dinámico amigo “Indio Tamanaco”, Dr. Luis Jaramillo.

         En 1.972, la naturaleza es implacable con “El Granero”. La sequía es tan fuerte que nuestra economía se tambaleaba y lamentablemente desaparecen por cuatro (04) años (1.972 al 75) las populares FERIAS SIMPÁTICAS DE TUCUPIDO; pero Dios no desampara a este terruño, permitiendo que los productores se recuperen poco a poco. Entonces, ¡El Granero despierta! Comienza a florecer su tradición, devolviendo al pueblo, su alegría de siempre a través de algunas festividades de coleo.

         El año 1.976, marca la definitiva superación de los obstáculos naturales, por lo que se reanudan las otras festividades con las VI, VII, VIII y IX (1.976 hasta 1.979), presididas por el conocido y destacado empresario tucupidense, Sr. Jesús Antonio Aguilar. Luego desaparecen durante 20 años, hasta que el año 2.000 se celebran las X Ferias, presididas por el Dr. Pablo Cabeza y el año 2.001, las XI, bajo la presidencia del joven médico veterinario José Vicente Balza.

 

Colaboradores:

 

          Desde 1.967 hasta 1.971 y luego a partir de 1.976-79: Sr. Ramón Arruebarrena, Nacol Galluci (Padre), Nino Celeste, Nino Ricca, Francisco Ricca, Antonio Arvelaiz, Miguel D’Angelo (honorables tucupidenses fallecidos). Iramide Ruiz, Gabriel Pacifici (Padre), Isaías Vásquez (Padre), Saturnino Correa, Ángel Caguaripano, Teresa Rodríguez de García, Silvia de Pacifici, Teresa Machado de D’Angelo, Carlos Arvelaiz, Dumas Andrade, Ángel Carpio, Lorenzo Guzmán, entre otros.

 

 Colaboradores de las X y XI Ferias (2.000-2.001):

 

          Lcda. Gladys Betania Seijas, Lcda. Blanca Machado de Bermúdez, Sra. Ana María (Iana) De Pinto de Rodríguez, Prof. René Rodríguez, Docente Alecia de Herrera, Srta. Yurma Sotillo, Sra. Katia Celeste de Herrera, Sra. Emilde Guacarán de Correa, Prof. Manuel Rangel Iroba, Sr. Willian Cruz y Srta. Lorena Guzmán (hoy de Coa).

          Respecto a las Reinas de entonces, hermosas muchachas, quienes representaron dignamente esas festividades, marcaron pauta, gracias a su talento y optimismo. Y así, proyectaron su donaire, elegancia e inteligencia con el sello de sus mensajes del momento, que quedaron, sin duda, plasmados en el corazón del pueblo. Son ellas: Nancy Correa, Shirley Toro, Aracelis Barberi, la simpática y recordada Zully “Coco” Rodríguez, Morella, Gallup, Enza De Pinto, Edith Herrera, Mirla Herrera, Tibisay Ledezma, Griselmar Lusinchi y Mariana Gómez.








UNA CANCIÓN PARA TUCUPIDO

 

PRIMER ENCUENTRO DE HISTORIADORES Y CRONISTAS DE TUCUPIDO

11- 12 DE JUNIO DE 2009 

Fernando Aular Duran

        Sobre nuestro pueblo han escrito muchos autores, poetas y cantores, quienes han hablado de su historia, de su gente, de la fertilidad de sus campos y de la belleza de sus mujeres. Algunos le han compuesto bellas piezas musicales.

     Según Blas Loreto Loreto, en su obra “Por el Guárico” (1964), en el capítulo titulado Tucupido (Experiencia de casi tres siglos, 1694 – 1964), el 5 de julio de 1911 se conmemoró en Tucupido el centenario de la declaración y firma del acta de la  Independencia de Venezuela y en  un acto público se dio lectura a un himno a Tucupido escrito por el poeta Manuel Jacinto Rivero, “Riverito” como le decían, quien había nacido en 1871.

      El citado himno, escrito en cuartetas, consta de un coro y nueve estrofas decasílabas, más una cuarteta final octosílaba; con un estilo que se puede ubicar dentro del parnasianismo, ya que en él predomina la cita de diversos dioses olímpicos de la mitología griega: Marte, Pan, Ceres, Themis, Flora, Minerva, Jano y hasta cita a Fidias, el escultor heleno. En él hay una exaltación al trabajo y a las riquezas naturales de la región, pero correlacionados con el tema guerrero: “Brazo fuerte si Marte te llama”,  “Y si acaso los llama la guerra”.

      En la citada obra, se refiere a que este himno fue leído en acto público, es decir, no fue cantado.  Por su longitud, diez estrofas, más cinco veces  que se repite el coro, más una última estrofa de métrica distinta (octosílaba), que indicaría un cambio de ritmo  y melodía al final, más el hecho de que no hay referencia a la música, ni se conoce partitura, nos hace pensar que dicha pieza fue escrita para ser leída.

                           HIMNO A TUCUPIDO

                             L:  Manuel Jacinto  Rivero 

                      Coro

Eres pan de los pueblos de Oriente,

brazo fuerte si Marte te llama,

hasta el cielo pregona tu fama,

como obrero, patriota y valiente.

Tucupido, tu tierra es fecunda, Tus legiones son héroes de arados

es muy bella y feraz donde quiera siempre invictos surcando la tierra,

tú regalas con alma sincera        y si acaso los llama la guerra,

tu cariño, tu pan y tu amor.         es con Patria que van con amor.

 

Dios al ver la fiereza pujante       Es entonces que van al martirio,

con que hieres de muerte la encina,defendiendo a la patria y sus leyes

dio a tus plantas la savia más fina,luego vuelven y uncen sus bueyes,

y a tus campos mayor esplendor.   y levantan el pan con honor.

 

Eres pan de los pueblos de oriente 

Eres pan de los pueblos de Oriente…

 

Pan y Ceres y Themis y Flora,      Son tus vírgenes tipos de Fidias

son los héroes que llamas Señores, con candor, hermosura y belleza,

esos nunca resultan traidores     tus matronas la noble entereza

y es con ellos que sabes triunfar. que convierte en santuario el hogar.

 

Es la cova la insignia guerrera Son tus hombres valientes campeones

que levantas gloriosa y triunfante,    en la ruda labor cotidiana,

la que dice: “Progreso, adelante,   el trabajo es tu ley soberana,

tu misión es de eterno luchar.”  Tú no sabes si no es trabajar.

 Eres pan de los pueblos de Oriente…

Eres pan de los pueblos de oriente… 

No Minerva ni Jano ni Marte                Hoy Olimpo es un primor

concurrieron a darte la gloria,             con sus dioses inmortales,

es la cova quien hace la historia         tocando dianas triunfales

de tu noble grandeza inmortal.               para el gran Libertador

 

En tus campos se yergue gigante

la semilla que funda el progreso,

pues tu suelo es feraz con exceso,

para hacer mucha miel y cereal.

 Eres pan de los pueblos de Oriente…

     Por los años de las décadas del 40 y 50 se solía cantar en Tucupido un aguinaldo con estilo de parranda, en el cual se hacían alusiones a personajes y sucesos del pueblo, como por ejemplo:

Tucupido tiene

lo que no tenía,

la luz en las calles

y la Compañía. 

    En el Nº 5 de la revista Antorcha, de diciembre de 1960, que dirigía Miguel González Pérez, dedicada al bicentenario de Tucupido, aparece una foto y una nota donde se observa al profesor Napoleón Baltodano dirigiendo al Orfeón Bicentenario integrado por hermosas damitas las que aparecen cantado el Himno Bicentenario; por lo que podemos deducir que existe un himno dedicado a Tucupido en su bicentenario, escrito por este ilustre profesor.

Napoleón Baltodano, nacido en Managua, Nicaragua, en 1895, había llegado a Venezuela en 1929 como director musical de un circo de atracciones. Se quedó en el país como trompeta en la Banda Municipal Venezuela, formó varias orquestas bailables. En 1948 pasó a dirigir la Banda Marcial del Estado Guárico. Trabajó en Valle de la Pascua, Altagracia de Orituco, Tucupido, Calabozo y El Sombrero.

     Labor encomiable de los cronistas sería recopilar las obras musicales del profesor Baltodano y publicarlas para el conocimiento de las nuevas generaciones.


El poeta Ramón Díaz le dedicó un hermoso vals titulado “Tardes de Tucupido” el cual es una reminiscencia del pueblecito apacible y acogedor de otrora, con sus brisas vespertinas cargadas de aromas de mastranto, sus lindas muchachas paseando por las calles y las dulces serenatas nocturnales ante las rejas de los ventanales.   

“Las tardes con sus brisas en mi pueblo natal

impregnan de frescura y se oyen susurrar;

van brindando sonrisas en saludo cordial

las gentiles muchachas que salen a pasear.

 

Cuando llega la noche se escucha preludiar

una lira armoniosa que entona su canción,

la dulce serenata que suele dedicar,

en la calle a la reja, como una tradición.

 

Sigo con el recuerdo que no puedo olvidar,

Estas tardes preciosas que son mi adoración,

de mi memoria nunca jamás podré apartar,

las guardaré en mi ser, serán para mi vida eterna evocación.

 

A ti pueblo querido te doy mi melodía,

que me nació del alma cual grata inspiración,

por eso emocionado me embarga la alegría,

porque siempre te llevo, lindo Tucupido, en mi corazón.”


El poeta y cronista don José Garibaldi Soto le compuso a  su pueblo un bello pasaje, letra y música de su inspiración:

“Tucupido de mi vida,

Guárico de mi corazón,

te dedico este pasaje

con todo mi corazón.”

 

“Cuando me alejo de ti,

me alejo con sentimiento,

recordando con nostalgia

aquel tan grato momento.”

 

“Siempre que te recuerdo En Tamanaco pescando

me dan ganas de llorar,       con tu brisa me topé

porque a ti puedo querido y el canto de la soisola

nunca te podré olvidar.”    con la mañana se fue.

 

“Cuando me encuentro a tu lado                 

revive en mí la alegría                                 

y son todas tus muchachas                           

reinas de la simpatía.”                                  

Mañanitas del recuerdo,

brillante tu atardecer,

y cada copla que canto

Va expresando mi querer.”    


Con letra del insigne poeta Ernesto Luis Rodríguez y música del maestro Juan Vicente Torrealba, por la década del sesenta fue muy popular un pasaje titulado “El Guariqueño”, interpretado por prestigiosas voces, entre ellas la de Magdalena Sánchez, el cual plasma un hermoso recorrido por los pueblos del Guárico y en la segunda estrofa hace referencia a Tucupido:

 

El Guárico es para todos,

para todos,

la tierra del galerón, (bis)

de las mujeres bonitas


Ay, bonitas,

que endulzan al corazón. (bis)

 

 

“De Tucupido a Zaraza,

Ay, a Zaraza

suspira el atardecer. (bis)

No hay pueblo como los míos,

como los míos,

para quien sepa querer.”


Cuando salí de Altagracia,

Ay, Altagracia,

no quise decirle adiós,

porque en su suelo reluce,

ay, reluce,

toda la gracia de Dios.

 

Camaguán en el estero,

Ay, el estero,

Santa Rosa en el Palmar,

y Calabozo en mis voces,

ay, en mis voces,

nunca los podré olvidar.

 

Por eso es que guariqueño,

guariqueño,

he sido, soy y seré,

desde el perfil del sombrero,

Ay, del sombrero,

hasta la punta del pie.


      Violeta Rey, poetisa, cantante, guitarrista y cuatrista tucupidense, compuso una bella canción con ritmo de pasodoble, titulada “Mi lindo Tucupido”:

                         “En el corazón del llano                             

hay un pueblito escondido,

es un pueblito encantado,

es mi lindo Tucupido.

 

Los árboles de la plaza

acarician con la brisa

a las muchachas que pasan

brindándole sus sonrisas.

 

¡Ole por ti llano mío!

¡Ole terruño encantado!

¡Ole viva Tucupido!

Que ha de ser siempre aclamado.

 

Bendito sea Dios del Cielo

por darme gracia llanera,

llanera siempre llanera

he de ser hasta que muera.”

       Tiene otra composición en estilo recio de seis por derecho titulada “Parrandeando en Tucupido” donde cita a muchas personas amigas de la población:

 ¡Ay….! Una mañana fresquita

salí rumbo a Tucupido,

la aurora estaba clarita,

el camino florecío,

llevaba en el pensamiento

el trecho que he recorrío,

cuando en el momento entraba

a mi pueblo tan querío.

 

A mi pueblo tan querío,

me topé con mucha gente

que saludaba contenta.

Yo no sé qué es lo que pasa

que al llegar a mi terruño-

enseguida un cuatro empuño

y llego contrapunteando

en fracciones de segundo.


        Tula Aular Durant, hija de El Vate Aular, tiene una composición dedicada a Tucupido,  en ritmo de vals,  titulada  “Canto a Tucupido”

                          Mi lindo Tucupido,

pueblo de ensoñación,

cantor de la llanura

te brindo mi canción.

 

En ella yo te canto

varios versos de amor,

versos que en mi alma nacen

convertidos en flor.

Amor que aquí en mi pecho

Se convirtió en canción.

 

Tú eres mi Tucupido,

pueblito soñador,

tierra de mis quereres,

de música y folclor.

 

Tienes grandes poetas                          

que cantan al amor                                

y a tus lindos paisajes                             

que son de admiración.                          

 

Por eso yo te canto,                                     

te canto con ternura

y con gran emoción,

porque eres el motivo

de esta inspiración.

 

Tu bella plaza Bolívar,

del pueblo la principal,

cual mirador ofrece

un cielo crepuscular,

cielo que inspira al poeta

que en ti sueña una canción,

dibujándote un poema

de fantástico esplendor.

     Por ese apego  filial a mi terruño, en algunas oportunidades he escrito algunas notas históricas, recogido algunas anécdotas del pueblo y plasmado algunos sencillos poemas y cánticos, como el titulado “Levántate Tucupido”, donde expreso la necesidad de esforzarnos por su desarrollo.

                                                ¡LEVÁNTATE TUCUPIDO!

 

¡Levántate Tucupido

a ver la luz del futuro!

¡Despiértate! Te lo pido.

Que tu camino está oscuro.

 

¿Qué te pasa pueblo mío

que te contemplo dormido?

No eres mi pueblo bravío,

romántico y aguerrido.

 

¿Por qué te mueres de olvido,

triste, callado y sombrío?

¿Tus esperanzas se han ido

  y te has quedado vacío?

 

¡No te rindas! ¡No fenezcas!

Mantén tu esfuerzo profundo.

¡Es necesario que crezcas

como un retoño fecundo!

 

Pueblo mío, mira el sol

de luminoso alborear,

de un futuro de esplendor

al que tienes que marchar.

 

¡Levántate Tucupido

a ver la luz del futuro!

Luchemos, que un pueblo unido

tiene el futuro seguro.

 

      Habiendo escrito un pequeño poema al cual titulé “Tucupido”, formado por cuatro cuartetos decasílabos, que a continuación transcribo:

 

Tucupido, granero fecundo,

guariqueño hermoso bastión;

donde crece en espiga hacia el mundo:

pluma y canto, virtud y oración.

 

Fray Anselmo con cristianos votos

a la indiada le insufló fervor,

con Palenques y Cumanagostos

fundó un pueblo que es noble crisol.

 

Pueblo amigo, luz del alto llano,

donde el agro da esperanza y pan;

Tamanaco: su pulmón lozano

y su gente su fuerza y su afán.

 

Ribas mártir nos dicta la gloria

de luchar por la Patria y triunfar.

Tucupido es ejemplo en la historia

de trabajo, de honor y de paz.

 

    Me puse a analizar sus versos: … granero fecundo, por la riqueza de sus suelos prodigioso en la producción de alimentos. … hermoso bastión, en medio del llano pero con sus lomas y pequeños cerros del alto llano oriental. Donde crece en espiga hacia el mundo: sobre sus campos se alzan las espigas del maíz, del sorgo, de la caña de azúcar, el esfuerzo del agro, convertido en poemas y cantos por seres virtuosos respetuosos de Dios. Luego la génesis del pueblo, su raíz aborigen, la verdadera religiosidad cristiana de los misioneros, con la cruz y la oración, sin la espada y el yugo; su río Tamanaco, el dios de las aguas, sus pobladores, el ejemplo heroico del héroe singular José Félix Ribas y la síntesis vital de los pueblos: trabajo, honradez y paz. 

 

       Mientras leía el poemita me di cuenta que sus versos tenían ritmo marcial, que tenían una sonoridad cantable. El primero como un alegro vivaz y los siguientes como andantes, como la narración serena de una historia amada. Y entonces me invadió una melodía. Tomé el violín y me puse a seguirla. Luego tomé una hoja de partitura y en forma muy elemental me puse a transcribir aquellas notas al pentagrama:

Re  re    do   si      si   la sol la  si   sol   sol fa     mi  mi fa sol fa sol la             

     Y así me fue saliendo aquella música que me cantaba desde los versos de mi poema. Entonces busqué a mi gran amiga la profesora Consuelo Barriteau, con quien habíamos tenido maravillosas quijotescas aventuras musicales. Nos pusimos a trabajar y le dimos forma de canción, de himno a mi querido poema. La primera estrofa, alegre, altiva, como una invitación, la convertimos en el coro.

      Después de varias cervecitas y algunos aperitivos ya teníamos la canción escrita y hacíamos proyectos para hacerles algunos arreglos corales. Pero la profesora se marchó y hace mucho tiempo que no nos vemos. La canción había quedado guardada, casi olvidada.

     Yo se la enseñé a mis sobrinas que tocan en la sinfónica y algunas veces la tocamos.

Como se trata de una simple canción, en varias oportunidades la he cantado en reuniones sociales. Y ahora que cometo la audacia de traerla a este encuentro de cronistas, con la sola intención  de exhortar a mis coterráneos a la investigación y búsqueda de nuestra música, que hace mucho tiempo que se pierde en el olvido; la música del maestro Antonio Miguel Martínez, de Rafael Vidal, del Vate Aular, de Baltodano, de José Flores, de Bernabé Gómez, de Domingo Solórzano y tantos otros; así como incentivar a nuestros músicos y poetas para que le brinden su inspiración a nuestro pueblo, con el objeto de que algún día nuestro Municipio pueda exhibir sus símbolos: un himno, un escudo y una bandera.

                                          TUCUPIDO

                      CORO

Tucupido, granero fecundo,

guariqueño hermoso bastión;

donde crece en espiga hacia el mundo:

pluma y canto, virtud y oración.

                        1

Fray Anselmo con cristianos votos

a la indiada le insufló fervor,     

con Palenques y Cumanagotos    

fundó un pueblo que es noble crisol

2

Pueblo amigo luz del alto llano, 

donde el agro da esperanza y pan;

Tamanaco, su pulmón lozano

Y su gente, su fuerza y su afán.

                                                3

Ribas mártir nos dicta la gloria

de luchar por la Patria y triunfar,

Tucupido es ejemplo en la historia

de trabajo, de honor y de paz.