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PONENCIA: ADRIANA OROCUA - TORRES DE CACHIPO

TORRES DE CACHIPO, TESTIMONIO DE ACTIVIDADES PRODUCTIVAS Y CULTURALES DEL MUNICIPIO RIBAS EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX 

    Las torres de alambique de Cachipo, están ubicadas en el Centro Poblado Cachipo del Municipio José Félix Ribas de Estado Guárico, en lo que fue una antigua hacienda llamada para aquella época según lo expresan algunos informantes “La Hacienda” cuyo dueño era el Sr. Isidro María Díaz, (actualmente se encuentra registrado en el Mapa del Municipio José Félix Ribas como La Haciendita). 
    Este centro Poblado se encuentra al Noroeste del Municipio, a 12 Km del la población de Tucupido, limita por el oeste con le Aguadita, por el Sur con Gamelotal , por el Este con Campo Alegre, y al Norte con Jabillal. En lo que se refiere al Centro poblado, está formado por seis Grupos familiares que en su mayoría se dedican a actividades agrícolas especialmente la siembra de maíz; al igual que el resto del municipio, posee un relieve plano ondulado, con suelos arcillosos, clima cálido. La mayoría de las viviendas presentan estructuras modernas, conservándose algunas de bahareque y otras reformadas. 
    La particularidad que estas torres asignan al contexto, representa un testimonio de las actividades productivas y culturales de este municipio. Son el reflejo del procesamiento de caña como principal actividad en el municipio para la primera mitad del siglo pasado. En torno a ésta actividad se generaba además otras que conforman parte del legado cultural de los ribenses. 
    Estas chimeneas están dentro de los bienes tangibles en la clasificación de patrimonio arqueológico, el cual es considerado por el Instituto de Patrimonio Cultural como: “el conjunto de todos los vestigios materiales, heredados de nuestros antepasados, producto de la actividad humana a través del tiempo, y que forma parte de nuestra identidad y de nuestro acervo cultural”.  (p. 8) 
    Se tiene pues que según los pobladores del sector a estas torres funcionaban como chimeneas de un antiguo alambique que formaba parte del conjunto de la hacienda que funcionó durante la primera mitad del siglo XX . Es importante destacar que, el municipio tiene una cultura muy rica en cuanto o tradición oral, manifestaciones colectivas, patrimonio vivo, patrimonio arquitectónico y patrimonio arqueológico. Así, se puede observar que en el Municipio José Félix Ribas, posee una muestra muy interesante de construcciones que igual que en el resto del país, se encuentran regidas por patrones ancestrales y que solían realizarse con materiales y técnicas propios de la región, producto del desarrollo de una práctica con raíces bien asentadas en la herencia constructiva colonial, con marcados matices económicos y culturales, en algunos casos limitada económicamente y en abierta búsqueda de nuevos modelos estéticos. Al respecto es importante señalar lo afirmado por Pena, L. (2000): 
En Venezuela, esta arquitectura es el resultado del mestizaje de patrones constructivos y de materiales traídos por los españoles con los sistemas indígenas autóctonos, que lejos de desaparecer en el proceso de la Conquista, mantienen su vigencia hasta nuestros días. El bahareque y los techos tradicionales de madera y caña amarga, cubiertos de teja y paja, se siguen haciendo, en sabia conjunción con la naturaleza. Caracteriza a esta arquitectura, la austeridad de las fachadas y la sencillez del ornamento. (p.15) 
    En concordancia con ese autor, se pueden observar en el municipio, especialmente en la capital, varias construcciones que son muestra de las tendencias arquitectónicas de una época; sin embargo la arquitectura del municipio no esa limitada únicamente a la construcción de viviendas, también existen evidencias de los procesos productivos que marcaron el crecimiento económico, social y cultural del mismo. 
    Es así como se encuentran en el lugar denominado la Hacienda, ubicada en el Caserío Cachipo, dos torres que se levantan majestuosas en ascendente con corona, que funcionaban como chimeneas de un alambique y que es un digno ejemplo de la arquitectura de la primera mitad del siglo XX La historia de estas torres encierra una serie de procesos que son el resumen de una gran variedad de etapas de evolución cultural, no solo de Venezuela sino también de América latina y del mundo. Construidas con ladrillo elaborados en la misma zona, que permiten recordar las raíces arquitectónicas de América latina representadas en las culturas Inca, Maya y Azteca, las cuales muestran construcciones comparables a las imponentes pirámides de Egipto, técnica que según la historia es un procedimiento de construcción traída al municipio, al igual que al resto del país por los españoles quienes a su vez heredaron de otras culturas. 
    Sin embargo, esas torres no han sido valoradas, por lo menos eso muestran en su estructura, por cuanto parecen olvidadas, evidenciando un marcado deterioro y siguiendo un camino que pareciera indetenible hacia su desaparición. Con muchos de sus ladrillos en el suelo y a su alrededor, que no poseen actualmente ningún uso y están a la intemperie del tiempo, a pesar de ser el testimonios de auge económico que vivió la zona durante los primeros treinta años del siglo pasado. 
    En esta época funcionó en el lugar, según la tradición oral y tal como lo reflejan los restos arqueológicos que se observan en la zona, una gran hacienda donde sus dueños se dedicaban al la producción y procesamiento de caña, tanto para la fabricación del papelón, como para extraer otros derivados de la caña inclusive en torno a la hacienda también se generaban otros interesantes procesos productivos, donde se conjugaban de manera magistral actividades como la construcción de viviendas de bahareque, que poseían antiguas técnicas indígenas, el cultivo de la caña, la construcción de ladrillos y tejas. 
    Según la tradición oral , estas “torres” pertenecían a un antiguo alambique, que formaba parte de la hacienda que se dedicaba al procesamiento de la caña y para la obtención de otros derivados de la misma, las torres formaban parte del conjunto productivo de la hacienda y su función era de chimeneas por donde se desprendía el humo proveniente del horno que calentaban dos grandes calderas donde era calentado el jugo extraído de la caña con la finalidad de obtener el “melao” para elaborar el papelón u otros derivados de la caña.      Visto de este modo se parte del origen de las Torres de alambique como parte de todo lo que era una industria dedicada a la explotación de la caña de azúcar, y que fue una de las actividades más importantes de Venezuela desde el siglo XVII, hasta la primera mitad del siglo pasado. Al respecto El Boletín Nº 45 del Museo Arqueológico expone: 
El Proceso de la Tecnología del procesamiento de la caña de azúcar tiene orígenes que se remontan a los albores de la conquista española. Este proceso condujo a que, desde la primera mitad del siglo XIX existieran un numeroso conjunto de establecimientos dedicados a esta actividad, con infraestructura de considerable importancia algunas de las cuales han sobrevivido, al menos parcialmente hasta nuestros días”(p.6) 
    Tal y como se plantea en este boletín existen en varias partes del país que son muestra de infraestructuras que son indicios de estas actividades, que con el paso de la modernidad fueron siendo abandonadas, y expuestas a su destrucción , como es el caso de las Torres de Alambiques de Cachipo, que funcionaron la primera mitad del siglo, pero los cambios tecnológicos, que hicieron posible la aparición de tecnologías de carácter mecanizado fueron sustituyendo a los tradicionales y en el caso de la Hacienda de Cachipo, compitiendo con las técnicas de procesamiento de caña que allí se utilizaba, con la organización de los primeros centrales azucareros. 
    En esta hacienda se fabricaba papelón y otros derivados de la caña, que también se vieron afectados por pautas de consumo que variaron definitivamente, desde el consumo popular del papelón hacia la preferencia mayoritaria de azúcar refinada. Lo que trajo como consecuencia al menos en este sentido el declive de los procesos tecnológicos que se paseaban desde las viejas quijadas de moler, pasando por los trapiches que por muchos años fueron movidos por la fuerza animal, trapiches elaborados con madera y metal y aquellos que son propulsado o movidos mediante el uso del motor. 
    Lo antes descrito permite deducir que existieron como lo muestran las torres de los alambiques de Cachipo, una serie de actividades productivas relacionadas con el procesamiento de la caña de azúcar que, además las otras actividades paralelas que a ella se entrelazaba como por ejemplo, el corte de leña la extracción y almacenamiento de agua, la organización de la mano de obra y las construcciones arquitectónicas (hoy en su mayoría restos arqueológicos) entre otras. 
    Dentro de este marco es importante resaltar la poca valoración que durante muchos años se ha dado a las actividades productivas como parte de ese legado cultural tan amplio que posee Venezuela, Guárico y específicamente el Municipio Ribas; solamente se resaltan lugares históricos asociados a las actividades religiosas, políticas y militares olvidando aspectos que tienen que ver con la significación que éstos tienen para la comprensión del contexto económico, social y cultural que en él tuvieron lugar . Al respecto en el Boletín antes mencionado se destaca: 
El Ingenio Bolívar, cercano a la población de San Mateo, Estado Aragua (a unos 80 Km. Del oeste de Caracas)...declarado Monumento Histórico Nacional en 1964 y restaurado durante los años 80, formó parte de una hacienda perteneciente a la familia del Libertador Simón Bolívar, y en su valoración y rescate parece haber privado más este aspecto que los relativos a su significación productiva, tecnológica y edílica. Si bien es cierto que el sitio se ha preservado, los aspectos museísticos relacionados con la explicación al público acerca de los procesos técnicos que allí tenían lugar, así como su contexto socioeconómico, es muy deficiente.(p. 2) 
    Lo anterior indica el poco valor que se les ha asignado a las actividades productivas, como formas de mantener la tradición cultural, reflejado en sitios y conjuntos distintos a los que preferencialmente han sido protegidos hasta ahora. Tal es el caso de las torres de alambiques de Cachipo, las cuales son dos torres en ascendente vertical con corona, indicativas de la actividad agrícola del país que necesitan ser valoradas y conservadas como Parte del Patrimonio Cultural de Venezuela. 
    Esto contribuiría a mantener en pie parte de la historia que entorno a ella se encuentran como sucedió en el Estado Aragua donde fue restaurado el “Torreón de El Limón", uno de los tesoros arquitectónicos que guarda con recelo éste importante municipio. Está estructura, construida en ascendente vertical que corona con una salida impactante, representa un ejemplo digno de la arquitectura de los años 1920 y 1930 en nuestro país. Sin embargo, la historia de El Torreón está tan llena de incongruencias e inseguridades, como la del resto de los legados arquitectónicos de Venezuela, al igual que las torres de Alambique de la Haciendita. En este sentido El Aragueño (2003) destaca lo expuesto por Arévalo, E (2002) quien referirse al Torreòn pues aclara que en realidad no es tal: 
Los torreones eran estructuras diseñadas para la defensa de castillos europeos y en la zona no había asentamientos parecidos. "Fueron alrededor de 2 años de entrevistas, conocí a los fundadores de este pueblo y descubrí un sinfín de cosas, entre ellas, que El Torreón, no es ningún torreón, sino una chimenea utilizada para desahogar el humo que producía el Trapiche Papelonero El Limón. No son pocos los problemas que ha enfrentado El Torreón (o la chimenea, según sea su gusto) de El Limón… "Ya es hora de que empecemos a valorar nuestras riquezas culturales, nuestro legado arquitectónico, testigo constante de nuestra historia, y no lo digo sólo por El Torreón sino por las miles de piezas de increíble valor histórico que hay en el municipio, en el estado y en el país... 
    En concordancia con lo expuesto por este autor, es el significado que para la gente tiene, lo que le da el valor a lo histórico y a lo cultural. Por tal motivo así como el Torreon de Maracay representa una muestra de los procesos productivos y culturales del Estado Aragua de lo años 20 cuando surge con fuerza el auge de las actividades agropecuarias en toda Venezuela y época en que el gobierno de Juan Vicente Gómez decide emprender una serie de iniciativas destinadas a impulsar este sector de la economía nacional; lo que sería con el pasar de los años la parte del patrimonio históricos, arquitectónico y cultural: "El Trapiche Papelonero de El Limón.       
    Lo anterior tiene mucha relación además con lo señalado en párrafos anteriores, donde se planteó que Las Torres de Alambiques de Cachipo son restos de una antigua hacienda, que han sido prácticamente abandonados, en el cual se podría decir que funcionó un ingenio de producción de panela dulce o papelón, con la utilización de trapiches, elaborados a partir del jugo de la caña de azúcar. 
    Sin embargo las características estructurales de las torres dejan ver además que pudo haber existido en este sector un proceso productivo relacionado con los derivados de la arcilla, en el caso de las torres que fueron construidas con ladrillos cosidos, lo que significa que debe haber existido, una alfarería dedicada a la elaboración de este material constructivo. 
    Estas suposiciones se apoyan en testimonios de habitantes del Municipio que informaron al equipo investigador y por observaciones realizadas en varios sectores del municipio ( Cuji Negro, Juan Sabroso, Caja de Agua), donde funcionaban tejerías en la cuales se fabricaban tejas, ladillos y adobes utilizados en la construcción de viviendas y otras edificaciones del municipio, durante la primera mitad del siglo XX . 
    La aplicación de técnicas de fabricación de ladrillo constituye una herencia ancestral, que los indígenas aprendieron con los españoles tal y como lo señala De Armas Ch. (1982) “En Tucupido en la segunda mitad del siglo XVII, el capuchino Anselmo Isidro Ardales, que funda el pueblo, enseña a los palenques y cumanagotos... también les enseña a guardar agua en grandes cajas de madera por verano, a levantar las paredes del convento y de la iglesia y a hacer pan y ladrillo” ( p. 7). 
    De lo anterior se desprende la idea de que la existencia de tejerías en el municipio tuvo mucha influencia en el desarrollo tecnológico que para la época se necesitaba para la construcción de las torres de Cachipo. Pero también se supone que existían otras técnicas constructivas como la tapia y el bahareque, como se muestra en algunas viviendas del sector todos representativos sin duda de una cultura muy variada en cuanto a técnicas constructivas y por supuesto arquitectónicas. De ser así y considerando que todas estas técnicas encierran una organización sistemática de saberes se fortalece la necesidad de profundizar en torno a las actividades productivas y culturales que representan las torres de alambiques de Cachipo.     Por otro lado se plantea el hecho de que existe en este municipio, un gran potencial en cuanto a tierras arcillosas que fueron aprovechadas por sus habitantes en las construcciones, no solo de edificaciones sino además en utensilios y objetos decorativos (ver anexo 14) que tal y como lo plantea Brom J. ( 1981 ) Las primeras características que distinguen al hombre de los demás seres vivos, son los utensilios, acusan ya un decidido carácter social. La transmisión de la habilidad de fabricar y usar herramientas no se hace mediante la vía biológica, la herencia sino a través de la sociedad. (p.105) 
    Por lo antes expuesto, y considerando también que en Municipio José Félix Ribas se observan evidencia de la existencia a de antiguas tejerías, que se considera en esta investigación lo aportado por la Alcaldía, relacionado con el potencial de suelos arcillosos del municipio y que están contenido en un Proyecto de Alfarería titulado Núcleo de Desarrollo Endógeno. “Proyecto de Inversión Santa Fe de Unare (2000), que se encuentra en la Oficina de Coordinación de Proyectos. Este proyecto contiene un informe de aptitud física de los suelos con fines de alfarería, ubicado en el Sector Cuartel de Cazadores, Municipio José Félix Ribas, realizado por la Universidad Rómulo Gallegos Decanato de Investigación y Extensión de Suelos y Agua. “Los materiales del suelo analizado en profundidad poseen moderados y elevados niveles de arcilla, lo cual permite que los materiales demuestran una acentuada plasticidad y adhesividad, propiedades que acentúan su carácter de material adecuada para la industria de la alfarería”(p.8) 
    Esto explica por qué en diferentes sectores del municipio se observan restos de antiguas tejerías, lo cual se debió al potencial que posee el municipio en cuanto a suelos aptos para esta actividad, sin embargo, ésta se abandonó como consecuencia de la adopción de nuevos materiales para la construcción que lejos de beneficiar a sus habitantes representan un daño potencial para su salud como lo son ( el asbesto, el zinc entre otros). 
    Por lo expuesto se infiere que es necesario para iniciar acciones preservativas y de puesta en valor de los bienes patrimoniales dirigidas a un cambio en la forma de entender, valorar y actuar sobre el patrimonio histórico y cultural representado en restos arqueológicos como los de Las torres de Cachipo ya que estas han prevalecido por más de cincuenta años. La puesta en uso de estos bienes arqueológicos, es además una oportunidad para conocimiento de las potencialidades turísticas, naturales y culturales del municipio enmarcado en un modelo de desarrollo endógeno en la búsqueda de mejores formas de vida mediante el uso racional de sus recurso enmarcado en las tendencias constructivas (ecomateriales) que buscan retomar algunas costumbres ancestrales de construcción basadas en arcilla utilizada desde tiempos ancestrales por nuestros aborígenes. En este sentido se puede destacar lo expuesto en de la Conferencia Internacional de Ecomateriales, que se realizó en Cuba en Noviembre de 2005, esta vez con el tema "Ecomateriales: conectando la ciencia con la práctica", Los métodos ancestrales para seleccionar la tierra como materia prima, su adición de arena, arcilla, o hierba son precisamente para mejorar sus cualidades de modo que resista mejor la intemperie, aumente su resistencia y facilite el manejo de los adobes; pero además los diseños de las viviendas con amplios aleros, o con corredores exteriores, protegiendo las paredes; con fundaciones de piedra para impedir que suba por capilaridad la humedad del suelo, son otras maneras, ya clásicas, de proteger y mejorar las construcciones de adobe”(P. 18) 
    Es importante señalar además, que el conocimiento y la valoración de estos bienes culturales se muestran en la utilización y elaboración por parte de la comunidad de artesanía y utensilios que forman parte del legado indígena y ancestral que poseen los ribenses.
    Son pues, las torres de Cachipo testimonio de las actividades productivas y culturales del Municipio, referencia de un momento histórico caracterizado por la búsqueda y adaptación de técnicas, de trabajo donde el hombre refleja su ingenio, creatividad y a su manera la carga de saberes ancestrales. 


 LÍNEAS DE ACCIÓN SUGERIDAS A LAS AUTORIDADES Y HABITANTES DEL MUNICIPIO RIBAS 
 Iniciar acciones inmediatas de restauración y conservación de las Torres de Cahipo, importante Patrimonio Cultural del Municipio José Félix Ribas. 
 
 Realizar un registro municipal de los sitios representativos del legado de los ribenses a fin de preservarlos y protegerlos. 
 
 Crear un centro de investigación local para localizar y recopilar información a la que pueda tener acceso toda la comunidad. 
 
 Diseñar planes turísticos para dar a conocer el potencial cultural de este municipio, en especial para el caserío Cachipo, sitio donde se encuentran las Torres.
 Planificar actividades que permitan a las instituciones educativas conocer el acervo Histórico Cultural Municipal y su importancia para la formación integral del niño, niña y adolescente. 
 
 Coadyuvar esfuerzos con los entes gubernamentales, para sensibilizar hacia la preservación de las Torres de Cachipo, como testimonio de las actividades productivas y culturales del Municipio. 


 BIBLIOGRAFIA 
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Boletín Nº 45. Museo Arqueológico de Venezuela (2004) 
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Diccionario de la Fundación Polar. Fundación Polar. Caracas. De Armas Ch. (1961). Tucupido formación de un pueblo del llano. 
Calzadilla, P. (2001) El Valle de Orituco. Volumen I. Editorial Tierra Firme. Caracas. 
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